Obsessio-onis⁺¹⁸ || J.J.K || • || ____ ||

第3章

Escuché como claramente Jeon había soltado un leve gemido/jadeo por lo que había dicho, cosa que produjo en mí como una pequeña descarga eléctrica.

— Gatita, ahora tócate como Daddy lo haría —dijo con una voz algo entrecortada.

— ¿Y cómo lo haría Daddy? —pregunté, para así obtener un mandato más claro.

— Toca tus pechos, nena —contestó.

La verdad era que me resultaba un poco incómodo que un completo extraño me escuchara gemir, por eso fingía estar gimiendo bajito, sin embargo él gruñó en forma de protesta.

— Sé que estás fingiendo, gatita. Vas a hacer que Daddy se enfade y estoy seguro de que no quieres eso...

Pensé que engañarle sería más fácil, ¿cómo se puede saber cuando un gemido es de verdad o fingido?

— Eres muy astuto —dije, ahora sí, tocando mis pechos.

— No te puedes hacer una idea de cuanto —contestó—. Solo quiero hacerte sentir bien.

Y dicho esto se escuchó un pequeño jadeo por su parte, realmente me estaba empezando a gustar mucho su voz, es como la típica voz que escuchas y que da igual cómo sea esa persona que su voz te va a seguir gustando.

Llevé mis dedos a mis pezones y los toqué haciendo formas circulares, pensando que era él el que hacía esos movimientos.

— Mete tu mano por dentro de tus pantalones —dijo junto con un gran suspiro.

— ¿Qué más? —cuestioné.

— Acaríciate por encima de tus braguitas,
con suavidad.

Juraría por Dios que los gemidos de este chico eran realmente excitantes, hice lo que me pidió y empecé a masajear mi intimidad con suavidad, la verdad es que no se sentía para nada mal. Por primera vez, deseaba que el extraño viniera y me follase duro. Estaba bastante cachonda.

Con mis mejillas un poco sonrojadas, ya que esto me daba un poco de vergüenza, empecé a gemir un poco más alto, a los pocos segundos él también empezó a hacerlo.

— Apuesto a que estás muy mojada, nena.

Metí mi mano esta vez por dentro de mis bragas y efectivamente él tenía razón, estaba bastante mojada, hasta una fuente estaría más seca que yo.

— JungKook... —gimoteé.

Sin embargo este gruñó y paró de gemir.

— Nena, te estás mereciendo que te castigue sin pudor, llámame Daddy —demandó.

Solté un pequeño ''Mmh'' como afirmación para que supiera que le había entendido, mi piel se había erizado por ese pequeño gruñido así que después de esa pequeña pausa volví a hacer movimientos circulares en mi clítoris.

— Me gusta el sonido tan morboso que hacen tus dedos al frotar tu vagina, se escucha tan mojado.

¿Acaso estaba haciendo tanto ruido? ¿Cómo podía escucharme?

— A veces pienso que estás aquí conmigo porque escuchas todo lo que hago.

— Créeme, si estuviera ahí ya te hubiera follado en cien diferentes maneras y posiciones —dijo junto con otro gemido—. ¿Sabes cómo está la polla de Daddy ahora mismo? —cuestionó, para después pausarse unos segundos—. Dura, nena. Haces que se me ponga muy dura.