•||02||• parte 1

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—¡¿Ehh?! —grito la chica alarmada. —¡¿Por qué mi Naruto-kun no está con ustedes?!

Nana había llegado minutos antes en busca de ese rubio hiperactivo, pero grata fue su sorpresa al no encontrarlo por ninguna parte.

Observó a los dos chicos frente a ella odiando el silencio en el que pronto se habían sumido. Lucían un poco incómodos y evitaban a toda costa mirar a la Akimichi a los ojos.

—Ah, ¿buscas a Naruto? —preguntó un chico con un cachorro blanco en su cabeza a sus espaldas. Shikamaru y Chouji lo miraron alarmados por lo que el Inuzuka estaba a punto de decir. —No creo que lo encuentres aquí. Después de todo, ese idiota ni siquiera se convirtió en genin. Aunque no puedo decir que me sorprende porque...

—¡Ya cierra la boca de una vez, tarado! —la ojiverde expandió su mano y golpeo al de colmillos lanzándolo lejos. —¡No permitiré que nadie hable así de él!

Si había algo que enojaba en sobre manera a la castaña, era escuchar a las demás personas hablando mal de su Uzumaki-kun.

—Que fastidio, —habló el Nara con expresión cansada —ahora alguien tendrá que ir por él.

—Yo digo que lo dejemos sólo —opinó Choji a su costado con una bolsa de papitas. —Haber si así aprende.

Una sonrisa casi imperceptible se asomó por el rostro del pelinegro. Su amigo siempre le daba el lado a su primita.

—Hmp, lo que tu digas.

—Bien —el Akimichi dio media vuelta para encarar a la chica. —Creo que es hora de irnos... ¿Nana?

Ambos levantaron la vista y confundidos vieron a la castaña perderse en la lejanía.

—Y ahí va, siempre detrás de ese chico —suspiró el ojinegro con sus manos en sus bolsillos. —Son un par de problemáticos.

—Sí, aunque solo espero que esta vez Nana llegue temprano a casa —un escalofrío recorrió su espalda al pensar en los eventos de la semana pasada, —no quiero que tía Koizumi se enoje conmigo, no de nuevo.

—Sí, esa mujer da miedo, incluso mas que mi madre.

Ambas asintieron perturbados al unísono para después regresar junto a sus padres sin imaginar en el gran lío que se metería la castaña ese día.

[...]

—¿En dónde estará? —se preguntaba Nana al saltar de tejado en tejado.

Llevaba ya varias horas buscando a Naruto por toda la aldea, pero el rubio no daba señales de aparecer por ninguna parte.

Nana soltó un suspiro y se detuvo unos instantes sobre el monte Hokage para observar el atardecer frente a ella. Solo quedaba un poco menos de medía hora para que la oscuridad cubriera a la Aldea y ya se estaba quedando sin ideas de donde buscar.

¿Cómo era posible que un chico desapareciera así como así?

En el pasado, hubieron muchas ocasiones en las que Naruto había huido de ella tratando de esconderse, aunque sus intentos fueron en vano, pues Nana siempre terminaba encontrándolo a pesar de todo. Pero esta vez, sin duda era distinto.

Un Esposo Para Nana. ↪NarutoxOc↩Donde viven las historias. Descúbrelo ahora