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Puedo mirarlo por el pequeño orificio que está en la pared entre mi habitación y la suya. Es un chico alto y delgado, con el cabello muy negro y corto. Su rostro es perfilado y sus rasgos son varoniles; pero aún posee esa mirada de chico inocente, aunque vivaz.

Le veo sonreír mientras que Sasaki le da las últimas instrucciones. Él asiente y se inclina una y otra vez. Sus ropas son viejas y sus zapatos gastados, es un chico pobre, de eso no hay duda y casi siento pena por lo que le espera.

Cuando Sasaki se marcha, él se saca la ropa y se coloca un feo pijama. Le veo sacudir su cabello y murmura algo que no logro entender, está nervioso o eso parece. Mueve las colchas y se acuesta bajo estas después de apagar la lámpara, se mueve un rato y luego se queda quieto en su lugar. Creo que se ha dormido.

Bien. Es hora del espectáculo.

Camino hasta mi cama y tomo entre mis manos una vieja muñeca que he tenido guardada por años, HyungSik me ha dicho que si lo llevo conmigo pareceré más inocente, yo creo que es estúpido.

—¡Mamá! ¡No! ¡Mamá!

Mis gritos son los suficientemente altos para despertarlo. Tengo que aguantar una risita cuando lo veo entrar corriendo a mi habitación muy preocupado. Yo sigo gritando y pateando en el aire, mientras él intenta calmarme.

—Por favor, joven doncel. Cálmese. Soy yo, JungKook, su nuevo sirviente. —Le oigo decir, se ha acercado tanto a mí, que puedo sentir su olor a jabón en el cuerpo. Él me abraza con fuerza y me dejo de mover fingiendo que he despertado de un mal sueño. —Tuvo una pesadilla, está en su habitación y está a salvo, joven doncel. No tema...

—En la ventana—. Lo hago a un lado y me acerco a donde señalo. —¿La ves, JungKook? En la ventana... mi tía está en la ventana, JungKook—. Recuerdo aquella vez que vi a mi tía colgando de ese árbol. Yo me estaba preparando para bajar a cenar con mis tíos. Sus ojos abiertos miraban directamente hacia a mi habitación.

La voz de JungKook me tranquiliza cuando me he rendido al fin y he regresado a la cama, él me acobija y me arrulla. No recuerdo la última vez que me había sentido así, mis ojos pesan y me siento cómodo. JungKook no se marcha de mi lado hasta que me he quedado dormido con sus melodías llenando mi oscura habitación.





×××





—Joven doncel Kim TaeHyung—. Sasaki habla tras de mí, ha traído a JungKook consigo. —Este muchacho de aquí es su nuevo sirviente, Jeon JungKook.

—A su servicio, joven doncel Kim TaeHyung. —Me dice, y puedo sentir que está nervioso.

—Levántate, JungKook—. Le ordeno.

Anoche todo estaba oscuro y no pude apreciarlo realmente, ni aun cuando lo espíe en su habitación, la luz no era mucha. Pero ahora lo tengo adelante mío, levemente inclinado por respeto y con una gran sonrisa en sus labios. Puedo notar que sus ojos brillan y pareciera que va a gritar de la emoción en cualquier momento. Ya he visto esta reacción en otros hombres, no es nada de lo que deba sorprenderme realmente.

Miro de nuevo sus cabellos, están debidamente ordenados, como si hubiese puesto mucho esfuerzo para que se vean de esa manera. Miro de nuevo su ropa, es vieja y algunos lados veo que tiene remalles. Pero fuera de eso, él se ve muy limpio. Después bajo la mirada y noto que sólo lleva puesto un zapato.

El Doncel ❀ KookTaeDonde viven las historias. Descúbrelo ahora