013

1.9K 351 142
                                    


Estoy desnudo bajo sus manos, él me toca como si me adorara. Cada acaricia, cada respiro que libera sobre mi piel, me estremece.

Cuando le pregunté que suele querer un hombre en la cama, él no sólo se limitó a explicarme con palabras que era lo que querían, él me lo está demostrando con sus manos, con su cuerpo.

Esta noche he recibido mi primer beso, un beso que sabe a dulce y picante. Dudo mucho que HyungSik me haga probar ese sabor de nuevo.

Él se retira de mi cuerpo y se desnuda bajo mi mirada. He visto a hombres desnudos, a muchos hombres desnudos en los libros que leo para mi tío y sus invitados. Pero ninguno ha sido retratado de una forma tan sublime y al mismo tiempo feroz como ha sido creado JungKook. Él es impresionante y él es muy grande y majestuoso.

Sé que debemos hacer, lo he sabido desde que aprendí a leer a los seis años. Mi tío y mi tía no fueron discretos al momento de enseñarme la acción de hacer el amor, aun a pesar de que todo lo que hacía era leer. Ellos respondieron cada pregunta que tuve cuando era niño, e imagino que, en ese momento no era normal que un niño preguntara sobre eso, no hasta que sea un adolescente al menos.

Pienso que, probablemente, de ser yo una persona común, sería recién ahora que estaría formulando mis dudas y exponiéndolas al mundo. Por eso, he comenzado preguntándole a JungKook sobre ello, sé que es apenas dos años mayor que yo, pero parece que sabe sobre esto. Él es un pueblerino y estoy seguro que ha estado expuesto a este conocimiento antes.

JungKook vuelve a acomodarse entre mis piernas y besa mis labios. Él está caliente, su cuerpo arde y calienta el mío. Ya no tengo la sensación de frio en mis manos, ni en mis pies.

Él sigue repartiendo besos y tocándome de pies a cabeza. Sin embargo, sé que no puedo dejar que entre en mí. Yo no puedo quedar en cinta en este momento, sería imprudente.

Lo tomo de los hombros y lo giro, él se deja hacer y se tiende bajo mi cuerpo. Me sonríe y comienza a empujar contra mis caderas. Le devuelvo la sonrisa y bajo mi rostro a sus labios. Imito la acción de su cuerpo y me deslizo hacia su miembro, que está levantando e hinchado. Parece orgulloso de verme inclusive.

Comienzo a lamerlo y besarlo. Nunca imagine que una persona podría saber tan bien. Él gruñe y bate contra mí cuando lo he engullido por completo. Lo succiono y paseo mis dientes por su piel sensible. Él me detiene y me separa.

—Mi bello yūgen, detente. No deseo ensuciarte. —Me advierte, pero le sonrío y vuelvo a succionarlo. JungKook no se resiste y se viene dentro de mi boca y yo lo tomo gustoso por completo.

—¿Te gusta? —Le pregunto lamiendo mis labios.

Él me mira con la respiración agitada y medio recostado sobre mis sábanas. —¿Cómo usted siendo tan inocente sabe todo esto, mi bello yūgen?

Esta vez, la sonrisa se dibuja en mis labios y me recuesto sobre su húmedo y sudado cuerpo. —Prométeme que nunca me traicionarás. —Le pido en una súplica.

—Yo... yo nunca... —Intenta prometerlo, lo sé porque sus ojos son sinceros conmigo. Pero no puede hablar porque mi mano ha vuelto a bajar a su miembro y este despierta con mi suave acaricia. Presume, crece y golpea contra mi mano, comienzo a masturbarlo con clemencia nuevamente.

—Nunca lo harás... —Susurro y vuelvo a deslizarme en su cuerpo, porque mi nuevo juguete quiere mi atención, espero que siempre quiera solo mi atención.

Esa noche, toqué a JungKook como jamás lo hice antes con alguien más, esa noche bebí de su esencia y él me complació hasta perder mis sentidos. Esa noche pude experimentar, sentir y estremecer al entender por fin, porque todos esos cuentos causaban fascinación en esos hombres de cuello blanco.

El Doncel ❀ KookTaeDonde viven las historias. Descúbrelo ahora