Aliyah Spellman tenía una vida bastante normal para ser hija de una bruja y un hechicero. Tenía buenos amigos y una vida escolar admirable, pero su vida dió un vuelco cuando sus padres le notificaron que tenía que dejar el pueblo e irse a la casa de...
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—Belcebú — Sabrina miró por detrás del demonio que la había secuestrado — Señor de Las Moscas, te nombre y te sujeto frente a mi. En nombre de Lucifer, tu señor
—¿Lucifer? — pregunto Belcebú en un tono burlón — estuve junto al Hijo del Amanecer antes de que las brujas y la humanidad poblaran la tierra. ¿A caso no te conozco?
—Soy Mary Wardwell. No eres bienvenido, demonio
—No te reconozco — hablo otra vez el demonio rodeado de moscas, pero la señorita Wardwell movió la mano y ese movimiento basto para que el demonio desaparezca
—¿Qué tal el descansó sabático, Sabrina? — cuestionó Wardwell divertida
🔮🔮
—Si te persiguen tantos demonios con frecuencia, tal vez deberías regresar a Baxter — le recomendó la señorita Wardwell una vez estuvieron en su oficina
La puerta de la oficina se abrió y ambas voltearon a ver la persona que había ingresado al despacho de la nueva directora
—Escucha a la bruja, Sabrina — dijo Aliyah cruzándose de brazos — Alegraría a la tía Hilda y Wardwell podría cuidarte
—Es debido a una estúpida elección. Acabará pronto — respondió Sabrina entre dientes
—¿Que elección?
—En la Academia. Estoy en campaña para ser la líder
—Ya veo...y supongo que a los hechiceros no les agrada la idea de que una mujer sea líder ¿Cierto?
—Nop — respondió Sabrina
—¿Con cuántos jóvenes compites?
—Con uno. Nick Scratch
—Con un nombre así debe ser peligroso — Aliyah frunció el ceño ante la acusación de la señorita Wardwell
—No, el...
—¿Si?
—...es un amigo
—No haría eso — se metió Aliyah en la conversación
—Si, Nick no haría esto — concordó Sabrina
—Sabrina. ¿Acaso tienes un enamoramiento por despecho? — Aliyah volvió a hacer una mueca — ¿El apuesto hechicero te nubla el juicio?
—No, señora Wardwell, se lo aseguro
—¿Qué estudia el provocativo Nick Scratch en la Academia?
—Es conjurador — Aliyah rodó los ojos y la señora Wardwell miró a Sabrina sin decir palabra — señora Wardwell...debo irme
—Yo creo que sí — contesto Wardwell — mantenme al tanto
Ambas Spellman salieron del despacho de su profesora
—¿Aliyah? — dijo Sabrina cuando vio que Aliyah se dirigía a los baños
