Querida Mirian

Capítulo 18: las promesas se cumplen

Las promesas se cumplen
Las promesas se cumplen, es algo que siempre digo y que siempre trato de hacer.
Puede que sea muy arriesgado o hasta un poco tonto, pero cuando alguien está enamorado, esas cosas pasan a segundo plano. Yo le había prometido ir a su concurso de canto.
A pesar que fuese en otra ciudad, una promesa es una promesa, y ella más que nadie merecía que se cumpla.
Cómo siempre digo, yo soy su fan número uno y por nada del mundo iba a perderme verla por primera en vivo en un escenario. Pedí permiso al trabajo y viaje sin avisarle a mi familia, pues los días en que esté allá, quería dedicarselos 100% a mi chica del cabello pintado.
Bajé del bus, tomé un taxi y fui a hospedarme a un hotel.
Llegó la tarde, ella aún no creía que iba a ir a verla hasta que me vio. Con esa sonrisa tan dulce y tierna me recibió cuando llegué. Estaba con sus compañeros así que no podía molestarla, simplemente la llamé a su celular y viéndonos a lo lejos le dije: estás preciosa.
Como una escusa para sencillar un billete le compré una pulsera, aquella que, según yo, le daría suerte en su concurso. Llegó su mamá, su abuelita y aquella niña que tanto me quiere como si fuese su padre: Naomi, la hermana menor de mi chica.
Llegó el turno para que ella cante y cuan fan enamorado tenía mi celular listo para grabarla mientras cantaba, soy su fan número 1. Mientras ella cantaba, solo recordaba lo orgulloso que estaba de ella, cuánto la amo y cuanta suerte tenía de tenerla a mi lado.
En esta vida se gana y se pierde, no pudo quedar en primer lugar pero ¿Saben qué? Cómo se lo dije en ese momento: no importa si no hayas ganado en ese concurso, tu para mí eres la mejor y la ganadora. Solo lloró de emoción y me abrazo muy fuerte.
Al día siguiente tenía que volver a Lima, pero no me iría triste, sino feliz por haber cumplido lo que le prometí, y por primera vez verla cantar en un escenario.
Antes de irme nos pusimos a llorar, pues es duro despedirnos, solo único que hice fue abrazarla, darle un beso en la frente y decirle: las promesas se cumplen.