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Mis zapatos resuenan por los pasillos vacíos de la universidad. Es la tercera vez que me tengo que mudar en cuatro años, todo por mi culpa. Solo espero que esta vez sea diferente. Puedo ver decenas de aulas, la mayoría llena por por lo menos cincuenta o incluso setenta estudiantes, sin embargo soy incapaz de encontrar el aula 306-B. Se supone que mi primera clase de análisis de datos y fundamentos es ahí peor no encuentro manera de hallarla. 

Comienzo a desesperarme cuando veo que llego ya quince minutos tarde. 3 debe significar tercer piso 06 que es el aula seis y solo queda encontrar la B, ¿no? Me agacho tapándome la cara con los brazos. Esto es imposible. Siento que soy tan estúpida por no ser capaz de encontrar mi una mísera clase.

      — ¿Estás bien? —pregunta una voz suave.

Mierda. No quiero quedar como la tarifa con crisis emocionales desde el primer día. Levanto la cara y seguidamente yo también me levanto tratando de forzar una sonrisa. Es un chico medianamente bajo de estatura y de contextura delgada.

          — Sí, yo... Estoy un poco perdida. 

Él sonríe con un pequeño sonido que debe asemejar a una risa. Puedo ver que tiene una sonrisa maliciosa, no por malas intenciones sino como parte de su personalidad.

             — No es tu culpa, esta universidad tiene la peor organización de la historia. ¿Dónde ibas?

             — Al aula 306-B...

             — ¡Ah, sé dónde es! Mi amigo va a esa clase. Déjame acompañarte.

              — Muchas, muchas gracias, de verdad.

Comienza a caminar en dirección contraria a la que yo iba. Otra prueba de mi carencia de neuronas. Deberían hacerme un test de IQ, seguramente saldría que estoy en el borderline.

                — Por cierto, mi nombre es Kihyun. ¿Tú eres?

                — Yo me llamo Yukiko.

                — Espera, ¿no eres coreana? Guau, tienes un acento perfecto. ¿Entonces has vivido siempre en Japón o hace mucho que viniste a Corea?

                — Mi madre es japonesa, mi padre es coreano por eso mi nombre es un poco raro... Mi apellido es Jeung.

                 — Bueno, es interesante. Espero que me puedas contar más en otro momento pero ya estamos en tu clase.

                 — Muchas gracias, Kihyun, de verdad. Déjame invitarte a algo a la hora de la comida a cambio, por favor.

                  — No hace falta que me invites a nada, solo ha sido un paseo.

                   — Insisto.

                   — Está bien, nos vemos en la cafetería a la una, ¿sí?

Yo asiento encantada de haber hecho un amigo tan amable. Con un movimiento de mano nos despedimos. Nerviosa toco a la puerta quizá demasiado suave. Oigo cómo se crea un silencio al otro lado de la puerta así que rezo por que el profesor esté de buen humor. Los pasos se acercan y yo me pongo en la posición más formal posible. Cuando abre la puerta se me escapa un ruidito de “por favor tenga piedad todavía tengo dieciocho”.

              — ¿Qué quiere, señorita...?

              — Jeung, Yukiko. Soy nueva... Acabo de encontrar el aula. ¿Puedo pasar, por favor?

              — Llegas diecisiete minutos tarde —puntualiza mientras mira su reloj, probablemente un Rolex.

              — Lo sé, me disculpo por la tardanza pero fue realmente difícil encontrar el aula.

ethereally, im. [im changkyun]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora