Crazy [ADAPTACIÓN] ➠ 'renmin'

VI. this was a bad idea.

En la casa de Chen Le jugamos un rato videojuegos pero yo no tenía muy buena práctica y él siempre terminaba por vencerme.

─ ¡Oh vamos! ─ Perdí nuevamente.

─ Jaja, ¿segunda ronda?

No tenía de otra; por cierto ¿qué hora era? Miré el reloj y eran las siete de la tarde.

─ Última y ya, ¿está bien, Lele?

Él asistió alegremente, luego mientras cargaba el juego, Zhong me preguntó algo: ─ Oye, ¿por qué nos dejamos de hablar?, éramos muy unidos, ¿qué pasó?

Me puse nervioso, la verdad era que no había sido un "nos dejamos de hablar", más bien "yo le dejé de hablar"; yo me alejé.

─ Chen Le yo...

En eso se escuchó un golpe fuerte y la madre de Zhong comenzó a gritar, a su padre le estaba dando un infarto. En seguida llegó la ambulancia y su madre se fue en ella, Chen Le iba a hacerlo de igual manera.

─ Tú ve, me voy a mi casa ─ le dije intentando parecer tranquilo.

─ ¿Si sabes cómo llegar desde aquí? ─ asistí despreocupado y él se subió a la ambulancia.

Comencé a caminar por la calle, tratando de reconocer la zona pero la verdad era que solo le mentí a Chen Le, no tenía idea de cómo regresar a mi amado hogar... pero ¡claro! Tengo mi celular y ahí podía ver el mapa e incluso tengo una app que me dice que autobuses debo tomar y... ¡lo que faltaba! ¡No tenía pila, mi celular murió!

Comencé a subirme a autobuses que creía que me llevarían a zonas que me fuesen familiares, tomé varios pero al parecer estaba caminando en círculos.

Comencé a recordar que había pasado con Chen Le, tiene razón éramos muy unidos pero... agh ahora lo recordaba, lo recordaba todo.

Ya eran los últimos días de escuela antes de salir de la secundaria, mis amigos y yo descansábamos en un jardín, de algún modo u otro nos quedamos Zhong y yo a solas, fue ahí donde le conté sobre... mis preferencias sexuales, él lo tomó como si nada y me sentí a gusto con ello, el problema fue que yo decidí contarle aquella intimidad mía para proseguir con una confesión de amor, así es, eso era, yo estaba enamorado de Chen Le, sin embargo mi plan salió muy mal y terminamos enredando las ideas y palabras, haciendo un laberinto de confesiones que en lugar de decidirme a deshacer, solo me alejé de él con el pretexto de no quererlo hacerlo más grande.

Quería disculparme con Chen Le pero no quería dar explicaciones completas, mejor seguir evadiendo el tema, como sea ya lo superé y no siento nada especial por él, no siento lo que siento por...

Estaba caminando, el cambio para subirme a los autobuses se me había terminado y solo tenía un billete grande, no quería que me lo cambien por monedas pequeñas...

Mis manos comenzaron a sudar, estaba oscureciendo y yo seguía perdido. La ansiedad y frustración se adueñaron de mí y paré en seco a tratar de no llorar, pero ¿qué tenía que llore? No había ni un alma en esta calle ¡y estoy solo y perdido!

Con miedo a que me robaran, secuestraran o no sabía, comencé a temblar ahí mismo como un chihuahua.

Pero sentí las luces de un carro chocando en mi espalda, luego escuché que el auto se detuvo detrás de mí y el miedo se adueñó de mi ser, estaba en shock, ¿qué hago? ¿Me doy la vuelta? ¿Corro? Solo empecé a caminar tranquilamente, y justo cuando caminé el carro avanzó de igual manera, me estaba siguiendo hasta que se puso a mi par y bajaron la ventana de este.

─ ¿Italiano? ─ Reconocí la voz de inmediato, era InJunnie o "el chino del café".

Me detuve y él igual, le miré. Seguía con su uniforme del partido, con su cabello medio húmedo y todo. Bajó del auto y fue conmigo.

─ ¿Qué haces so...─ creo que vio mis ojos rojos de llanto ─ Oye... ¿estás bien?

Preguntó algo exaltado, puso su mano en mi hombro. No sabía si estaba feliz de que me encontrara a alguien conocido o estaba aún más enojado porque haya sido él...

─ Sí, estoy bien ─ Me tallé los ojos, él retiró su mano de mi hombro y luego me contempló por unos segundos.

─ ¿Qué me ves? ─ Se enderezó y señaló su auto.

─ ¿Quieres qué te lleve a tu casa? ─ Fruncí un poco el entrecejo sorprendido y confundido a la vez.

─ ¿Cómo sabes qué voy a mi casa? ─ Él sonrió discretamente.

─ ¿Cuánto llevas perdido?

Me sonrojé, pero no de pena, sino de rabia, ¡¿por qué me contesta con más preguntas?! Pero a decir verdad, me dolían muchos los pies... y apreciaba que me hiciese esa oferta.

─ S-sí, sí quiero que me lleves a mi casa. Sí, estoy perdido y sí, llevo caminando dos horas. ─ Él sonrió y soltó una risita.

─ Sube ─ Le dio vuelta al carro y abrió la puerta.

─ Yo respondí a tus preguntas ─ le dije, él levantó la vista al momento que dije eso y pintó de nuevo su sonrisa.

─ Bueno, veía lo claros que se hacen tus ojos al momento de estar húmedos en lágrimas y por lo cansado que te ves supuse que tu parada era tu hogar.

Puso una expresión calmada y ambos nos subimos a su auto.

(...)