Crazy [ADAPTACIÓN] ➠ 'renmin'

IV. all night.

Tras mi desventura en el café, por fin le había encontrado un punto malo a ese lugar, MI café favorito, cada que iba a ese lugar el chico que limpiaba las tazas me miraba de forma traviesa y confiada, simplemente me molestaba, sin embargo no me volvió a hablar como lo hizo el primer día, ahora solo me miraba.

Por otro lado, mi relación con Dong Hyuck se fortalecía día a día; era un muchacho que, en pocas palabras, se describía como un caballero. Sensible, masculino, caprichoso; era difícil encontrar un amigo tan lindo esos días.

Era la tarde de viernes y la mayoría de los chicos jóvenes de mi edad tenían planes como una fiesta o una cita, sin embargo yo estaba ahí... viendo mi película de amor favorita en Netflix, comiendo palomitas de maíz y escuchando la lluvia caer, en eso sonó mi celular.

Miré el identificador de llamada y decía "Chen Lele❀" uno de mis mejores amigos en la secundaria, uno de esos chicos que se cambió de escuela.

─ ¿Hola?

─ ¡¿Por qué ya no me llamas?! ¡¿Ya encontraste nuevos amigos?! Ya no te interesamos, ¿cierto, hyung? ─ dijo con su voz un poco chillona.

─ Chen Le-ah, lo siento he estado ocupado y... ─ Rió algo fuerte.

─ Tranquilo Min, solo estoy jugando.

Así era él, como un pequeño cachorro, lleno de energía y torpe, un tiempo solíamos llamarnos mejores amigos pero de un día para otro ─ antes de que el curso terminara ─ nos alejamos un poco, ahora me sentía algo extraño ya que no sabía si llamar a Dong Hyuck mi mejor amigo, no sabía si él me llamaría de la misma manera...

─ Min dime, ¿tienes tiempo libre mañana?

Pensé un poco antes de responder, ¿de verdad quiero salir mañana? Uhh... supongo que era mejor que quedarme como estaba ahí.

─ Sí, ¿tienes algún plan?

─ Síp, te quería invitar a ver la presentación de porras mañana en mi escuela, en el Liceo Chino.

Cierto, él se había ido a ese colegio.

─ Claro, ¿a qué hora?

[ ~ ]

Seguimos hablando un buen rato.

─ Dime Min, ¿cómo te va en el amor? ─ Agh ese estúpido tema...

─ Ñeh, ahora solo me enfoco en mis estudios ─ respondí calmadamente para no levantar ninguna falsa sospecha.

─ Ay ajá, dime ¿no hay alguien qué te tenga suspirando todas las noches antes de dormir? ¿O qué te haga sentir ese nudo en el estómago cuando está cerca de ti, también te hace querer estar día y noche con esa persona?

Apreté las sábanas de mi cama cuando escuché hablar a Chen Le, mi respiración se paró al darme cuenta de que...

─ Sí... ─ Dije a secas y sin pensar, Chen Le hizo mucho ruido de emoción del otro lado del teléfono y eso ocasionó que mi madre me regañara, vi la hora y efectivamente era tarde.

─ ¡Cuéntame!

─ Hmm, mañana te cuento, te veo a las doce, ¿sí? ¡Chao!

Colgué rápidamente ya que estaba algo colmado de cosas; mi madre regañándome, mi mente gritando cosas que yo no sabía de mí mismo...

Apagué las luces de mi cuarto; cerré la puerta, me puse el pijama y mi celular sonó de nuevo, ush seguro Chen Le de nuevo... el identificador decía "Hyuckie ♡".

─ ¿D-diga? ─ respondí susurrando.

─ ¿Jae Min? ¿Estabas dormido? Siento levantarte p-pero...

─ Tranquilo, estaba despierto, ¿qué pasa?

Al escuchar su voz por la bocina del celular sentí cosas muy extrañas pero lindas...

─ Nada realmente pero no puedo dormirme y pensé en llamarte... ─ ¿a mí? ¿Por qué?

─ A-ah, ¿q-quieres platicar hasta qué tengas sueño?

Esto solo lo hacen dos tipos de personas; los amigos MUY cercanos y las parejas.

─ Sí, si no es molestia, claro.

─ Para nada, bueno dime, ¿qué hiciste en la tarde?

[ ~ ]

Hablamos por horas, ya eran las 2AM y nuestra plática seguía; escuchar su voz era un sueño, tierna y masculina, sentía golpes en mi pecho cada que él decía mi nombre... ASDFGHJKLÑ ¡¿QUÉ ME PASA?!

Dong Hyuck bostezó.

─ ¿Ya tienes sueño? ─ Cuestioné con ternura.

─ Mhm, ¿tú no?

─ Por mí podría hablar contigo toda la noche ─ ¡¿POR QUÉ DIJE ESO?! Él solo rió tiernamente.

─ Ay Minnie, ─ bostezó ─ te abrazaría en este mismo momento... buenas noches, descansa.

─ B-buenas noches Hyuck...

Colgué el teléfono, me acosté en mi cama, mirando el techo y de la nada sonreí.

(...)