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|Bruser|

—Tú mala memoria hará que nos maten a todos.- viro mis ojos molesta.

El ambiente está tenso y triste desde ayer, Jean murió. Pasamos la noche en un granero abandonado, consolando a la rubia.

—¡Está cosa no funciona!- se altera Simone

—Patrick, déjala pensar.- exclama el líder

—¿Ahora la defiendes?-oculto mi risa, parece una esposa celosa- Perfecto, Martín.

—Cierra la boca pedazo de idiota.- Eso denota mi a carcajada, al parecer Rasmus está igual de cansado de escucharlo

—¿Qué dijiste?- se inclina hacia mi hermano- Voy a partirte la cara.

Todos se posicionan frente al ojiverde, protegiendo a Ras.

—Vamos a caminar.- Lea lo empuja lejos- Para que te tranquilices.

Ellos se van entre los árboles, me tiro en el suelo junto al rubio y escucho como Martín y Mone hablan sobre el mapa, pasan unos minutos en los que solo me dedico a observar el pedazo de cielo que me permite las hojas.

—Encontramos algo.- me asusta la voz del de gorra- Síganos.

—¿Qué es?- acelero mis pasos hasta quedar a su lado- Va a llover pronto.

—Es una casa, una gran casa.- dice sin verme- Pero parece habitada.

Salimos del bosque, los truenos resuenan y el cielo se vuelve oscuro.

—¿Por qué no está en el mapa?- cuestiona el chico Andersen- No sabemos quien vive ahí.- sujeto mi mano- ¿Y si son los forasteros?

—Los matamos.- golpeo el brazo de Patrick

—No sabemos cuantos son.- levanto mis cejas, hablan como si no hubiera pasado nada

—Tenemos que encontrar una manera de entrar.- dice viendo la mansión.

—No me gusta.- asiento dándole la razón a la rubia

—¿Quieren entrar?- giramos rápidamente hacia la voz desconocida

Simone se encarga de escondernos tras ella.

—¡Quieto!- Martín levanta su arma- No te muevas.

Es un hombre con barba, con una pijama celeste.

—No hace falta que me apuntes.- habla tranquilo-No les haré daño, pueden entrar.- aclara- Pero sin sus armas.

—No te las daremos.

—Somos gente pacífica.- de la casa salen dos mujeres

—¿Puedes probarlo?-indaga viéndolo

—No puedo.- mis ojos viajan de un extraño a otro- Deberas confiar en mi.

—No le des el arma.- aconseja Patrick

—Martín, por favor.- la voz de mi hermana suena nerviosa.

Un relámpago ilumina por unos segundos.

—Martín, empezará a llover.- avisa Bea, el ojiazul finalmente extiende la metralleta

Seguimos a las tres personas, subiendo las pocas escaleras. Nos guían hasta la sala, y las gotas  choca contra el suelo.

—Vengan, adelante.- y más personas con esa pijama están paradas en medio del lugar, escalofriante.- No tengan miedo, vengan.

—¿Qué es este lugar?- indaga la morena

—Solo deben de saber que una vez que entran.- nos da una mirada a cada uno- Son parte de nosotros.- Por instinto busco la mano del pecoso- Nada de afuera puede tocarlos.- me doy cuenta que sostengo la mano del ojiverde e intento soltarlo, pero este entrelaza nuestros dedos- No importa quiénes eran antes, sus problemas e inquietudes ya no están.

Under The Rain  || Patrick||Donde viven las historias. Descúbrelo ahora