Extra, 3 años después.

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3 años después: Cómo hacerlo mío

Como tantas otras veces, Morinaga fue a buscar a su senpai a la universidad. A veces lo esperaba en el carro, otras veces lo esperaba en su oficina.  Unas veces lo hacía después de salir del trabajo , otras  veces iba a por él después de hacer alguna diligencia.

Mientras Morinaga esperaba sentado en silencio en algún rincón de esa oficina se entretenía con el móvil sin mirar a nadie en particular.

La secretaria de Tatsumi siempre lo miraba con atención. Intentaba platicar con él pero sus intentos fueron en vano. Esta ocasión se armó de valor para llamar su atención.

Se acercó hacia él, discretamente  aflojando un par de botones de su escote.

-Señor Morinaga - Se inclinó demasiado- ¿Le gustaría tomar algo?-

Cuando este alzó la mirada tuvo una vista bastante incómoda, un par de pechos invadían su campo visual. Saltaba a la vista el sosten de encaje azul celeste.

-Eeeeh- Morinaga no sabía donde mirar, porque era demasiado incómodo -Un té estaría bien-

-Enseguida lo preparo.

La chica se alejó contoneando el trasero, haciendo un rítmico sonido con los tacones de sus  zapatillas negras. El código de vestimenta era formal, pero mientras preparaba el té se subió unos cuántos centímetros esa falda negra de corte sastre.

Regresó hacia Morinaga con un pretexto bastante patético. 

-Señor, no me dijo de qué quiere su té

La chica de nuevo le mostró el escote y jugó coquetamente con su cabello. Morinaga rió por su ridículo intento de seducción. 

-Cualquier té está bien. Gracias.

Y Morinaga se enfrascó en la pantalla de su celular.

La chica se fue para hacer el té, lo llevó en una pequeña bandeja. La elegante taza descansaba sobre un plato pequeño y a un costado una servilleta, en la cual escribió un número de teléfono.

Morinaga, agradeció sin mirar a la secretaria. De nuevo se perdió en el móvil y no se tomó la molestia de mirar a la chica. 

Lo que la linda y atenta secretaria no recordaba, es que los cristales de la oficina del Dr. Tatsumi Souichi son ahumados, por lo que podía ver perfectamente desde el otro lado. 

Estaba asesorando a un chico en la elaboración de su tesis. Desde su lugar en el escritorio vio cuando  Tetsuhiro llegó, le observó cuando se sentó a esperar en un rincón a perder el tiempo en su móvil. 

También vio todo el teatrito que se armó la secretaria,desde su posición en el escritorio podía ver todo lo que sucedía afuera. Tuvo que contener su ira cuando la chica se desabotonó la blusa y cínicamente se metió mano para mejorar la vista del escote. 

Tampoco pudo quitar los ojos de Morinaga para ver sus reacciones, con un ojo en la tesis y otro allá afuera, pudo ver como su novio le ignoraba. Un poco de ácido gástrico estaba subiendo por su esófago cuando notó que la chica estaba subiéndose la falda y meneaba el trasero mientras le dio el té a Morinaga.

Algo se dijeron y Morinaga rió un poco, sintió más ardor en el estómago pero se calmó un poco al ver que este de nuevo la ignoró. La tipa regresó a su lugar y por fin se puso a trabajar. Menos mal, de seguir con ese estúpido comportamiento saldría a duplicarle el trabajo.

La asesoría estaba finalizando, el chico se despidió de su sensei y abandonó la oficina. Morinaga se levantó de un brinco porque eso significaba que Souichi estaba por salir. Dejó la taza en su lugar y aguardó cerca de la puerta. 

Tatsumi recogió sus pertenencias y salió de esa oficina, decidido totalmente dejar en claro algunas cosas.

-Dr. Tatsumi- la chica se puso de pie- El señor Morinaga le ha estado esperando.

El aludido hizo una pequeña reverencia a modo de saludo.

-Ya lo vi. Necesito ese trabajo dentro de dos horas, sin contratiempos.

Souichi estaba furioso con la estúpida chica por sus ridículos y patéticos intentos de seducir a su novio. Con decisión tomó a Morinaga de la mano y entrelazó sus dedos a la fuerza.

-Nos vamos. Recuerda que necesito ese trabajo dentro de dos horas.

Morinaga se sonrojó un poco pero sonrió abiertamente y con gusto se sostuvo de su mano. La chica se quedó de piedra ante tal acto, resultó que  su malhumorado y diabólico jefe compartían los mismo gustos. Hizo una reverencia y se quedó en esa posición hasta que su superior se retiró del lugar.

Mientras tanto, en el elevador, Morinaga estaba más que feliz pero un poco atontado por los reclamos de Souichi.

- Te vi cuando reíste con esa tipa. ¿Qué te hizo gracia? ¿Sus tetas? ¿Sus piernas?

Morinaga empezó a reírse y se acercó para cerrar el espacio entre los dos.

-¿Celoso?

Inició una serie de besos en el cuello, bastante rápidos. Tatsumi estaba empezando a ponerse tonto.

-No para nada. Recuerda que - Morinaga estaba besando detrás de su oreja

-¿Qué? 

Más besos en el cuello y Souichi ya estaba temblando un poco.

-Eres mío, bastardo, cálmate...

Souichi tenía los nervios de punta, pues el elavador podría abrirse en cualquier momento.

-Soy tuyo, conque es eso...entonces sí estás celoso.

-No, para nada. Pero te veías muy a gusto con ella. Quizá su personalidad escurridiza fue de tu agrado. 

Morinaga capturó sus labios con violencia.

-Lo único que es de mi total agrado es esto...

Le manoseó con descaro su entrepierna, lo apretó y frotó con sigilo y este despertó al más mínimo estímulo.

-¡AAH! ¡Cálmate, aquí no, idiota!

-Souichi, no creo aguantar hasta llegar a casa. Vamos al baño.

...

La secretaria maldijo su suerte, hubo un tiempo en donde se enamoró del Dr. Tatsumi, pero con la convivencia se dio cuenta que era un demonio insufrible, diabólicamente adicto al trabajo.

Y ahora que podía tener un poco de suerte, resulta que su jefe y  ese chico guapo son pareja.Con toda la frustración del mundo se apuró a recoger la taza que quedó sobre la mesita. 

Para su sorpresa encontró un mensaje en la servilleta, justo abajo de su número telefónico.

"Tengo novio"

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