第4章

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Me dejó delicadamente en el sofá esa cara tan familiar, después se fue y al rato volvió con una gasa grande y una botellita de color amarillo mostaza.

Vació algo del líquido rojizo que salía del bote en aquella gasa, después levantó mi camisa un poco sin previo aviso y con la gasa limpió la sangre que se estaba cayendo y lo demás hasta llegar hasta la herida, porque resultaba que también me había hecho una herida en el abdomen.

Al notar el líquido tocando ésta me empezó a arder toda esa parte, solté un gemido de dolor mientras el pelinegro me miraba a los ojos.

Realmente dolía.

Mientras miraba su cara, intentaba poner a trabajar mi memoria, este chico me recordaba a alguien.

— ¿Jung-JungKook? —cuestioné en un murmuro, ya que no estaba del todo segura de que fuera él.

Pero al ver como en su rostro se formaba una sonrisa mi pregunta fue contestada sola.

Era él.

Este volvió a echar un poco del líquido en la gasa para después pasarla por mi frente y al terminar dejarla en la mesa que se encontraba a nuestro lado, cuando en su mano ya no había nada la acercó hasta mis labios y rozó mi labio inferior con su pulgar.

— Hola, gatita —dijo como si nada.

Me quedé sin palabras, literalmente, mi boca ya no podía gesticular palabra alguna, estaba paralizada.

Que fuera de Corea no me extrañaba tanto, pero que fuera mi vecino...

— No me lo creo —solté en un suspiro algo pesado.

Tenía delante de mí a la persona con la que me había masturbado, la que me había escuchado gemir su nombre y a la que le había visto su parte íntima.

— Yo sí —contestó con una pequeña sonrisa.

JungKook acarició mi pelo mojado por la lluvia y le miré, no es que le tuviera miedo pero se me hacía raro tenerle en frente como si fuera lo normal porque para mí no lo era.

— Necesitas una ducha calentita —murmuró.

Y después de decir eso me cogió del brazo suavemente para que me levantara y me llevó hasta lo que yo suponía que era su cuarto de baño.

Abrió la llave del agua y me dio la vuelta, quedando yo así de espaldas a él.

Empezó a quitar toda mi ropa con lentitud como si le sobrara el tiempo, mientras que yo no hacía nada para detenerle. Estaba realmente cerca, ya que podía hasta notar su respiración cerca de mi cuello.

Mi piel se erizó justo cuando noté sus dedos bajar mis bragas.

— No tengas miedo —murmuró a escasos centímetros de mi oído al notar como me daba un pequeño escalofrío cuando sus dedos subieron por mis piernas—. Recuerda que no haré o diré nada que no te guste.

Me seguía pareciendo algo irreal. Jeon me ayudó a meterme dentro de la bañera, mientras se hundía mi cuerpo se iba llenando de espuma por el jabón. Esto no podía ser verdad, a lo mejor todo era fruto de mi imaginación por el gran golpe que me había dado al caerme.

Este limpiaba los restos de sangre seca que quedaban en mi piel, parecía estar tan concentrado haciéndolo, como si tocarme fuera su único objetivo en el momento, estaba pasando el jabón desde mis pechos hasta mi vientre y de ahí a mis tobillos.

— A Daddy le gustan tus piernas, nena —comentó, mientras sacaba un poco su lengua para remojar sus labios—. Son perfectas —adquirió a la frase.

Obsessio-onis⁺¹⁸ || J.J.K ||  •  || ____ ||Donde viven las historias. Descúbrelo ahora