Todo comenzó con el pie izquierdo... O un paso mal dado y un elegante vestido enganchado en una silla de rueda.
Sakura lleva el nombre de los árboles de cerezo del país de su padre. Los hermanos de Cherry le regalaron ese apodo junto con una peluca...
Para fines de septiembre una de nuestras profesoras había tomado licencia por maternidad, así que teníamos a un nuevo docente.
Eso no era nada extraño. Lo singular era que, en primer lugar, era joven y guapo. Una amenaza para la paz de una escuela llena de adolescentes hormonales. En segundo lugar, él era el muchacho que había visto llevar a Cherry a sus clases en el estudio. Era su hermano mayor.
—¿Y este regalo de navidad adelantado? —preguntó entre susurros y risitas Mariana inclinándose sobre su banco para llegar a mi oído.
Definitivamente sería un bodrio* aguantarme a todas mis compañeras comiéndose con los ojos al nuevo profesor.
—Gracias por el cumplido —dijo él, y casi pude sentí el calor emanando de la cara Mariana—. Soy Lautaro Ramirez y voy a estar reemplazando a la profe Susana hasta fin de año. Y no se dejen engañar por mi cara bonita, en realidad soy un nerd bastante aburrido —agregó produciendo un coro de risas.
El nuevo profe Lautaro tenía razón en lo que había dicho. El resto de la clase fue de lo más normal y aburrido, lo que era un verdadero alivio.
Ojalá lo que quedaba del año hubiera sido igual.
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