Capítulo 12: El abismo

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Moonbyul se dejó arrastrar por Yongsun, no tenía ni idea de qué era lo que pensaba hacer. Pero más le sorprendió cuando en vez de bajar escaleras, comenzaron a subirlas. A medida que subían se le ocurrió el único lugar al que Yongsun podría estar llevándole. Llegaron a la última planta y se encontraron con una puerta cerrada. Yongsun le dedicó una sonrisa divertida antes de levantar una maceta pequeña con una plantita que había al lado de la puerta y sacar de allí una llave.

―SinB me contó este pequeño secreto.

Usó la llave para abrir la puerta y una corriente de aire llegó hasta ellas. Yongsun le volvió a coger de la mano para llevarlo con ella fuera, quizás no se fiara de que la siguiera, o tan solo era una excusa para poder sostener su mano. Fuera, la azotea era muy amplia, el edificio era lo suficientemente alto como para poder tener una gran vista de la ciudad por encima de los demás edificios. Era precioso. Pero ni todas las luces de la ciudad podían brillar más que la sonrisa que tenía Yongsun en el rostro.

Parecía muy feliz de estar allí arriba, dejó caer la mano de Yool y extendió los brazos a los lados mientras levantaba la cabeza hacia el cielo cerrando los ojos, el viento a su vez mecía su pelo. Moonbyul la observaba entre divertida y fascinada. Aquella chica era un poco rara, pero había algo único en ella.

Yongsun bajó los brazos y se dio la vuelta. No sabía si eran por las luces de la ciudad o la luz de la luna, que pese a estar en plena ciudad, aquella noche resplandecía por encima de todo, pero sus ojos brillaban más de lo normal.

―¿Vas a venir a ver las vistas o te vas a quedar ahí mirándome?

―Lo que estoy viendo supera cualquier vista que me puedas enseñar.

Yongsun soltó un sonido indescriptible y se acercó a ella solo para golpearle.

―¡No digas esas cosas!

Moonbyul no podía evitar reírse. Le encantaba la manera en la que reaccionaba a ese tipo de frases. Le encantaba ver cómo su rostro iba cambiando mientras iba procesando lo que decía hasta acabar refunfuñando y golpeándola.

Cuando ya pudo librarse de los golpes de su compañera, se acercó a la orilla de la azotea. Se dio cuenta de que se escuchaba la música de la fiesta, seguramente estaría la ventana abierta. Pudo notar que Yongsun se acercaba a su lado y cómo le estaba mirando fijamente, analizando cada una de sus reacciones hacia lo que estaba viendo. Decía de ella, pero a ella también le ponía nerviosa cuando hacía ese tipo de cosas.

―Desde que lo descubrí se ha convertido en mi sitio secreto. ―Puede que llevara poco tiempo en la ciudad, pero aquel lugar se había convertido en único para ella. Como casi nadie sabía que se podía abrir, nunca había nadie.― Siempre que necesito pensar o estar sola vengo aquí. Se que es una tontería, pero el ver todo tan pequeño me hace sentir muy grande. Como si estuviera observando el mundo desde lo alto, alejada de todo. Así todas las personas parecen pequeñas, y con ellas mis propias preocupaciones.

Moonbyul había apartado la mirada de la ciudad para mirarla a ella. Sin duda, por muy bonitas que fueran las vistas, Moonbyul elegiría mirarla a ella por encima de todo. Una parte de ella se sentía muy culpable. Yongsun se estaba abriendo a ella, le estaba mostrando una parte de ella que seguramente le habría enseñado a muy poca gente. Incluso podría estar siendo la primera persona en escuchar aquello. Y en cambio ella, no le estaba siendo para nada sincera.

―Perdona, te acabo de soltar una chorrada.

―Para nada. Entiendo perfectamente lo que quieres decir.

Ambas se quedaron un rato en silencio, apoyadas en la repisa, observando la ciudad. Pero como siempre, los silencios que había cuando las dos estaban juntas no eran incómodos, al contrario, las dos se sentían más cómodas de lo que jamás se habían sentido.

Don't lie [MOONSUN]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora