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Los dedos de Yoongi paseaban con tranquilidad la entrada del menor, torturandolo con cada toque que daba.

"Yoongi por favor." La voz de Jimin estaba llena de placer.

"No seas impaciente bebé, solo un poco más." Yoongi respondió con voz ronca por el deseo que lo recorría.

Sus manos exploraban con tranquilidad y admiración el cuerpo del menor, descubriendo cada parte de su tersa piel, admirando cada lunar y cada cicatriz que se escondía bajo la ropa. Le encantaba el pequeño tatuaje que se encontraba en el borde de su cadera. Lo hacía ver caliente. Tomó el tiempo necesario para conocer cada rincón del cuerpo de su amante.

Escuchó a Jimin quejarse de nuevo así que decidió no hacerlo esperar más e introdujo un dedo, moviendolo lentamente para que Jimin se acostumbrase, un minuto después intrudujo un segundo dígito escuchando al menor gemir de placer, cuando estuvo seguro de que estaba listo sacó sus dedos oyendo a Jimin soltar un suspiro por el vacío.

"Voy a entrar." Dijo poniendo el preservativo en su miembro y dirigiéndose a la entrada del menor penetrandolo lentamente y sintiendo como las paredes del menor llegaban a ser asfixiantes.
Una vez dentro se quedó quieto para no lastimar a Jimin.

"¿Estás bien?" Preguntó el pelinegro con voz suave.

"S-si." No era la primera vez de Jimin, pero había pasado mucho desde la última vez que había estado con alguien.

Jimin empezó a mover sus caderas dando a entender que Yoongi podía moverse.

El mayor no lo hizo esperar y cumplió con todos los deseos que el menor tenía. Un fugaz pensamiento pasó por la mente de Yoongi, recordándole tristemente que ellos tenían un contrato, pero como un buen Min decidió ignorarlo y disfrutar el momento haciendo que Jimin lo pasará bien también.

Ya habría una oportunidad para hablarlo luego.

Jimin sentía como todo su ser se derretia con cada estocada del mayor en su punto dulce, Yoongi también pudo notarlo, así que aceleró sus movimientos listos para llegar al clímax.
Un par de movimientos después Jimin se vino sobre su vientre y el mayor lo siguió unos segundos después.

Salió del interior del menor causando que este soltara un suave gemido por la acción.

"Jimin..." Llamó Yoongi suavemente pero el menor estaba mas dormido que nada.

Había sido muy intenso sin duda alguna. Jimin era demasiado bueno además de hermoso, sentía que estaba corrompiendo a un ángel.

Se levantó y fue al baño en busca de una toalla, tiró el condón usado y llevo la toalla humedecida para limpiar el vientre de su novio.

Novio.

Es palabra sonaba muy grande, era como cargar con una responsabilidad que no estaba seguro pudiera cumplir a grado cabal.
¿Estaban ambos dispuestos a perder tanto? ¿Sería el capaz de cuidar y proteger a Jimin incluso de él mismo? ¿Cuánto tiempo podrían estar juntos sin que hubieran problemas?

Yoongi se había enamorado, estaba irremediablemente enamorado de aquel pequeño rubio de labios rojos que se esforzaba cada día por demostrarle al mundo lo valioso que era. Y eso le daba miedo, mucho miedo, le aterraba. Y no era porque Jimin no lo quisiera, Yoongi sabía que Jimin había estado atraído hacia él desde el principio, era mas que seguro que él se había enamorado primero, pero no quería hacerle daño y no sabía que hacer porque podía ver el amor que desbordaba de sus ojos cada vez que lo miraba y él solo quería darle el mundo a su pequeño.

Admitir sus sentimientos no significaba que su vida sería más fácil ahora, eso solo lo volvía solo más complicado.

"Jiminie, Jimine, ¿por cuanto tiempo más me permitirás estar a tu lado?" Yoongi susurró y luego dejó un beso en la frente del rubio. "No sé en que momento me enamoré de ti pero ahora debes hacerte cargo ¿me oyes?"

Contrato Amoroso 1Donde viven las historias. Descúbrelo ahora