Obsessio-onis⁺¹⁸ || J.J.K || • || ____ ||

第24章

¿Tan poco le había costado encontrar a una chica nueva? O sea que entiendo que JungKook fuese muy guapo y que no le haya costado mucho tener una nueva novia, pero qué puta mierda.

De todas formas no sé por qué le sigo dando vueltas a todo esto, quería dejar de pensar en él de una vez por todas, después de todo por lo que he tenido que pasar y sigo así.

A lo mejor, y solo a lo mejor puede que tuviera un poco de *algolagnia.

*Algolagnia; Enfermedad psicológica que hace que te guste o te atraigan las personas que se expresen a nivel físico (golpeando, mordiendo, abofeteando, etc) y a nivel psíquico o verbal (con insinuaciones sarcásticas, menosprecio hacia tu persona,  he incluso coerción). En resumen, persona con un problema psicológico a la que le gusta sufrir, like a la rayis.

Pero ¿a ella le habría dicho todas las cosas que también me decía a mi? ¿habría hecho todas las cosas que también había hecho conmigo?

Pues la verdad es que realmente no me importaba, pero no entendía entonces porqué me lo preguntaba.

Me daba un poco de asco por parte de JungKook, imaginar que otra persona le podía estar haciendo lo que yo le hacía, bueno, simple hecho de que una mujer estuviese cerca de él me daba repelús.

Después de un rato volví al salón, ahora en este solo se encontraba San en el sofá con el teléfono en sus manos.

— Oh, ¿mi hermano te ha dejado aquí solo? —pregunté mientras me acercaba a él.

— Sí pero no te preocupes, dijo que tenía sueño y que se tenía que ir a dormir, así que me he quedado aquí esperándote para despedirme —dijo con una bonita sonrisa.

— Oh, entonces está bien —contesté con nerviosismo.

¿Por qué ahora me comportaba así?

— Pues, te acompaño hasta la puerta —dije, mientras nos dirigíamos a esta—. Oye, y lo de antes de JungKook pues no es que siga con él, es qu-

— Enana, no te preocupes. Si tu madre le ha invitado pues está bien. Al fin y al cabo sus impulsos te han protegido —me interrumpió con otra sonrisa—. Mientras sea para protegerte y no para hacerte daño, me da igual lo que haga con su vida.

Asentí levemente y me acerqué hasta él para darle un cálido abrazo, aunque yo estuviese más que congelada por el viento de la calle.

— Nos vemos otro día —susurró en mi oído, para después presionar con suavidad sus labios en mi mejilla y finalizar la despedida.

Después de eso, subí corriendo a mi habitación y me lavé los dientes para por fin meterme en la cama. Había sido un día muy largo y necesitaba descansar.

— Me cae mejor San que JungKook —soltó mi hermano una vez nos sentamos los dos a desayunar al día siguiente.

— Tsk, cállate —contesté somnolienta.