❝ Eres mía. Sólo y exclusivamente mía. Sigue las reglas y los dos estaremos contentos ❞
➳ Lenguaje vulgar.
➳ Se sexualiza a Jeon JungKook.
➳ Heterosexual.
➳ Relación tóxica.
➳ Lenguaje ofensivo.
• Si este contenido no es de tu agrado no tienes por...
— Nena, aquí está tu cuaderno —dijo JiMin mientras elevaba su mano y me sonreía.
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
¿Nena? Esto era raro, la única persona que me llamaba así era JungKook, JiMin me había llamado otras cosas, apodos divertidos o nombres inventados por él, pero ¿nena?
No lo podía procesar.
— Gracias —dije con algo de nerviosismo ya que alguien nos estaba vigilando desde la ventanilla del coche—. Bueno, me tengo que ir, nos vemos el Lunes —solté con rapidez para después darme la vuelta e intentar ir hacia el coche.
— Oh, espera, esto también es tuyo —dijo, agarrando mi antebrazo y dándome la vuelta para que volteara a mirarle.
Eso me había recordado a JungKook, esa forma posesiva de agarrarme que tanto me gustaba, sin embargo esta vez no era él el que me estaba agarrando.
Una vez me volví a encontrar frente a él, este me entregó un bolígrafo. ¿En qué momento me lo había cogido?
Con una leve sonrisa agarré este y me volví a despedir de él para irme hacia el coche de JungKook.
Una vez llegué a su puerta, este enarcó una ceja y me abrió.
—¿Quién es él? —cuestionó, después de que me sentara en el asiento copiloto.
— Oh, ¿cómo estás? Yo estoy muy bien, gracias por preguntar —dije con sarcasmo.
— Nena... —contestó con un gruñido.
Ni que fueses un perro, JungKook...
— Es sólo un chico al que le dejé los apuntes. ¿Acaso estás celoso? —pregunté.
El rodó sus ojos y arrancó el coche.
— ¿Te crees que yo estaría celoso de alguien como él?. Estaba preparado para besarte en cuanto entraras al coche, pero ese personaje me ha quitado las ganas —confesó.
— A ver, en realidad aún lo puedes hacer... —dije mientras encogía mis hombros.
— Si lo hago podríamos chocarnos con el de delante, que a mí no me importa pero yo lo digo por tí.
Nop, definitivamente no.
Unos segundos después se metió por un camino de tierra y aparcó ahí.
¿Qué hace?
— Bien nena, siéntate encima de las piernas de Daddy —ordenó con voz exigente.
Insegura de lo que iba a hacer le obedecí.
Me quité el cinturón y me coloqué encima suya.
Segundos después, este llevó sus manos a mis mejillas y las tocó con delicadeza. En mi caso, llevé las manos a sus hombros y las dejé ahí.
Marcó una pequeña sonrisa en sus labios y se acercó hasta los míos, se quedó ahí estático por un instante creando un poco de tensión y después ataco mis labios. No lo estaba haciendo de una forma brusca, estaba tomándose su tiempo para besarme con tranquilidad, de una forma muy bonita.
