Capítulo 2: Camiseta mojada

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Wheein y Hwasa estaban sentadas en el suelo, a los límites del campo. Como el día anterior jugaron tan mal (porque estaban tan nerviosas que no pudieron relajarse, no porque se les diera mal el baloncesto por supuesto), hoy estaban en el banquillo junto con otros jugadores que también lo hicieron un poco mal. Primero jugarían los mejores y ya luego los demás, para que no haya mucha diferencia de nivel.

Moonbyul en cambio, estaba dándolo todo en la pista y de hecho, era bastante buena.

―¡Eh, Yool, pasa! ―Moonbyul obedeció y le lanzó la pelota a su compañero, el cual consiguió que la pelota entrara en la canasta.

―¡Yeah! ―Ella y el chico chocaron las cinco para celebrarlo.

―No se te da nada mal esto, ¿eh? ―Le dijo un chico rubio del otro equipo.

―No soy tan bueno, lo que pasa es que vosotros sois demasiado malos. ―Y otra vez estuvo a punto de usar el femenino. Tenía que recordádselo a cada segundo, se estaba dejando llevar con el juego, pero tenía que mantenerse alerta.

―Lástima que tus amigos no tengan tu habilidad. ―Dijo otro chico señalando a los susodichos.

Moonbyul se giró por primera vez desde que había empezado el partido para verlas. Hacía tanto que no jugaba al baloncesto que se lo estaba pasando muy bien y se había dejado tanto llevar por la adrenalina que se había olvidado por completo de ellas. Sintiéndose algo culpable fue a sentarse con ellas. Wheein le pasó la botella de agua y después de un largo trago se echó un poco por encima. Tenía la camiseta empapada de sudor, y ahora también de agua.

―¿Cómo es que se te da tan bien el baloncesto? ―Le preguntó Hwasa apartando la mirada del torso de Zico que se le marcaba a través de la camiseta, benditos hombres que usaban camisetas ajustadas. Moonbyul simplemente se encogió de hombros.

―Jugaba de pequeña con mi padre, pero, de todas formas, se me dan bien los deportes.

―Es cierto, en el instituto era la única que se atrevía a plantarles cara a los chicos y darles una paliza. En el juego me refiero.

―Y en la cara también se la habría dado.

Las tres empezaron a reírse.

―Oye, Moon. Hay allí una chica que no te quita el ojo de encima. ―Comentó Hwasa. Llevaba un día con su plan y hasta ahora consistía en observar muy bien su entorno para familiarizarse con su presa. Por eso se dio cuenta que durante el partido había una chica de la otra pista que no dejaba de mirar hacia allí. Fue siguiendo las miradas de la chica por si le había salido competencia, pero su sorpresa fue que a quien miraba era a su amiga. Había esperado para asegurarse de que no se equivocaba, pero es que en el momento en el que Byul se echó el agua por encima la chica estaba embobada. Incluso podría jurar que alguna baba se le había caído de la boca.

La víctima de aquella mirada observó al grupo de chicas de gimnasia rítmica y se le dibujó una sonrisa cuando reconoció a la chica que había salvado el día anterior. Saludó efusivamente con la mano y Solar le respondió un poco avergonzada por haber sido descubierta.

Hwasa y Wheein miraban con curiosidad a su amiga.

―Es que ayer evité que se cayera, qué guay que haya conseguido entrar en el equipo, se la veía muy nerviosa.

―Llevamos un día infiltradas y Byul ya ha ligado. ―Dijo Hwasa lo más melodramática que pudo.― Vas a tener que darme unas lecciones.

―¡Yo no he ligado!

―Oye, chicos, lo dejamos ya por hoy que es la hora. ―Un chico alto pelirrojo que se había autoproclamado capitán habló desde el centro de la pista dirigiéndose a todos. Después de esto fue dándole la mano a los que habían jugado hoy.― Eh, Yool, buen partido, es genial tenerte con nosotros.

―Supongo que a nosotros no nos dirás lo mismo. ―Hwasa se levantó y empezó a estirarse, le dolía todo de estar sentada tanto rato.

―No os preocupéis, mañana jugaréis vosotros y a alguno de nosotros nos tocará el banquillo. Todo es cuestión de practicar mucho hasta pillarle el truco.

Aquel chico realmente hablaba como un líder. Intentaba motivarlos a todos como si estuvieran entrenándose para una competición y no solo para divertirse. Todos fueron caminando hacia el vestuario, las tres amigas se retrasaron a propósito para entrar más tarde y así esperar a que los demás chicos se fueran. Moonbyul vio que las chicas también se estaban yendo.

―Esperadme, voy a saludar a la chica esta.

―¿Babea por ti y tú la llamas ''la chica esta'' ―Moonbyul había salido disparada y no pudo escuchar ese comentario de Wheein.

Solar estaba muy cansada, le dolía todo el cuerpo, hacía mucho que no hacía gimnasia y se notaba.

―Eh, al final entraste. ―No se dio cuenta de que aquel chico había venido a verla hasta que lo tuvo justo en frente. Le pilló tan de sorpresa que se puso un poco nerviosa, además, tenía gotas de agua que le caían por el pelo y la camiseta negra empapada. Ojalá fuera blanca para que se transparentaba pensó la chica. Disipó esa idea, llevaba demasiado tiempo en silencio mirando su torso. Habla.

―S-sí. Me diste bastante confianza y eso me ayudó, gracias.

A Moonbyul le salió una sonrisa de idiota, se estaba dando cuenta de que la chica era muy guapa. Y eso que tenía la cara roja por el calor, estaba sudando y despeinada. Daba igual, pese a todas esas cosas se veía hermosa y eso era digno de admirar.

―No fue nada, ¡Me alegro mucho por ti! Espero que te vaya bien y bueno, parece que nos veremos más veces. Bueno, hasta luego. ―Se iba a ir cuando la chica le agarró del brazo haciendo que volviera a girarse hacia ella.

―Me llamo Kim YongSun, pero también puedes llamarme Solar.

―M-¡Yool!― Y otra vez casi lo estropea todo.

Tras despedirse cada uno fue a su vestuario correspondiente. Solar se encontraba muy feliz, había algo en aquel chico que le gustaba y quería conocerlo más. Tras cambiarse, Irene se interpuso acorralándola contra la pared, a lo que levantó una ceja.

―¿Me vas a decir quién era ese chico tan mono?

―Solo es un chico que me cogió cuando estuve a punto de hacerme una cara nueva con el suelo. Así que cambia esa cara, no hay nada más...aún.

Ese último comentario hizo que su amiga pegara un pequeño grito, riéndose la dejó libre y salieron juntas en dirección a la facultad.

―Así que llevamos dos días y ya te has colado por alguien.

―No me he colado por nadie. Aunque he de admitir que este chico es super mono, todo un caballero y tiene una sonrisa preciosa.

―Pues menos mal que no estás colada.

Con esto se llevó un golpe por parte de su amiga. Es cierto que había tenido una especie de flechazo con ese chico, pero era solo atracción, ni si quiera le conocía. Ella no creía en todo eso del amor a primera vista, el amor se ganaba con el paso del tiempo, conociendo a esa persona. Así que no sabía cómo llamar aquello, ¿un pequeño interés? Fuera lo que fuera, quería saber hasta dónde podía llegar aquello. Quién sabe, quizás sí que acabara colada por él.





Este capítulo ha sido más cortito pero bueno. Lo que me ha costado, cuando Solar se presenta no poner un: pero tú puedes llamarme cuando quieras.

Don't lie [MOONSUN]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora