Cap. 4 Nuevo Sentimiento

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Narra Argentina:

Abrí mis ojos despertando en una superficie suave y reconfortante, como una cama, la luz del Sol daba justo en la dirección en donde estaba recostado, ¿Qué paso? Solo recuerdo que estaba en el bar, me enoje, deje a Alemania, Estados Unidos, Finlandia e Islandia, estaba ebrio pero no lo suficiente para joderme la memoria y la consiencia para hacer algo a lo boludo, despues, que más hice....
¡Ah ya me acorde! Estaba muerto de cansancio y empeze a matar por diversion a unas palomas, eso es extraño ya que....
No me gusta matar sin razón, despues apareció el jefe de la yuta, se preocupó por mi y me dijo que ya no era el mismo en ese momento.... me llamó juguetón y alegre..... juguetón..... banca un cachito.... ¿Qué mierda?

Narrador/a:

El argentino se levantó de un salto quedando sentado en un sofá, ¿Dónde estaba? Siguió a la ONU hasta un lugar donde podía descansar, debe ser ahí a donde se refería. Interesante descubrimiento, siguió al que se supone que debía desconfiar, desobedecer y odiar.... pero, ¿Porqué sentía algo diferente a lo que tiene que sentir? Se sentó de manera correcta contra el respaldo del sofá y se acomodó su peinado cubriendo su ojo derecho, no tenía nada que ocultar, solo le gustaba como le quedaba.
Se puso a analizar por un momento la situación en la que su cabeza y corazón se encontraban, se fijo en su entorno, era un lugar de lujo, mucho mejor que su hogar, se levantó del cómodo sofá y empezó a recorrer el lugar buscando la salida o a la ONU.
No, ¿Qué? ¿Porqué lo quería encontrar? Se metería en problemas, además de que es hijo del jefe de la mafia que ellos buscan, lo único que quería era su información y nada más, seguía observando los cuadros que estaban colgados en la pared mientras arrastraba su mano por la misma hasta llegar al marco de una puerta, se concentró en un cuadro en especifico, uno que era de un sombrero de general o algo así, era de color negro con detalles dorados como el escudo que llevaba en el centro, le daba como que ya lo había visto en algún lado.

--- Ya despertaste---. El argentino fue sobresaltado por una voz que provenía de la misma habitación, haciendo que centre su mirada en el que había hablado, encontrandose con la ONU---. ¿Dormiste bien?---. Preguntó sonriendo, el argentino se centró en los ojos azules del peliblanco, además de ver con atención a los labios de este..... pará, ¡¿Qué estaba viendo qué?!

--- Ehhhh....uhhhh, ¡Bah! ¡Sí! ¿Está es tu mansión o dónde estamos?---. Preguntó aún viendo al contrario a los ojos, ¿Qué le sucedía?

--- Sí, no tenía otro lugar a donde dejarte descansar, ¿Tienes hambre?---. Preguntó viendo al argentino con una sonrisa que hizo levantar un leve color carmesi en sus pómulos---. Ehh Argentina...¿Estás bien?---. Preguntó extrañado por cómo estaba actuando el menor, le parecía tierno de cierta forma.

--- Chapame....---. Susurró sin pensar.

--- ¿Uhh?---. Preguntó sin haber escuchado correctamente las palabras del argentino que se sonrojo de más al enterarse de lo que dijo.

--- ¡Yo no! Digo.... yo dije, no ¡Bah sí! N-No..... ¡Olvidáte no dije ni mierdas!---. Dijo para cubrirse el rostro con sus manos.
El argentino escuchó una risa de parte del contrario, se hacía una pregunta, ¿Él sabe lo que le sucede y lo está aprovechando? O solamente no lo sabe.
Preguntas que solo el universo y el peliblanco sabían, el argentino se retiró de la sala con la excusa de tomar aíre fresco afuera del edificio, pero literalmente necesitaba aíre, mucho aíre para recapacitar lo que estaba sucediendo con él.
Salió al fondo de la mansión, se sentó en el pasto que estaba semi humedo y termino por recostarse sobre el mismo, viendo las nubes, se hacía preguntas cómo ¿Cómo estarán sus hermanos? ¿Dónde estaran los dos agentes con los que salió a tomar ayer? ¿Dónde y cómo estará Finlandia? Preguntas pasajeras que iban y venían por su cabeza, dejandolo con muchas dudas, siempre le gustó recibir las respuestas directas a la preguntas que se hacía, era ir al grano o no ser respondido nunca, así de desesperado e impaciente es Argentina.
Cerró los ojos por un momento y cuándo los abrió se encontraba de pie en una especie de sala familiar, era acojedora, como las películas de navidad, la habitación era iluminada con luces de color amarillas, había un sofá largo y un sillón, una televisión algo antigua para él, y unas escaleras que dirigían al segundo piso, el argentino escuchó risas de niños provenir de la sala de al lado de lo que se podría decir que era el living,  caminó hasta el marco de la entrada a la otra habitación, parecía ser también un living donde cuatro niños se encontraban jugando con sus juguetes de autos y dinosaurios, el albiceleste reconoció a los niños, los tres tricolores: Venezuela, Colombia y Ecuador; además del cuarto niño bicolor portador de un Sol como Argentina, Uruguay.

[ºMi Pequeño Mafiosoº] 《ONU×Argentina》 {Yaoi}Donde viven las historias. Descúbrelo ahora