Capítulo XII

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Gerald

Circe y su padre han cortado toda comunicación por el momento, no sabemos cuánto puede durar esto, pero ya sabemos que Einar es demasiado conservador y estricto con Circe. Hasta ahora no ha hecho nada para afectarnos a nosotros o a ella. Mi hermano y yo continuamos trabajando con él. Ni siquiera ha tratado de desmentir las fotografías, pero hoy, dos semanas después de que se revelarán, se sigue hablando en todos los medios de comunicación sobre "Circe, la hija del presidente entre dos hombres".
Lo bueno de todo esto es que ahora que todos lo saben ya no hay necesidad de continuar escondiendonos.

Hoy Circe tiene una cita con el médico, esto ya que debe tener control sobre su embarazo, todo tiene que salir bien.
París y yo por supuesto la acompañamos, no podíamos dejarla ir sola.

—A partir de ahora es necesario que tomes reposó— le indico el médico a Circe— tienes amenaza de aborto. Las primeras doce semanas son las más peligrosas, así que de ti depende cuidarte.

—¿Pero por qué amenaza de aborto? Si me he cuidado en todo este mes— cuestionó Circe preocupada.

—Las infecciones son "comunes" en un embarazo y es lo que puede generar un aborto— explicó el médico— sin embargo, en tu caso no solo es una infección, hay malformaciones en tu matriz y cualquier esfuerzo por más pequeño que sea puede provocarlo.

—Asi que ¿Solo puede permanecer en cama?— pregunte.

—Sí, durante las siguientes ocho semanas deberá permanecer en cama.

—¿Y después?— cuestionó París.

—Todo su embarazo será de alto riesgo, pero después podrá levantarse de la cama pero no hacer trabajos fuertes. Señorita, debe cuidarse, tomara unas vitaminas que le ayudarán al desarrollo del bebé— le dijo el doctor a Circe mientras escribía en una receta.

Ella solo asintió, tomo nuestras manos y yo trate de tranquilizarla mientras acariciaba su espalda.

Regresamos a casa, Circe estaba desanimada por la noticia. Nosotros también estamos preocupados, se suponía que todo iría bien, no entiendo porque de repente nos dan está horrible noticia. Cualquier esfuerzo puede hacer que nuestro hijo muera, nadie quiere esto.

—Bueno, ya has escuchado al médico. Ve a descansar— le dijo París a Circe.

—Ya sé— contestó Circe indiferente— entonces, supongo que me iré a recostar.

—Nosotros debemos irnos, volveremos después— le comenté.

—De acuerdo— respondió y se marchó a su habitación.

París y yo salimos de casa y nos dirigimos a una junta que tendríamos con el padre de Circe, el cual a penas y puede mirarnos. Está tan enojado con nosotros por haber persuadido a su hija a ser una "libertina", para nada, no fue nada de eso, pero a veces los padres pueden ser un poco exagerados.

Mis padres ya lo saben, y lo tomaron bien, no tan bien como París y yo lo esperábamos, pero por lo menos nos dejan vivir nuestra vida. Mi madre tiene miedo de que la relación tan buena de hermanos que hay entre París y yo se arruine por Circe, pero eso no ocurrirá, porque ambos sabemos lo que hacemos. Los tres tenemos acuerdos en nuestra relación, estos impiden cualquier tipo de disgusto entre nosotros.

Al terminar la reunion nos fuimos a nuestra oficina a revisar algunos asuntos, mientras trabajábamos entro Joelle, una mujer que también trabaja para el padre de Circe, es muy inteligente. Es por eso que todos dicen es muy bella y que es la reencarnación de la misma Cleopatra, ya que aún que no es tan bonita, tiene conocimiento altos en matemáticas, física, leyes, es políglota, entre otras cosas. Sus temas de conversación siempre son muy variados, nunca estará callada porque está mujer siempre tiene algo que decir, algo nuevo que compartir al mundo.

—Mañana tengo que viajar, que estrés— se quejó Joelle mientras encendia un cigarrillo y se sentaba sobre un sillón que está frente a mi escritorio— pero el mundo me necesita, y solo así puedo complacerlo, viajando.

—El mundo necesita a más mujeres como tú— dije.

—¿Cómo está Circe?— pregunto.

—Tan hermosa como siempre y ahora con el embarazo, Circe se vuelve cada día más hermosa— contestó París.

—Me imagino. Bueno y hablando en serio ¿Están saliendo con otra mujer?— interrogó— O sea, por lo poco que se sobre el amor libre, se supone que no solo están con ella y a si mismo, ella no es exclusiva suya.

—Circe es la única, no necesitamos a otra mujer— afirme molestó por el cuestionamiento de Joelle.

—Creo que nunca había tenido la oportunidad de conocer una relación como la suya. Leí hace algún tiempo sobre el tema, justamente en el artículo se mencionaban a sus padres y a su amor libre que mantienen desde el día en que se casaron, pero no podía acercarme para charlar con ellos, que bueno que los hijos también mantienen relaciones así.
Visto desde la percepción de una mujer que no cree en los pecados pero si en la moral y es conservadora, puedo decir que esto rompe por completo al concepto de familia tradicional del que todos estamos acostumbrados, sinceramente no sé si yo me sentiría cómoda al hablar sobre este tema con mis hijos, creo que no. Porque siempre se nos enseñó que es una falta de respeto.
Pero por otro lado me pregunto ¡¿Por qué nadie, que no sea un loco religioso, se ha sentado a conversar con un matrimonio liberal?! Podríamos sacar demasiado jugo de una entrevista así— dijo Joelle.

—Garald será mejor que me vaya ahora, ya he terminado y alguien tiene que cuidar de Circe— comento París acercándose a la puerta.

—De acuerdo, en un momento terminaré también— conteste mientras organizaba algunos papeles y los guardaba en un sobre.

—Puedo llevarte yo si gustas—me propuso Joelle.

—Esta bien, te veo después París— le dije a mi hermano y el salió.

Yo continúe con mi trabajo, teniendo presente a Joelle. Aún queda mucho que arreglar.

—¿Qué tal si me invitas a cenar?— sugirió Joelle coqueteando conmigo.

Me quedé en silencio tratando de encontrar las palabras para no ser maleducado con ella. Es un poco atractiva, sí pero no tanto como Circe. No sé porque de repente me propone salir.

—Debo llegar temprano, Circe me necesita.

—No, no lo tomes como una propuesta para algo más. Tómalo como una cena de amigos, además, París la cuidara.

—Quizá en otra ocasión, gracias— sostuve.

Me puse en pie y salí de la oficina, no sin antes despedirme de Joelle, pero no haciendo ningún otro acercamiento con ella, simplemente como lo que somos "amigos".

Amando a CirceDonde viven las historias. Descúbrelo ahora