Esto... ¿Es El Fin?

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Después de ver detalladamente el arma con la cual terminaría mi miseria, suspiré un poco, comenzando a enterrar aquella daga en mi pecho, lo raro era que no sentía dolor, si no satisfacción de hacerlo, al llegar el filo a mi corazón mi cuerpo se paralizó pero aun podía ver, mover mis ojos y respirar, caí al suelo y por la postura solo podía ver a la puerta y al demonio, note que aquella presencia que estaba conmigo sonreía, una sonrisa muy siniestra, de inmediato comenzaron a pasar recuerdos de mi vida, unos agradables, muchos desagradables, todos pasaron muy rápido, a excepción de unos cuantos, los cuales eran cuando conocí a la hermosa princesa, cuando hablábamos, cada promesa, cada cumplido, cada... Cada expresión de amor que llegue a demostrarle pero no funcionó, ella no estaba interesada en mi, en mis últimos instantes vivos solo podía escuchar un llanto y una risa, el llanto de una mujer demacrada, mientras que la risa era de un hombre, parecía ser el hombre más feliz del mundo, yo no podía hacer nada ahora, mi felicidad era lo único que tendría ahora, una felicidad que merecía desde el día en que este mundo me arrebato mis sentimientos, mis gustos, mis sueños, mis... Esperanzas o eso era lo que pensaba, ya que al reaccionar, podía ver de nuevo mi casa, ¿como era posible eso?, mis cosas seguían igual, la puerta estaba abierta mientras salía una mujer con un vestido negro, no entendia lo que pasaba, comencé a revisar la casa, todo era normal, hasta que me tope con un espejo, creí que mi imaginación me había jugado una broma, pero no, era verdad, no tenía reflejo, entonces fue cuando entendí, no estaba vivo, pero no había ido al mundo de los muertos, ni al paraíso que me fue prometido, estaba muy desepcionado, pero no podía hacer nada, de repente alguien entró a la casa, comenzaba a reír y era una risa conocida, al darme la vuelta y ver a la puerta me di cuenta que estaba mi cuerpo parado frente a mi... Ese... ¿Soy yo?, esa pregunta paso por mi cabeza de inmediato, pero sabía que yo estaba muerto, entonces el que estaba parado frente a mí, era el demonio, aquel maldito que jugó conmigo, que se burló y me hizo sufrir, por más que intentaba hacer que me prestara atención, no podía, eso significaba dos cosas, o me estaba ignorando o ya no tenia ningún poder en este mundo, ahora no se si maldecir ese trato que hicimos... O estar feliz de que ya no estoy en la vida de aquella chica de la cual estaba enamorado...

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