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5 años después...

Un pequeño joven de cabello rubio y ojos azules se encontraba escondido entre las sombras de las calles.

Su cuerpo rezumaba con  impaciencia deseando poder llegar a su amado restaurante Icharaku a tiempo pero debía revisar bien si quería disfrutar de un tazón de ramen como se lo merece.

En paz y armonía.

Asomó su cabeza escaneando ambos lados y soltó un suspiro cuando confirmó que el lugar estaba fuera de peligro. Por fin podría saciar su hambre. Salió de su escondite luciendo una gran sonrisa y procedió a adentrarse al preciado restaurante todavía un poco cauteloso.

—¡Buenos días viejo Teuchi! —saludó al entrar agitando su mano.

—Oh, buenos días Naruto. Veo que hoy vienes más temprano.

El joven sonrió achicando los ojos y recargó sus brazos tras su cabeza.

—Sí, quise venir más pronto por una ocasión especial —levantó su puño al aire para después exclamar con alegría, —¡Realmente espero que tu ramen me de suerte hoy 'dattebayo!

—Ah, claro —Teuchi le mostró una amable sonrisa al recordar la especial ocasión. —Escuché que los exámenes genin son hoy ¿cierto?

—¡Sí, y por eso quiero...

—¡Naruto-kun!

El de melena rubia se congeló en su lugar al oír esa voz. Sabía que tarde o temprano lo encontraría pero muy en el fondo esperaba, que ése día fuera la excepción.

Trató de reaccionar en el último momento pero unos brazos alrededor de su cuerpo detuvieron su huida.

Ahora no tendría escapatoria.

—¡Nana! —gritó fuerte con un leve tartamudeo. —¡E-stas demasiado cerca!

La pequeña castaña se alejó un poco de su amado con una mirada dulce para después tomarlo de las mejillas y proceder a estirar de éstas.

—Aw, mi Naru-kun está sonrojado —el rubio intentó alejar las manos de su cara aun sabiendo que era inútil.

Nada podría contra aquella chica.

Pero aun así no se rindió y siguió forcejeando, después de todo, el sería el próximo hokage y una niñita rellena no podría mas que él.

—¡Vamos, Nana! —exclamó con dificultad por la acción de la pequeña. —Hoy es, un día especial, ¡y no puedo llegar tarde!

La chica pareció reaccionar y se alejó al instante. El oji-azul miró confundido como la pequeña buscaba algo entre sus manos.

¿Ahora que tramaba aquella niña?

Por otra parte, la chica fue testigo de cuan torpe era al momento que su "súper desayuno para darle suerte a su Naruto-kun" no aparecía.

—¡¡Eh!! — exclamó sobresaltada tomando su cabeza entre sus manos. —¡Pero si lo traía conmigo hace unos instantes!

Las imágenes regresivas comenzaron a mostrarse en la cabeza de Nana como si de una película cinematográfica se tratase. Mostrando como la chica corría detrás de Naruto, dejando el bento tras de si.

Un grito de terror salió de los labios de la chica para después salir corriendo disparada fuera del local.

Naruto solo la miró con una gotita estilo anime en su frente.

—Por eso es que prefiero a Sakura-chan, 'dattebayo.

Tras esas palabras, Naruto se dirigió al asiento frente a la barra como si nada hubiera pasado y se dispuso a comer el ramen que el señor Teuchi recién le había servido.

Esperaba que su buena suerte no hubiera desaparecido por el día de hoy.


[...]


—¡Fue horrible! —exclamó la Akimichi tiempo después mientras tiraba de sus cabellos. —¡Ahora jamás volverá a hablarme!

Su amiga peli-naranja a su costado rió de manera nerviosa sin saber realmente que hacer. Meyumi no era exactamente el tipo de chica que decía las palabras correctas, siempre terminaba haciendo sentir mal a la castaña. Y ese día Nana se miraba peor que otras veces, así que no quería abrir la boca sin pensar bien las cosas.

Veamos, ¿que diría Natsumi nee-chan en su lugar?

Claro.

—P-pero por lo que has dicho, —tomó una pausa un poco nerviosa antes de continuar —Naruto-sempai es genial ¿no? —el llanto de su amiga cesó momentáneamente y la oji-verde la miró un poco confundida. ¿De que estaba hablando su amiga? Meyumi entendió su duda y rápidamente se apresuró a añadir. —Me refiero a que, si Naruto-sempai es así de habilidoso, no importa si perdiste el obento de la suerte.

Nana la miró con ojos brillosos comprendiendo lo que su amiga trataba de decir. Ella tenía razón, no se debería seguir atormentando. A final de cuentas, Naruto era el mejor ninja de su generación y nada podría detenerlo.

—Tienes razón Mey-chan —la castaña se puso en píe y levantó un puño al aire. —¡No importa los errores que yo cometa, nada podrá entorpecer el camino ninja de mi futuro esposo!

La ceja de Meyumi tembló levemente.

—S-si, bueno, me alegró que ya estés mejor Nanami-san.

—Mo~, te he dicho que no me llames así, Me-yu-mi —dijo Nana formando un puchero.

—Lo siento Nana-san, —rascó su mejilla con nerviosismo evitando su mirada para ocultar su vergüenza —aveces no me acostumbro a ello.

La castaña achicó los ojos simulando una mirada aterradora hacia su amiga.

—Lo dejaré pasar, pero sólo por esta vez —el cuerpo de Meyumi tembló al ver la expresión de su amiga y Nana soltó una carcajada cambiando rápidamente de humor. —¡Bueno, nos vemos más tarde!, tengo que ir a ver como les fue a Chouji nii-san y Nuruto-kun en los exámenes.

—De acuerdo, ¡p-pero asegurate de llegar mañana temprano a clase, Nana-san! —grito rápidamente la pelinaranja al ver como su amiga se alejaba a toda prisa por el camino.

—¡Claro, lo haré!

Un Esposo Para Nana. ↪NarutoxOc↩Donde viven las historias. Descúbrelo ahora