Capítulo 8: El secreto de Wheein

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Moonbyul se desperezó, apenas había dormido nada, pero al menos no tenía resaca, menos mal que no había bebido mucho. Cogió su móvil, eran las 12, en una pequeña parte de ella se sentía decepcionada porque no tuviera ningún mensaje, bueno, ningún mensaje de la persona que quería que le escribiera.

Yool

Buenos días, espero que volvierais bien anoche. ¿Qué tal estás? Yo me he levantado sin resaca, lo cual es un milagro.

Se sentía un poco idiota cuando se pasaba un buen rato releyendo los mensajes que quería enviarle a aquella chica. Sentía que cualquier cosa que escribiera era absurda. Después de ir al baño y comprobar la cara tan horrible que tenía se dirigió a la cocina y se encontró con Wheein que se estaba tomando un café mientras leía algo en su móvil.

En ese momento se acordó de que anoche la habían dejado sola y el sentimiento de culpa volvió a apoderarse en ella.

―Buenos días... ―Dijo casi en un susurro, esperaba que no estuviera molesta, pero para su sorpresa, la chica se giró mostrándole una amplia y cálida sonrisa.

―¡Buenos días! Te he dejado un poco de café, suponía que lo necesitarías.

Esa actitud no era para nada lo que se esperaba, y en vez de hacerla sentir tranquila, la hizo inquietarse todavía más, Wheein no era de mostrar sus emociones cuando estaba enfadada, más bien al contrario.

―Gracias...―Se echó el café que quedaba en una taza y se sentó en frente de su amiga.― ¿Cuándo te volviste anoche? No te vi.

Wheein no despegó la vista del móvil para contestar, sus dedos se tensaron alrededor del aparato. Sin embargo, su voz salió dulce y tranquila, como si nada de ese tema fuera importante.

―Cuando vi que las dos estabais ocupadas. ―Había un gran contraste entre el tono de su voz y lo que había detrás de aquella frase.

―Lo siento, debí quedarme contigo.

―Mira, Moon. ―Y en este momento sí que dejó a un lado el móvil y la miró directamente, pero ya su actitud no era dulce, aunque seguía estando muy tranquila.― Da igual, tenías cosas más importante en las que pensar.

―Pero...

―Pero haznos un favor a todos, sobre todo a esa chica, y deja lo que seas a lo que estés jugando. No se merece esto.

―No estoy jugando, solo tengo miedo.

―¿A qué? ¿A que descubra que te estás haciendo pasar por un chico para liarte con ella?

―¡Yo no estoy haciendo eso y lo sabes! ―Sabía que Wheein tenía razones para estar enfadada con ella, la había dejado sola, pero joder, Hwasa había hecho lo mismo y la estaba atacando sin más. Ambas sabían que aquello no era verdad, solo la estaba provocando.― ¿Se puede saber qué te pasa?

En ese momento, la que faltaba apareció por la puerta con una energía que chocaba totalmente con el ambiente que se estaba generando en aquella cocina.

―¡Buenos días, chicas, la vida es maravillosa! ―Ni si quiera se dio cuenta de la guerra de frías miradas que las otras dos estaban intercambiando, estaba totalmente en su propio mundo.― ¡Eh, no me habéis dejado café!

Wheein posó su mirada en su otra amiga que como estaba de espaldas siguió sin darse cuenta de que las cosas estaban diferentes como de costumbre.

―Ni si quiera sabía que estabas aquí. ―Esto ya sí que consiguió sacarla de su mundo de fantasías y se fijó en que su amiga estaba rara, molesta, pero ¿molesta por qué? Pero ésta simplemente cogió su móvil se dirigió hacia la puerta, no sin antes dirigirse una última vez a Moonbyul.― Si no le gustas como chica, que es lo que eres, olvídate de ella.

Don't lie [MOONSUN]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora