Capítulo 5: party

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Debe ser un sueño.

¡Sí! tiene que serlo, es la única explicación. Él no está frente a mí, el hombre de cabello  oscuro perfectamente alineado  gracias a la abundante gelatina  que este posee, de pie  junto a un minibar  no puede ser…Dani

―es increíble cómo pasan los años ¿verdad? ―asiento con la cabeza.

Tiene razón, el Daniel que conocí alguna vez, nunca habría utilizado un traje que a simple vista costaba más que una consola de videojuegos. El chico alto de complexión  delgada que solía estudiar en todos los recesos y protegía a toda costa sus anteojos de los  entrometidos no era ni la sombra del hombre que se presenta frente a mí: un hombre seguro, con un cuerpo más  vigoroso  y marcado por un traje color gris el sueño de toda mujer. A excepción de mí, claro está.

― ¿Daniel eres tú?

―así es ―cruza los brazos y se apoya en el respaldo del sofá que se sitúa a un lado del minibar ― ¿Cuánto ase que no nos vemos?  ¿Siete años?

― Nueve ―frunzo el ceño― ¿Qué haces aquí?

― ¿No lees los periódicos?

Niego con la cabeza ―No, a menos que sean las tiras cómicas.

―Ahora soy el presidente de esta compañía.

Necesito leer más, en una de estas, no valla a ser que me encuentre al nuevo rey de Inglaterra y lo trate como al chico de mensajería.

Se incorpora y camina hacia el escritorio tomando asiento e indicándome con la mano que haga lo mismo.

―Al ser la cabeza de “The best trave” necesito un equipo capacitado para el trabajo. Es por eso que cuando entregaste tu información en recepción decidí contratarte.

―Yo no estudie  Técnico superior en asistencia a la dirección― cuestiono.

―Lo sé―sonríe y se reclina en el respaldo de la silla como un rey en su trono―tu área es la contabilidad― entrelaza sus dedos―Necesito a alguien hábil, de confianza, que pueda darme resultados inmediatos, que ponga su trabajo antes que su existencia y que no  reproche mis decisiones.

―Eso no me suena a mí.

―Tienes razón―entrecierro los ojos―no eres muy buena en esos aspectos.  No eres la persona más organizada que conozco pero sé que si deseas algo, ambos sabemos que si te propones un objetivo por más absurdo que sea siempre lo consigues―su mirada se torna fría y calculadora, como cual lobo espera el momento de atacar a su presa.

―Lo que sucedió en…―me interrumpe.

―El pasado es pasado―sus labios se curvan hacia un lado formando una media sonrisa, como si supiera cuales son mis pensamientos―como dice el dicho: el pasado enterrado, pisado y olvidado.

Un remolino de ansiedad y tención se colocan en la boca de mi estómago causando un nerviosismo en todo mi cuerpo. Sé que debo salir de aquí, las palabras solo son eso pero las acciones son muy diferentes.

―Creo que no es lo que busco ― me dispongo a marcharme pero él se apresura a levantarse de la silla y se coloca detrás de la mía evitando que  pueda salir.

Fue un gusto conocerlos, mi vida termina aquí lo que más me duele es no haber comprado  la gabardina CN edición limitada, envés de eso termine prestándole el dinero a Ricardo y sé que jamas me lo va a devolver, pero eso sí que cuando me lo encuentre voy a...

― ¿Abigail?

― ¡Ah! perdón.

―Como te decía: actualmente es difícil encontrar un trabajo que pueda solventar todas tus necesidades―se recuesta en el respaldo de la silla, acerca sus labios a mi oído y murmura: ―yo puedo darte el mejor salario que hayas tenido o tendrás, el triple o cuádruple de lo que podrías ganar en una simple tienda―se separa de mí y se dirige a su escritorio abriendo una de las gavetas y sacando un folder amarillo colocándolo frente a mí y a un lado coloca un bolígrafo―solo debes firmar y tendrás el mejor empleo que podrás conseguir,  no dependerás de nadie, incluso podrás comprar tú propio departamento o un auto, te abro las puertas a un mundo más amplio tú eliges firmar y dejar de ser una desempleada  sin importancia o seguir como la chica invisible que nadie sabe que existe.

Ninguna como yoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora