Willphen Cosle, de dieciocho años, despareció en circunstancias misteriosas tras el impacto de un rayo en el patio de su vivienda. La investigación policíaca se encuentra en un punto muerto. Las esperanzas de que aparezca, no son nada altas.
El mismo día de la desaparición de Cosle, Oslen Kornet, Frez Blink y Tissot Yudird, de dieciocho años, se quitaron la vida en sus viviendas. La policía aún mantiene abierta y activa esta investigación.
Extracto del Cassea Zeit, página 6
El día de la desaparición.
La tormenta en Cassea mantenía recluidos a todos sus habitantes, excepto a aquellos que se atrevían a aventurarse bajo semejante chaparrón.
Oslen Kornet, mejor conocido por sus amigos como Coffee Man, se encontraba tumbado en su cama, a oscuras con la cara iluminada por su móvil. A Oslen no le gustaba mojarse y, aunque tenía lecciones esa tarde, prefería quedarse en casa, seco y calentito.
La casa Kornet también fue afectada por el corte de electricidad tras el fuerte trueno. Olsen maldijo, el estúpido celular no tenía por qué apagarse. Curioso como era, el hedor punzante a algo quemándose entre sus manos intrigó al chico, quien se apresuró a abrirlo.
Era la batería.
—¿Qué rayos? — por la ventana, un destello esmeralda lo distrajo del arruinado aparato. Abajo, en la calle, la silueta negra de un hombre parecía mirarlo desde abajo, como si examinara el pijama azul que Olsen vestía.
El muchacho bajó hasta la puerta de la calle, que abrió. No había nadie bajo la lluvia, por supuesto.
Y entonces, sucedió. El rayo cayó a escasos dos metros de la puerta. El cemento se partió, abriéndose con un estruendo silencioso, no audible por el ensordecedor trueno que lo acompañó segundos después. Oslen retrocedió, cerró la puerta.
Las lágrimas se deslizaron por sus mejillas. Coffee Man avanzó hasta la cocina, del mueble utilero extrajo un cuchillo regular para trocear carne.
Cassea
Lexender Cosle se asfixiaba en medio de toses estranguladas.
Estaba feliz. Por fin, todo terminaría.
La visión se le ensombrecía cuando alguien rompió la ventana del conductor, metió la mano y abrió la puerta. Aturdido, el hombre cayó al suelo cuando alguien lo sacó a rastras del auto. El agua de una botella que se derramaba sobre su cara...
Para cuando despertó, estaba en el hospital y Sler Clomper se encontraba a la vera de su cama. El catéter le entraba por la parte interna del codo.
—¿Qué hago aquí...?
—Trataste de matarte, Lex, ¿qué esperabas? Tuviste suerte, te saqué a tiempo y el gas no llegó a ser mortal.
—No estoy bien, Sler.
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𝐍𝐨 𝐄𝐬 𝐔𝐧 𝐒𝐢𝐦𝐩𝐥𝐞 𝐑𝐚𝐲𝐨 ©
General FictionLa desaparición de un chico es la clave para evitar los planes de un grupo, El reinicio. Jamás será lo mismo. Obra registrada. Prohibida su copia y/o adaptación. TODOS LOS DERECHOS RESERVADOS. Portada hecha por @Akire_Saitam. Agradezco la ayuda a @...