Una de las cosas que caracteriza a mi chica del cabello pintado, es la de ser increíblemente paciente conmigo. Cuando hago mis bromas pesadas, o cuando hago lo que más odia en el mundo: tocar su cabello. A parte de las mentiras, es lo que más odia.
He tenido experiencia con lidiar con niños de 10 años, pues daba clases particulares de dibujo; sin embargo, la experiencia la tenía ella, ya que no es muy fácil dejarla ir sin un "quédate un ratito más", "¿Estás molesta?", "¿Ya no me quieres?". O cuando si por no responderme con algún emojin, creía que había dejado de amarme. Son cosas que solo ella sabía cómo manejar. Me ama, pero creo que no le pagan lo suficiente para soportar mi sentido de mal humor.
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Querida Mirian
RomanceAdaptarse a los cambios es lo peor que puede haber para la vida de David, más aún si se trata de la muerte de alguien.