#1 ~Eric~

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Llevaba un mes cuidando a Dax, el perro de un vecino, un hermoso perro con un hermoso dueño.

Eric, el dueño del perro, era actor, y viajaba a Las Vegas cada tanto para grabar. Admito que la serie me encantaba y descubrir que vivía en mi edificio fue genial.

Llegaría está noche de LV a LA. Y quizás crean que sera como siempre, llegaría buscaría a Dax y me pagaría, pero no, esta noche estaría trabajando ya que me han transferido al turno nocturno (soy una CSI de verdad). Así que tendría que esperarme... Hablando de eso, debo avisarle.

*Mensajes*

"Hola Eric! Cómo has estado? Solo quería avisarte que está noche llegaré tarde a casa. Dejé una copia de la llave donde siempre si es que quieres buscar a Dax antes de que vuelva. Que tengas un buen viaje!"

Eric pov's

Había terminado por fin de grabar las escenas del comienzo de la próxima temporada. Llegué al hotel y me duche, por fin me relajaría y volvería a casa en la mañana.

Llevaba un mes fuera, extrañaba a Dax, mi pequeño que ya estaba algo mayor, ojalá los perros fueran eternos, pero no era así. Por suerte, había encontrado a una preciosa chica que cuidaba muy bien de él mientras yo no estaba, no confiaba en las guarderías caninas.
Me relaje en la cama de la habitación para ver televisión y me llegó mensaje de (tu), instintivamente sonreí.

"Hola linda! Todo bien por aquí, por fin descanso. De acuerdo, tu no te preocupes, sé que tienes mucho trabajo y te agradezco muchísimo todo lo que haces. Prometo recompensarte"

Le respondí y pedí algo para comer en la habitación.
No podía dejar de pensar en (tu), la conocí hace unos años cuando me mudé de departamento, y debo admitir que me gusta, es una chica hermosa, divertida y ama a los animales igual que yo. Debería invitarla a salir algún día.

***************************

*Narrador*

Eric llego a su departamento, en frente estaba el de (tu), el estaba contento de por fin volver. Esperaba a que (tu) llegará para poder buscar a Dax, no le gustaba entrar al departamento cuando ella está a fuera.

Unas horas después (tu) llegó, el había estado pensando en ella todo este mes, poco a poco el había comenzado a gustar de ella, y según sus compañeros, se le notaba desde lejos.
Espero unos minutos a qué ella llegará a su saca y se acomodara y fue para buscar a Dax. Golpeó la puerta y esta se abrió, mostrando a una guapa joven, algo cansada pero sonriente.

Hola -dijo ella sonriente- ya llegaste -sus ojos se llenaron de un brillo especial-

Si, por fin estoy en casa -sonrio Eric mientras ella lo dejaba entrar- como se portó mi muchacho?

Muy bien como siempre -dijo ella mientras veía como ambos se saludaban. Eric amaba ese perro y para el era su vida-

(Tu) de verdad gracias -mirandola a los ojos- no se qué haría sin ti, el es como un hijo para mi -sonriendo- de verdad gracias.

Sabes que para mí es un honor, Dax es increíble -sonrio y acarició la cabeza de Dax- y además su dueño me agrada así que no veo porque no hacerlo -se encogió de hombros sonriendo-

Gracias -se acerco a ella y beso su mejilla- oye, que te parece si pedimos unas pizzas? Estás cansada y yo también así que podríamos relajarnos los dos juntos -sonrio con algo de timidez al terminar la frase-

Me parece una idea genial -mirando a los ojos-

Pidieron una pizza y se pusieron a charlar hasta que llegara. Se llevaban muy bien, y había mucha química entre ellos; Eric no desperdiciaba oportunidad que tenía para coquetear con ella de manera sutil.

La pizza llego y se pusieron a comer y ver alguna película. Ella no dejo pasar la oportunidad y se recostó contra el para ver la película. Él, con toda la delicadeza del mundo, pasó su brazo por los hombros de (tu) y la acerco más. Podía sentir perfectamente el olor a vainilla y coco de su cabello, acariciaba su hombro, su piel era suave y tersa. Para él, ella era perfecta.

La película había terminado, y (tu) se había relajado de tal forma con Eric a su lado que terminó dormida. Él con mucho cuidado la alzó en brazos y la llevo a su habitación, la acostó en la cama y beso su frente para irse a su departamento, pero algo lo detuvo.

Espera -algo dormida tomo la muñeca de Eric- quédate conmigo -mirandola- sabes que las tormentas no me gustan.

-sonrio y se sentó a su lado- estás segura de que quieres que me quede? -dijo suavemente acariciando su cabello-

Claro que sí -sonriendo- estar contigo me hace sentir segura Eric -mirando fijamente sus ojos, esos ojos que tanto le gustaban-

De acuerdo -beso su mano y se acostó a su lado quitándose los zapatos- solo porque te extrañe -susurro-

Me extrañaste? -mirandolo a los ojos, ambos estaban acostados de costado mirandose- de verdad?

Claro, siempre que estoy lejos de ti te extraño -beso su mano- quizás suena raro para ti, y espero que no te asustes pero, te has vuelto demasiado importante para mí -la miró a los ojos-

-se sonrojo y sonriendo- no me digas más que me lo voy a creer.

Puedes creerlo tranquila -se acercó a ella y la tomo del menton- ya no puedo ni quiero ocultarlo más -sonrio algo tímido y nervioso- lo siento, siento si te molesta o te hace sentir incómoda. Si no te gusta prometo que me alejaré de ti.

Sin darle tiempo a que ella pudiera responder la beso. Un beso lento, dulce, tierno. Ella de sorprendió, no se esperaba algo así de él, llevaba tiempo enamorada de él pero jamás pensó que el pudiera sentir lo mismo, así que sin pensarlo dos veces le siguió el beso.
Después de unos minutos tuvieron que separarse para poder respirar.

Eric yo... No puedo creer lo que acaba de pasar -dijo sonrojada-

Estás molesta? -pregunto con timidez y algo decepcionado-

Para nada -sonrio y beso suejilla- yo... Llevo tiempo deseándolo -se mordió el labio nerviosa y lo miro-

-sonrio- no te muerdas los labios, déjamelo a mi -sonrio y la volvió a besar, con un poco más de pasión que la primera vez- me gustas (tu), me gustas mucho desde que me mudé aqui no dejo de pensar en ti -mirandolo a los ojos-

Tú también me gustas Eric -sonriendo- y estoy feliz de que sientas lo mismo -lo abrazo fuerte pega do su cuerpo al de el-

Hablaron unos minutos más entre besos y abrazos, decididos a darse una oportunidad. Estaban tan felices que ambos se quedaron dormidos con una sonrisa enorme en sus rostros.

Él se había enamorado de una chica increíble, estaba seguro de que algún día sería su esposa, estaba decidido de eso.
Ella, había encontrado el hombre de su vida, ese hombre con el que se sentía segura, en quién confiaba plenamente, de quién se había enamorado al mes de conocerlo, y por fin, era real eso que tanto anhelaba.

~OneShots~ {Eric Szmanda - Greg Sanders}Donde viven las historias. Descúbrelo ahora