Oregón en Invierno era lo más deseado y lo más odiado para un niño de la edad de Mackenzie. Tenía 10 años y el barrio esta totalmente nevado. Mackenzie le encantaba hacer muñecos de nieve con sus amigos, aunque esa tarde no era una típica tarde. Theon, su mejor amigo le dio con una bola de nieve a uno de los muchachos adolescentes. El joven iba fumando, se le cayó en la nieve y se le apagó. Fue hacia Theon dispuesto a darle una paliza. Mackenzie se puso en medio y le dio una patada impidiendo que fuera a pegarle.
Su hermano salió de su casa en cuanto oyó al adolescente gritarle a su hermana pequeña.
—¿Lake?
Lake cogió a Mack de la pechera y la tenía en el aire. Ella pateaba en busca de ser liberada y patear también al idiota del amigo de su hermano.
Lake soltó a Mackenzie pero su hermano gritó a Mack para que entrara a casa. Theon le miró con súplica.
Su hermano explotó de ira tras aquel espectáculo, según él fue un espectáculo, le dejó en ridículo. A partir de ahí empezó el infierno en pleno invierno. Aprovechaba las ausencias de sus padres, y ser el mayor de ellos. Siempre disponía tiempo para fastidiar y maltratar a la pequeña Mackenzie. Aunque sabía disimular ante el resto de la gente.
Ezra era mucho mayor que la joven Mackenzie, sacó una correa y le golpeó en el brazo. La pequeña intentó escapar de las garras de su hermano pero su mirada cínica siempre estuvo tras de ella. Los latigazos siguieron y siguieron, los golpes y los insultos. Tal vez eso le hizo inmune a los insultos del resto de la humanidad.
Odiaba a su hermano más a que nada en el mundo. Uno de los latigazos le marcó la cara para siempre. La herida abierta en su ceja, ella gritaba de dolor pero nadie vino en su ayuda.
La escena se congeló, su hermano a mitad de darle otra vez con una sonrisa torcida, ella echa un ovillo en el suelo lloriqueando y las paredes susurrantes.
"Te destrozó la vida, únete a mí y te daré el poder para matarle. Únete al poderoso Kronos".
Las paredes susurraban aquello una y otra vez.
El sueño se deformó para mostrar una cueva con un cíclope y un sátiro. Mackenzie solo podía mirar la escena.
Ese sátiro iba vestido de novia, parece que le estaba hablando al aire hasta que miró en su dirección. Se puso pálido, soltó un bramido típico de una cabra y la escena volvió a cambiar.Un joven de 16 años traslúcido suspiró aliviado al verla aparecer.
—" Por fin. Creía que no podía traerte al mundo de los sueños".
—"¿Qué? "
—"Deja que me presente, soy...¡Oh, no! Ya vas a despertar, hasta otra ocasión".
Aquel raro mausoleo con aquel adolescente se evaporó de su visión.
Abrió los ojos y lo primero que vió fue un techo blanco, estaba en una camilla, tapada hasta el cuello.
Sentía como una tuna universitaria le hubiera roto los laúdes en la cabeza, mientras un grupo de mariachis tocaban el cómico momento.
Se incorporó escapándose un gemido, llevó su mano al brazo contrario el cual estaba vendado. Le dolía y enseguida recordó todo el camino hasta el campamento.
—"Estás despierta, menos mal".
Un muchacho de ojos azules y pelo rubio fue a revisarle, juraría que es menor que ella.

ESTÁS LEYENDO
Mackenzie Ayers y el mar de los monstruos
AventuraMackenzie o "Mack" es una chica de 13 años de Oregon. Con su familia se ha mudado a Nueva York y va a primero de secundaria. Todo se desmorona cuando unos monstruos de la mitología griega le persiguen, una semidiosa llamada Katie Gardner, compañera...