Parte 4: Sólo suceden en las películas.

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Cada día que pasaba me iba enamorando más y más de ella. Se me hacía difícil poder pensar que esto algún día se podía acabar. Sin embargo, nuestros pensamientos eran claros: vivamos el momento.
Ella es la chica ideal, pervertida, cariñosa, tierna, y sobre todo, de gran corazón. Cada momento que pasaba con ella, no dejaba de ser mágico.
Una noche salimos a pasear, escapandonos de todo y de todos, queriendo un momento solo para nosotros, pues yo iba desde tan lejos solo para pasar dos días a su lado. Recordabamos los días en que nos conocimos, cuando sin querer (o al menos eso creo) me golpeó e hizo que me saliera sangre de la boca, todos esos recuerdos terminó con un beso apasionado ante la luz de aquella misma luna que fue testiga del día que nos conocimos. Siempre oía la expresión "cuando me besas siento fuegos artificiales", y literalmente, eso fue lo que pasó. Al besarnos, por una extraña razón salieron fuegos artificiales de alguna celebración que se daba en la plaza de armas, ella sólo atinó a darme esa sonrisa cómplice que me decía: contigo siento fuegos artificiales.

Querida MirianWhere stories live. Discover now