Las chicas se encontraban en la posada "La montaña feliz", nombre dado por la Delfina de cinco años de edad, que al ver el edificio tan alto como una montaña y tener las ventanas y la puerta de la parte frontal del edificio acomodada como una cara se le vino a la mente ese nombre, ya que los que se hospeden aquí tendrán una experiencia feliz, pero que hizo que nuestras tres supervivientes de la treta de sus amigos fueran a ese lugar, simple Kenna recuperaría lo que es suyo y las demás supervisarían que nadie viera ese fugaz encuentro o supieran del desliz de la rubia, además que Delfina aprovecharía para poder promocionar el turismo de su amado pueblo y que se hospeden en la posada.
Mientras del otro lado de la acera venían nuestros héroes o así se sentían ellos tras la osadía que cometieron varias horas atrás sin ser acachados por las chicas o alguna sospecha por parte de los tíos de Matthieu y eso es mucha ganancia, ya que significa que ellas limpiaron el desastre que armaron sin delatarlos, aunque el costo sería muy alto, tarde o temprano se las cobrarían como ellos habían hecho.
-Delfina cada vez se pone más bonita. –declara Matthieu una vez que están frente de la posada y ven a Delfina repartir folletos, claro que tal comentario no se le escapa a Leonard y menos la mirada lasciva que le manda a su dulce y pequeña prima, es de aclarar que Delfina siempre ha sido protegida de los chicos y de lo que la podría herir por dos personas: su padre y su primo que hubo más de una ocasión que exageraron los hechos aunque en esta situación es claro que Matthieu siempre se ha sentido atraído por Delfina pero siempre la trata respetuosamente y a veces muy indiferente sin mostrar su lado juguetón que claramente ha afectado mucho a Delfina que la trate tan diferente como si se fuera a romper o que fuera chismearle a su padre o primo tal cosa.
-Es mi prima, idiota. -dice y le da un zape en la cabeza, entretanto Tommy se ríe entre dientes y los deja para ir a buscar a Fresia.
-Y no soy el único que lo sabe. – expone Matthieu señalándole a Leonard su prima que se encuentra hablando con un chico que parece muy interesado y no de la posada.
-Aquí las personas nos visitan por los paisajes que les brinda Torres Hills, además que en invierno, ves lo más hermoso de un paisaje, ves las montañas con nieve y desde esta ventana tienes la vista perfecta para eso, disfrutas tu chocolate caliente del día que es por parte de la hospitalidad de la posada, además también hay clases de esquiar y de snowboard, así que deja que este destino sea de paso y vuélvelo una estadía para relajarte.-dice Delfina a Damián, un chico de ojos verdes que acaba de conocer hacía cinco minutos preguntándole la ruta más fácil para ir al Del Real Valle, el viñedo de la familia de su primo, no es que le quiera quitar los clientes a su familia por parte paterna por eso recomendaba su posada para las vacaciones invernarles.
-Hola, hola. -saludan de la nada su primo y Matthieu que se encuentra a una distancia retirada como siempre, pero a una más corta con Damián. - disculpa, ¿buscas algo en particular, además de la atención de nuestra amiga? -le pregunta cínicamente al muchacho que estaba atendiendo, con su porte prepotente que a veces sus amigas ponían incluso su primo lo hacía al rubio de ojos azules claros que más de una vez le robaron el sueño y suspiros.
-Ah, emmmm, si, busco la ruta más corta para llegar Valle Real Del. -dice nervioso Damián, al ser atrapado y delatado de querer la atención de la hermosa pelinegra que al ver su sonrisa que regalaba a las demás personas, quiso conocerla pero al parecer los dos chicos enfrente de él estaban en desacuerdo.-digo, Del Real Valle.-se corrige al darse cuenta que dijo el nombre mal al centrarse en los ojos de Delfina Navarro, el nombre que le dio al presentarse con él, que en vez de mostrar una alegría que contagia, ahora una cara de disculpa por el comportamiento de sus ¿amigos?
-Ah, el viñedo, bueno, yo te puedo mostrar la ruta más rápida si me permites, déjame dibujártelo en uno de los mapas que hay en la recepción, por favor sígueme. -habló el otro chico de piel tostada como la chica, con una barba que desde pequeño ha querido obtener en vez de tres tristes pelos en su barbilla, con un porte elegante y propio lo dirige hacia el lobby dejando al rubio que no deja de mandarle miradas furtivas a la pelinegra y ella soltando un resoplido.
Entretanto Kenna y Chuck se encuentran escondidos en la parte de atrás de la tienda de regalos de la posada.
-Dame las llaves. -le dice Kenna firmemente mostrando que esta vez una sonrisa coqueta y ojos de cachorrito no se saldrán con la suya, ni siquiera que haga un puchero con esos labios tan rellenos que desea mordisquear una vez más, no, sin siquiera mostrar en el exterior esa debilidad que ella misma se dice cuando sus pensamientos no van acordes a lo que está pidiendo y planeó horas antes incluso mientras dormía.
-Perdona, pensé que confiabas en mí, que te sentías segura a mi lado. -le repite las mismas palabras que ella pronunció estando ebria esa noche, claro que a él le adorna una sonrisita burlona.
-Confío en ti, sí, pero estamos en Torres Hills, zona de guerra, así que dámelas, ya. -autoritariamente se yergue Kenna mostrando su palma hacía arriba y mostrando su cara de que no está jugando.
-Cariño, ¿qué no disfrutaste las noches en París, Marsella y claro los lugares donde hacíamos parada? -le pregunta coquetamente, acercándose demasiado, causando que la palma de Kenna quede tocando su torso, quedando su boca a lado de su oreja. -Créeme, tus llaves no quedarán en manos enemigas y sabes bien que yo cumplo mi palabra. -dijo retirándose, pero aun manteniendo su cercana posición que comienza a causar estragos en el sistema de Kenna.
-Lo sé muy bien, como también sé que eres una persona leal y por eso no permitiré que tengas conflictos con tu capone, así que, para la paz mental de todos, dámelas. Este juego se acabó en el momento que entramos al pueblo.
-Juego. -se ríe mientras pone una distancia larga entre ellos, despeina su pelo cuando da media vuelta pero vuelve a darle la cara para ver que su rostro solo muestra preocupación.-tu llave.-dice mientras se saca un collar de cuero donde cuelga tal artefacto que ha hecho que dos personas estén tan confundidas y enojadas tal vez.-sana y salva igual que la clave, te prometo que de mis labios no saldrá ni siquiera los secretos que me confesaste altas horas de la noche.-promete coquetamente en tanto pone la llave en su palma, sosteniéndola por bastante tiempo e impartiendo caricias en ella.
- ¿Qué haces con la güera resbalosa? -en cuanto oyen la voz de Corinne, la hermana de Chuck; Kenna se aleja lo suficiente para que no note ni la llave o que estaban demasiado cerca para ser personas que se caían a morir.
-No te has mirado al espejo, cariño. -responde con burla Kenna, viendo como los ojos de la rubia se enfurecían y aumenta el paso para llegar a ellos, pero lo que le sorprendió es el gruñido que había oído de Chuck, a voltearlo a ver, nota que tenía esa mirada de advertencia y sin saber porque se disculpó causando que él diera un paso atrás por tal acontecimiento.
Nota de autora:
Buenas tardes, los días de actualización y serán los jueves y domingo, ¡yei! Espero que disfruten el capítulo, voten y comenten, qué les va gustando de la novela, personajes favoritos, etc.
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El Secreto de La Buganvilla
RomanceTorres Hills, lugar de mando de dos grandes familias: los Torres, por la cual lleva el nombre el pueblo y los Buganvilla; la cuestión es cómo estas dos familias llegaron al poder y que tienen que ver unos con otros. Venganzas, sangre, lagrimas, el p...