-¡Vamos Naruto, no puedes esconderte de mi por siempre!
La figura colérica del profesor Mizuki brincaba a través de los arboles en busca de una singular cabellera rubia con el pergamino que él tanto deseaba. El lugar que había elegido para el encuentro era seguro pero no podía dejar que pasara más tiempo, necesitaba encontrar ese chiquillo a la de ya antes que los shinobi de Konoha depararan en su ubicación.
Dejó escapar un gruñido y decidió acelerar su paso solo para detenerse abruptamente ante el chasquido de una rama bajo él. Una sonrisa de autosuficiencia apareció en su rostro y sus ojos brillaron con un extraño destello siniestro cuando dio con un plan en mente.
-¡Jutsu de transformación! -vociferó al aire formando sellos con sus manos. El extraño humo que de pronto lo había envuelto se disipó dando paso a un hombre de cabello castaño con una singular cicatriz sobre su nariz. -Preparate Naruto, conseguiré ese pergamino, no importa lo que cueste.
Después de soltar una última risa malvada su semblante cambio drásticamente dando paso a una fingida preocupación. Esperó a que la silueta naranja se alejara un poco más para así poder seguirlo sin complicaciones, luego él también desapareció en la lejanía.
[...]
¡Realmente debo irme lejos de aquí!
El sudor corría por la frente de la pequeña silueta atravesando lentamente un semblante determinado. Sus acciones y su mirada reflejaban claramente unas emociones opuestas a lo que su mente alarmada trataba de transmitir en realidad. Era obvio que debía irse, sin embargo, sus pies no iban tan rápido como él lo deseaba.
Quitó el sudor de su frente recordando las palabras que el profesor Mizuki momentos antes le había dicho y soltó un suspiro lento. Tal vez parecía mentira, pero al meditarlo, todo al fin cobraba sentido en su mente. Todas esas miradas y esos insultos, solo por el simple hecho de tener consigo algo de lo que él ni siquiera estaba enterado. Se le hacia algo absurdo que la aldea le temiera por algo que ni siquiera fue su culpa, pero así eran las cosas. El corazón de las personas siempre había estado rodeado de maldad a donde quiera que fuese.
Y esa, tal vez era la respuesta.
Tal vez debería dejar todo de lado y largarse de esa aldea de una vez y por todas. Estaba seguro que nadie lo extrañaría, es más, no se asombraría si realizaran una fiesta en su honor una vez se dieran cuenta de su ausencia pues hací eran todos en Konoha. Un montón de personas superficiales que nunca se dieron a la tarea de conocerlo antes de sacar conclusiones y tratarlo mal.
¡Naru-kun!
Como un recuerdo lejano, la voz de esa chica retumbó en su cabeza.
Nana Akimichi, no había un solo segundo en que esa chica pudiera dejarlo en paz. Sin importar donde se escondía o cuanto huyera de ella, siempre, sin falta, encontraba la manera de llegar a él y acosarlo sin descanso. Día tras día, año tras año, tuvo que soportar la constante presencia de ella arruinando su día.
"Naruto-kun, te preparé el almuerzo~"
"Naruto-kun, pasa la tarde conmigo."
"Naruto-kun, se mi esposo."
"Naruto-kun, ¡te amo!"
Un rubor creciente apareció en sus mejillas y se vio obligado a detener sus pasos al recordar todo eso.
Ella, ella era el peor enemigo de Naruto en toda Konoha. Por su culpa, Naruto no había tenido un solo día tranquilo en los últimos tres años de su vida. Siempre apareciendo en cada esquina, llevándolo a la fuerza a todas partes o pegándose a él como si fuera un chicle ultra resistente. Aquella chica verdaderamente era una pesadilla, sobre todo cuando preparaba sus comidas extrañas y lo forzaba a comerlo a pesar del dolor estomacal que obtenía después.
Naruto estaba seguro que esa Akimichi era la persona que más lo detestaba en el mundo. Por más que la niña tratara de ocultarlo él estaba totalmente seguro que Nana solo hacía todas esas cosas por que disfrutaba verlo sufriendo.
Sí, no había otra razón, esa chica era una total persona malvada.
De pronto, una idea realmente brillante apareció en su mente. Si se marchaba, podría disfrutar de una vida totalmente pacifica sin tener nunca mas que lidiar con el huracán de coletas café o con aldeanos que lo aborrecen. Una vida nueva con personas que no lo juzguen y que lo acepten por lo que es, nunca más tendrá que vivir en sufrimiento y podrá tener un futuro feliz como siempre a deseado. Sí, parecía una idea sumamente magnífica o al menos así era hasta que una silueta vestida de verde hecho todas sus ilusiones a la basura.
¡¿Cómo me encontró aquí?!
Su conciencia entró en pánico y mandó llamadas de alerta justo a tiempo a todo su cuerpo ayudándole a reaccionar rápido para así poder usar técnicas de camuflaje y pasar desapercibido ante la amenaza. Poco tenía idea que esos métodos no funcionaban con la chica, aunque el propósito de la Akimichi nunca fue encontrarlo en primer lugar, sino tratar de desviar la atención lo mas lejos posible de él, aunque claro que Naruto no tendría conocimiento de esto sino hasta más adelante.
Dejó escapar el aire en alivio una vez hubo pasado el peligro y guardó sus herramientas de nuevo en su lugar.
-Demonios, ¿por que siempre esa chica tiene que estar persiguiendome a todos lados? -dijo con una expresión de fastidio. -Hm, de todos modos no importa. Pronto dejaré de toparmela en cualquier lugar y podré estar en paz toda mi vida.
Giró sobre sus talones dispuesto a huir en la dirección opuesta pero no logró alejarse mas que unos metros cuando la realización le hizo darse cuenta de algo.
-¡¿Y que demonios está haciendo ella en un bosque oscuro con dos profesores peligrosos cerca?! -revolvió su cabello rubio con desespero. -¡Ay, esa chica siempre logra meterse en problemas, es como un imán atrayendo desgracias 'dattbayo!
Naruto sabía muy bien que no debería preocuparse por ella pero el sonido del metal chocando en la distancia lo descolocaba en sobre manera y no podía evitar sentirse inquieto por su seguridad.
Odiándose por un instante, siguió el sonido en la lejanía y logró esconderse justo a tiempo antes de que ninguno de ellos se diera cuenta de su presencia.
Solo esperaba no arrepentirse de sus acciones en el futuro, o su decisión podría costearle demasiado caro.
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Un Esposo Para Nana. ↪NarutoxOc↩
FanfictionRendirse, nunca había formado parte de la personalidad de Akimichi Nana. Y es que, un corazón débil, jamás le podría brindar la felicidad que aquel chico fervientemente necesitaba. Por eso, sin importar las adversidades y las palabras hirientes de...