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Encuentro a Changkyun ya subido a su moto. No me puedo creer lo incómodo que está siendo esto.  Carraspeo para llamar su atención y me subo a la moto. No espera a que diga nada ni que me coja, arranca en cuanto estoy subida. Siento que mi cuerpo se impulsa hacia atrás por la fuerza con la que arranca por lo que rápidamente pongo mis manos alrededor de cintura. Cliché pero no lo hago precisamente por ligar, lo llamo: instinto de supervivencia.

El viaje en moto vuelve a ser una experiencia increíble de adrenalina, de visa, de libertad, simplemente de tantas cosas que no puedo describir lo bien que me siento. Puedo ver cómo poco a poco nos alejamos del interior de la ciudad para llegar a las afueras, luego hacia los suburbios. ¿Dónde me está llevando? Siento cierto miedo recorrerme la espina vertebral pero confío en que Changkyun no es peligroso. Al menos eso quiero creer.

Nos detenemos frente a un edificio que haría temblar a un arquitecto y no por lo bello que es precisamente. Bajo con rapidez gracias a la previa experiencia que tuve con la moto y lo miro con el entrecejo fruncido.

           — ¿Qué se supone que es esto? ¿Es peligroso? Si me pasa algo pienso hacer que quedes entre rejas.

             — No es más peligroso de lo que puedas soportar. Es una fiesta ilegal, una pequeña rave pero además vienen raperos y grupos indie rock para animar el asunto. Está genial, tú confía en mí.

  Es difícil decirle que no a un chico guapo. Eso es algo que nadie puede negar. Está en nuestra biología complacer a esos genes buenos que nos puede ayudar a duplicar nuestro ADN de manera satisfactoria. Pero si encima le añades lo increíblemente atraída que me siento por su aura decir que no es imposible. Es decir, quizá lo del beso haya sido incómodo pero es innegable que quería más y quiero más.

          — No te alejes mucho al principio, por favor.

Parece un poco sorprendido ante mi petición pero pronto levanta la esquina izquierda de sus labios con burla y asiente. Hay veces que tiene un puñetazo en la cara sin embargo tiene algo en él, algo que me resulta encantador.

Nos adentramos al edificio en dos posiciones muy diferentes. Changkyun confiado, sabe dónde va. Yo en cambio estoy muriéndome de nervios porque no sé qué puedo encontrarme al otro lado de las puertas. Bajamos varios pisos de escaleras antes de poder comenzar a escuchar algo de ruido. Se oyen bases de raperos y alguna que otra voz que habla al ritmo, deben estar rapeando. Los gritos por supuesto no faltan.

       — ¿Estás seguro de que es seguro?

        — He venido cincuenta veces aquí con Jooheon, no hagas drama donde no hay.

Yo ruedo los ojos. Encima se atreve a decirme que creo dramas.  Cuando por fin llegamos a la fiesta quiero salir corriendo para atrás. La gente no lleva prácticamente ropa, hay un olor muy fuerte a alcohol, marihuana y más cosas que no sé distinguir. Siento la adrenalina comenzar a correr por mis venas y no es por gusto, es por miedo. Nunca había estado en un ambiente así.

Changkyun tan tranquilo se mezcla entre la gente mientras echa alguna que otra mirada hacia atrás para ver si lo sigo. Por supuesto que lo sigo, ¡no quiero morir!

       — Basta de mentiras, esa mierda ya expira. Esta mierda a mí me lleva a la ira. Un gobierno de mentira, de robo y de herejía —rapea alguien por los altavoces a todo volumen.

La agresividad que llevan esas palabras junto con el tono me dan un escalofrío. Sobretodo por la reacción que tiene la gente. Una euforia colectiva exclama a gritos la razón que tiene mientras maldicen políticos, sistemas y países. Me acerco por instinto hacia mi compañero de clases.

ethereally, im. [im changkyun]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora