𝐒𝐀𝐒: 𝐏𝐄𝐑𝐅𝐄𝐂𝐓𝐎 [+18]

✦┆O29: Jungkook

¿Desea eliminar 217 elementos?

Llevaba leyendo esa misma pregunta durante cinco minutos mientras mi dedo se debatía entre las dos opciones, por mucho que mi orgullo estuviera destrozado atesoraba esas fotos pero tampoco podía seguir permitiendome hacerme daño cada vez que las veía antes de ir a dormir o en cualquier momento del día que tuviera libre.

—¿Vas a decirme lo que sucede?

—No sucede nada panquecito

—No soy tonta Jeon —Rió.— Hay algo que no me estás diciendo

Sin decir una sola persona le entregué mi iPhone, con asombro paso por todas las fotos que teníamos Lisa y yo juntos y algunas que había tomado cuando estaba distraída y no se daba cuenta de ello.

—Ella es la chica del ceño fruncido

—¿Qué?

—Cuando me presenté ante todos ella era la única molesta por mi presencia, no dejaba de mirarme como si quisiera matarme y en cualquier momento se abalanzaria a mi.

—¿Por qué haría eso?

—Eres un estúpido —Dijo golpeando mi cabeza.— ¿Realmente no entiendes? Ella estaba celosa

—Tienes que estar bromeando —Bufé.— Aún si fuera el fin del mundo ella nunca sentiría celos por mi, para ella siempre fui su puto fluffer

—¿Fluffer? ¿Qué es eso?

—Ya sabes como en las películas porno...

—No quiero saber —Me interrumpió.— ¿Y que hay de ti? ¿La quieres?

—Terminé con todo después de verla en la cama con otro hombre. Para mi siempre fue mucho más que eso, hice todo por ella pero parece que nunca fui suficiente. Entonces ¿por qué debo ser el único que dió todo si ella nunca dió nada? No sabes cuánto duele darte cuenta que no vales nada para la persona que por mucho tiempo a significado el mundo entero para ti

—Eso quiere decir que nunca tuvieron una relación formal

—Lisa siempre ha estado en contra de ese tipo de relaciones, lo único que ella esperaba era sexo y nada más, nunca lo entendí y ella tampoco se esforzó en darme una razón

Nuestra conversación se vio interrumpida por el tono de marcha de Darth Vader, Lisa era amantes de las películas de Star Wars y ella lo había seleccionado especialmente para mi.

—¿No piensas contestar? —Negué con la cabeza.— Es ella ¿Verdad?

—No lo haré.

Jia Qi rodó los ojos y me quitó el teléfono de las manos para descolgar y llevárselo a la oreja.

—¿Diga? —Dijo con una enorme sonrisa que se convirtió en una mueca.— ¿Cómo? ¿Una pelea?

—¿Qué es lo que sucede?