Dos semanas después.
Las pequeñas risas en el salón era lo suficiente molestas para alguien como yo.
No podía seguir fingiendo, no se cuanto más podría soportar aquí.
-Juliet querida, ¿Que opinas de el nuevo vestido de Florence?- mire a la chica, su postura recta, su sonrisa tan perfecta y blanca.
-Es muy lindo- dije agregando una sonrisa eso me hacía ver como que me interesaba.
-Deberías pedirle a Pamela que diseñe uno para ti, se que pronto tu madre vendrá, sería una agradable sorpresa que usar as un vestido tan bello como este- Florence llevaba aquí tres meses y parecía que ella si había cambiado realmente.
Como se supone que yo también lo hacía.
-Quizas- tomé la taza de te con delicadeza -Pero no se si pueda costear algo tan fino como ese maravilloso diseño- bebí un sorbo de mi te.
Las chicas comenzaron a reír entre ellas, pequeñas risas, nada que saliera del protocolo.
-Se que esto debería decírtelo Madame Josephine pero...- las chicas se miraron entre ellas. -Pronto si todo sale bien, tendrás un pretendiente que te pueda cumplir cada uno de tus caprichos- aquello sonaba tan descabellado.
-¿Como?- evite alzar la voz.
-Si Juliet, si eres la mujer perfecta te elegiran- dijo con evidente entusiasmo Florence. -Yo ya fui elegida- parecía que estas chicas no se tenían un poco de amor a si mismas, venir a cambiar aquí para que un hombre las elija o simplemente ser aceptadas por la sociedad (como era mi caso), eso era tan... de la época pasada.
-Me preguntó quien será la siguiente, según escuche hoy viene un hombre sumamente rico- comenzaron a murmurar entre ellas, parecía que entre lo que se aprende aquí, cotillear no estaba prohibido.
-Me niego a ser vendida o algo por el estilo- dije atrayendo la atención de las presentes.
-No creo que estés en la lista, aún estás muy... como decirlo educadamente...- hablo Natalie -Sigues siendo demasiado... tu- me dio una de esas miradas que todo mundo me daba a mi, esas que tanto odiaba, desprecio total a mi persona a lo que veían en el exterior.
-¡Perdón por no ser una cabeza hueca!- grité saliendo de mis casillas, tal vez no podía gritarle a mi madre cuando hacía eso pero a esta chica se lo tenía más que merecido.
-¡O santo cielo!- se llevó una mano a su pecho -Eso sólo prueba mi teoria- me señaló haciendo que las demás chicas asintieran.
-Todas son unas...- no podía rebajarme a su nivel -Creo que debo retirarme a mi habitación- coloque la taza en la mesa y salí por la enorme puerta blanca.
-Mi padre nunca me dijo que las chicas de aquí tenían un gran caracter- una voz me detuvo unos pasos antes después de salir del salón justo antes de llegar a mi habitación.
-¿Disculpa?- gire a ver al hombre que llamó.
-Si, creí que ninguna mujer aquí levantaba la voz o se molestaba por algo, parecía más como que todas fuesen trofeos, al menos eso me explicaron- creo que ya estaba entendiendo el tipo frente a mi era el que había venido a elegir a alguna el día de hoy, debía ser igual a todos los que venían a buscar chicas aquí, buscando la mujer perfecta para desfilar del brazo con ella, para levantar mi ánimo ahora estaba segura que yo no sería elegida en un buen tiempo.
-Soy una mujer con sentimientos y los expreso, no una maldita muñeca de aparador- y sin decir más camine lo más rápido posible hasta mi habitación y di un portazo, me sentía una adolescente rebelde.
Besos. Sam ❤
20 votos para el próximo capitulo.
ESTÁS LEYENDO
NOVIA A LA MEDIDA (DISPONIBLE COMPLETA EN "SUEÑONOVELA")
RomanceCrear la chica perfecta no es facil, pero Máximiliano lo hará, encontrando que prefiere a la mujer imperfecta que intenta cambiar, que una perfecta.