XVIII. N'usha.

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—El rector tiene razón, Kya.

Abrió la boca sin poder creer que Azor estuviese de acuerdo con Crassus. Hasta ese instante había estado completamente convencida de que el cazador le daría la razón a ella, no al rector.

—No puedes ir en serio.—se negaba a creerlo.

—Voy muy en serio.—Azor la miraba con rostro impasible, nada en su expresión indicaba que estuviese bromeando.

—Pero...

El cazador negó con la cabeza.

—Pero nada. Si vinimos a Ezestria fue precisamente buscando una vida mejor para ti. Crassus tiene dinero e influencia. Yo no tengo nada, solo soy un cazador errante que decidió ayudarte. El puede ofrecerte una educación y un futuro que yo nunca podría.

La syyala suspiró, profundamente decepcionada. La idea de que Azor no fuese su tutor le resultaba demasiado desalentadora.

—Pero tu eres el que más se ha preocupado por mi...Me parece injusto que por ser lo que eres te prohíban hacerte cargo de mi. Les da igual todo lo que has hecho, les importa una mierda que me hayas salvado la vida en más de una ocasión y les dan igual todos los baches por los que hemos pasado. Me hierve la sangre de pensarlo.

Azor cruzó los brazos sobre el pecho y sopesó la mirada herida de la joven.

—Sé que de primeras puede parecer injusto, pero es comprensible que quieran evitar tratos con humanos, especialmente si son cazadores. Son tiempos difíciles, ya lo sabes. Y los humanos han hecho muchísimo daño a los mágicos.

—¡Pero tú no!—seguía aferrándose a la esperanza de convencerlo.

El rostro de Azor se ensombreció.

—Kya, no soy un cazador de mágicos por nada. Mis manos no están limpias.

Kya sintió un escalofrío recorrer su espalda. Los ojos granate de Azor se habían oscurecido hasta volverse casi negros y había algo en su expresión que le infundía un terror sordo. Sabía que Azor era un cazador de mágicos y sin embargo nunca se lo había imaginado asesinando realmente a ninguno. Se dio cuenta en ese momento que aún había muchas cosas que desconocía de el. Pero sabía que tras esa fachada de asesino desalmado había un hombre bueno y, aunque no todo el mundo supiese verlo, ella sí lo hacía.

Respiró hondo, reprimiendo el temor que Azor le producía en ese momento y lo miró fijamente a los ojos.

—Me da igual.—pronunció esas tres palabras despacio pero con firmeza.—Yo he viajado y convivido contigo. Sé que eres una buena persona.

Azor suspiró, apoyándose en el respaldo de la silla y relajando un poco su expresión.

—Que tú creas conocerme no me da derecho a ser tu tutor. De todos modos, te lo repito: Crassus es la mejor opción.

Kya empezó a desesperarse.

—¿Mi opinión no cuenta en todo esto?

El cazador se frotó la cara. Sabía de primera mano lo extremadamente testaruda que era Kya, debía mentalizarse cuanto antes de que la discusión iba a ser muy larga. Volvió a adquirir una expresión severa.

—Kya, aún no entiendes nada del mundo que te rodea y se te ha presentado una oportunidad de oro de poder integrarte en la sociedad y aprender como funciona todo. Lo entiendo, no estás acostumbrada a nada de esto pero, lo quieras o no, este es tu sitio y vas a tener que adaptarte a él. Además no eres más que una niña, necesitas ayuda aquí en Ezestria y, ¿quién mejor que el rector de una prestigiosa academia, que te asegura una educación completa y un futuro para que se haga cargo de ti?

Fox TearsDonde viven las historias. Descúbrelo ahora