Capitulo 4: Durmiendo Juntos.

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-¿Si?-respondió dándose vuelta.

-¿Te puedes quedar conmigo?- le pregunte- ¿Por favor?

El me miro y luego se puso a reír, yo sin entender por qué se reía le fruncí el ceño.

-Tienes miedo ¿verdad?- me pregunto.

-Si-le respondí. Era verdad. Tenía miedo. Le pedí que se quedara porque pese que al lado suyo no iba a volver a tener esa pesadilla. Porque no quería estar sola.

-De acuerdo- me dijo y cerró la puerta había abierto para irse. Yo me deslice del lugar en donde estaba para que pudiera acostarse.

-Gracias- le dije cuando se acostó. Él alargó el brazo y me estrecho contra él. Me estremecí cuando me acerque a él porque tenía las ropas frías.

                                                              . . .

A la mañana siguiente cuando me desperté vi a Kohl acostado a mi lado de espaldas a mí. Mire el reloj y divise que decía que eran las 10:15. Salí de la cama y me puse a buscar ropa para irme a bañar, tome la ropa y cerré la puerta cuidadosamente para no despertar a Kohl.

Lleve la ropa al baño y baje a tomar un vaso de agua de jugo. Abajo estaba tía Judith lavando los platos del día anterior.

-Buenos Días- dije y le di un beso en la mejilla, luego me dirigí a la heladera y me serví un vaso de jugo.

-Buenos Días, Lucia- me dijo, como odiaba cuando me llamaban por mi nombre completo, me hacían sentir como si me hubiera mandado alguna macana y me están retando- ¿Cómo dormiste?

-Bien, gracias- le dije terminando mi jugo-, me voy a dar una ducha.

-Bueno- me dijo-, oh, ¿Lucia?

-¿Si?

-Hoy fui a hablar al colegio y me dijeron que empezarías mañana- me dijo con una sonrisa en la cara-, ahí en la mesa tienes la mochila con las cosas del colegio.

Señalo la mesa que estaba detrás mío y vi una mochila negra con algunos lunares rojos.- oh, gracias, tía, gracias- le dije, me acerque a ella y le di otro beso en la mejilla, tome la mochila y me fui a bañar.

Cuando termine con mi ducha, baje y vi a Kohl sentado con una taza de café.

Estaba bajando las escaleras y al pisar el anteúltimo escalón me resbale y me caí de bruces.

-Maldición- murmure, en el fondo, delante de mí, escuche la risa de Kohl. Me dirigí a la cocina, me serví una taza de café y me senté al lado de Kohl.

-Buenos Días- dijimos al unísono.

Cuando terminamos nuestros cafés, lleve las tazas al fregadero.

-¿Dónde están Judith y Mario?- pregunte.

-Se fueron a comprar- dijo, y luego pregunto:- ¿mama te dijo que mañana iras a la escuela?

-Ah, sí,- dije- si ya me lo dijo.

-Bueno – dijo levantándose de la silla- me voy a dar un baño.

-Vale- dije-, no tardes demasiado Enzo- le dije entre rizas.

-No lo hare, Lucy- dijo dándome un beso en la frente. Subió las escaleras y lo perdí de vista.

Oscuros SecretosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora