Capítulo 4: ¿Cita?

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Era viernes, último día de clase y también de entrenamiento, Hwasa se había propuesto pedirle a Zico de quedar al día siguiente, como Ricky por supuesto, y así avanzar con su fantástico e imbatible plan. Las tres chicas, ya con sus inconfundibles disfraces esperaban al otro lado del vestuario a que se hiciera un poco más tarde para cuando entraran a cambiarse los demás chicos ya estuvieran saliendo.

Y lo clavaron, en cuanto entraron ya estaban todos preparados. Un chico pelirrojo al verlos gritó, este tío era un poco escandaloso.

―¡Eh, tíos! A ver si madrugamos más que siempre llegáis tarde.

―¿Es que quieres que te de una paliza antes de tiempo? ―Le contestó Moonbyul mientras le chocaba el puño.

Los demás también fueron pasando y chocándoles las manos o haciendo algún comentario. Cuando todos salieron, Hwasa se miró la mano, Zico también se la había chocado y le había sonreído. No se iba a lavar la mano en la vida.

Ya llevaban una semana infiltradas y empezaban a sentirse más cómodas con la ropa y ya controlaban el que nada se notara. Aunque el nivel de Hwasa y Wheein no hubiera aumentado, también había otros chicos que no se les daba muy bien y no se lo tomaban muy en serio. Pero claro, también estaban al contrario, pero a esos Moonbyul los mantenía a raya.

Por suerte para Hwasa, Zico se encontraba en medio de esos dos bandos, jugaba bien, pero solo lo hacía para pasar el rato, así que no se burlaba de ella. Más le valía porque ella era bastante rencorosa.

Esta vez les tocaba jugar a los peores, así que Moonbyul se sentó en el suelo junto con los chicos con los que solía jugar a observar a sus dos amigas y los otros chicos más malos.

La chica estaba tan inmersa viendo a sus amigas jugar y lanzándoles gritos de ánimo y consejos que no se dio cuenta de que alguien se estaba acercando a ella. Uno de los chicos que estaba a su lado miró en dirección a la misteriosa chica que se acercaba y le dio un codazo a su amigo susurrando ''mira el pibón que viene por ahí''. Moon lo escuchó y salió de su concentración un poco molesta por el apodo que ese chico había usado.

Sin embargo, al girarse para ver a quién estaba llamando así, su enfado se vio disipado por su sorpresa y, para qué negarlo, felicidad.

Solar se estaba acercando a ella decidida, aunque cuando sus miradas se encontraron vaciló un momento, no esperaba que se girara tan repentinamente. Tomó aire y acabó con la distancia que quedaba entre ellos. Todos los demás chicos, menos los que estaban jugando, se dieron cuenta de la presencia de la chica así que tenía todas esas miradas que la observaban de arriba abajo. Genial. Por si fuera poco, su ropa no es que fuera demasiado discreta.

―Yool, ¿puedo hablar contigo? ―Se estaba sintiendo MUY incómoda. Se daba cuenta la forma en la que la miraban, cómo cuchicheaban entre ellos y se reían. Ugh. Había sido una mala idea acercarse con tantos chicos a su alrededor.

Por suerte, el único ''chico'' que le interesaba se daba cuenta de lo incómoda que estaba y le facilitó el trabajo levantándose.

―Claro, dime. ―Se apartaron del campo lo suficiente para que no les oyeran.

Solar estaba guapísima, llevaba unas mallas cortas que se le ajustaban al cuerpo y un crop top negro deportivo. Llevaba el pelo recogido en un moño mal hecho y varios mechones le caían por la cara.

―Bueno, va a sonar un poco repentino, pero...me preguntaba si ¿te gustaría ir a tomar algo conmigo mañana? Quiero agradecerte lo del otro día.

Moonbyul le costó reaccionar, la sonrisa de aquella chica era tan bonita...pero en qué demonios estaba pensando.

―Pero mujer, no tienes que agradecerme nada, tampoco es como si te hubiera salvado la vida. ―Soltó una pequeña risa nerviosa. Claro que le encantaría ir a tomar algo con ella, aunque no sabía muy bien el por qué deseaba aquello, pero ella la conocía como un chico y acercarse más a ella supondría...mentirle.

Don't lie [MOONSUN]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora