Capítulo 12 -Límite recuerdos: empatía-

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Mateo ya no era un humano, él había sido poseído por una creatura y con el fin de aumentar sus habilidades toma control de él; su objetivo principal era eliminarme, incluso mató a Sion. El sentimiento de rabia hacia Mateo incrementaba mientras más razones sumaba para acceder a la oferta de aquel hombre.

- Tu propuesta es tentadora, pero ¿qué pasará conmigo? – pregunté – Si tus superiores controlan el equilibrio del universo entonces pasará poco tiempo para que se den cuenta de que sigo vivo.

Me miró con una sonrisa

- Bien pensado, por eso te haré mi discípulo – dijo con dotes de superioridad.

Si lo que decía era verdad, eso pondría fin a todos mis problemas.

Observé a Mateo, quien inconsciente, estaba apoyado en mi hombro. Él sólo estuvo en el lugar equivocado en el momento equivocado, ajeno a todo esto y ahora suponía una solución a lo retorcida y problemática que se había vuelto mi vida.

Pero él seguía siendo sólo un humano. La culpa que cargaría por aceptar la oferta de aquel misterioso hombre sería demasiada para mí.

- Sería un honor ser tu discípulo – dije con seriedad – pero no te daré a Mateo

Retrocedí un poco mientras cargaba a mi compañero y me puse alerta a cualquier movimiento del individuo en frente de mí. Me preocupaba lo agotado que estaba, pero con suerte esperaba crear una ruta de escape para ambos.

- Tranquilo, no voy a pelear – dijo mientras retrocedía – es una lástima que llegarás a esa conclusión, serías un excelente aprendiz.

Tras decir eso, desapareció. El límite se cerró y regresamos a la realidad, mostrando que todo el tiempo estuvimos bajo el control de aquel hombre cuyas intenciones eran desconocidas.

Más importante aún era hacer algo con Mateo. No quería que recordara la escena vivida, al menos no la parte en la que le arrebata la vida a Sion; usé mis poderes para regresar a los recuerdos de Mateo.

Para mi fortuna, Sion me había enseñado como se organizaban cronológicamente los recuerdos en cada una de las personas, aunque las burbujas parecieran estas esparcidas por todo este entorno, cada una guarda un lugar estratégico, si bien, aquellos de mayor significado emocional o racional resaltan de entre los demás, el tiempo transcurrido desde el evento real y la frecuencia con la que se recuerden influían en su lugar dentro del límite.

- Lo bueno es que también me enseñó como buscar un recuerdo en específico – dije mientras atraía hacía mí las esferas que guardaban la batalla que tuvimos.

Analicé ambas, la primera sucedía desde que me le uní en el parque hasta que el señor apareció, por su parte la otra esfera contenía desde que la consciencia de la creatura tomó el control de Mateo, hasta que nos sumergimos en el lago del inconsciente.

- Sin duda será esta – dije sosteniendo la esfera que compartía con el otro ser que vivía en su interior- me inventaré algo para explicarle después.

Lamentablemente, no podía modificar los recuerdos como lo hacía Sion, eso reducía mis opciones únicamente a una: destruirla.

Alejé los demás recuerdos de Mateo y coloqué a la burbuja delante de mí. Le disparé un rayo de color carmesí, pero la burbuja seguía intacta lo que provocó que me sorprendiera, volví a disparar esta vez con ambas manos, la esfera se cubrió por completo con una capa del anexo color azul marino que podía crear la creatura. Entonces, utilicé un ataque más potente, pero fue igual de inútil que los anteriores.

- ¡Demonios! – dije molesto.

Tras pensarlo por unos minutos llegué a la conclusión de que la consciencia de la creatura era lo que protegía esos recuerdos, de alguna manera ese recuerdo era resultado de lo que vivió Mateo en conjunto con el ser que comparte su cuerpo. Siendo eso verdadero, tendría que eliminar esa consciencia.

Sin embargo, no podía dejar ese recuerdo al alcance de Mateo, apenas le diría sobre la existencia de los límites y sus poderes, no podría decirle que asesinó a alguien o peor aún que una creatura habitaba en su interior.

Me detuve un momento a pensar en algo, tenía que aprovechar ahora que él estaba inconsciente... Y en efecto, esa fue mi solución. Me dirigí al lago del inconsciente junto a la esfera del recuerdo que quería eliminar.

- No podré destruirla, pero si hacerla inalcanzable para Mateo – dije para mí mismo mientras me sumergía en el lago, intentando llevar la esfera las profundidades.

Nuevamente me invadió esa sensación de familiaridad, como si conociera a Mateo, a la vez que era un completo extraño para mí.

Intentando no distraerme en lo absoluto, solté la esfera y me cercioré de que esta no saliera del lago. Una vez cumplida la misión cerré el límite.

- ¿Qué ha pasado? – preguntó Mateo con pesadez una vez que recobró su consciencia.

- Bueno...

- ¡¿Y ese sujeto?! – me interrumpió ansioso.

- No está ahora, no te preocupes – dije fingiendo estar tranquilo, aunque la verdad era que estaba demasiado nervioso por tener que explicar todo.

Honestamente, preferiría dejarlo así. Me molestaba la idea de explicar algo tan complejo y que ni siquiera yo mismo conocía a una persona por completo ajena a mi vida. Yo no era el más indicado, no sabía por qué motivo estaba aconteciendo todo eso en mi vida. Sumado a la pérdida de Sión que aun me provocaba un nudo en mi garganta y el deseo extremo de soltarme en llanto. Me sentía confundido, frustrado, vacío y sólo. 

LÍMITE: RECUERDOSWhere stories live. Discover now