»En el callejón Diagon«

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Estaba muy ansiosa, un nuevo año estaba por comenzar y volvería a Hogwarts, podría ver a Nev de nuevo, y volver a aprender tanto sobre Pociones, Encantamientos, Vuelo, y claro, aunque no me guste tanto, Herbología.
Hablé con mis padres y estaban de acuerdo en dejarme ir a comprar los materiales sola para este año, me quedaría en el negocio de mi abuelo y luego saldría, compraría todo, y volvería, esto era en compensación por no haberme dejado ir a casa de mi amigo en las vacaciones. Así que esa tarde mis padres me dejaron en Ollivander's, el Callejón Diagon. Y lo primero que hice fue darle un buen abrazo a mi abuelo, ya que no lo veía desde hacía mucho tiempo.
-Hola abuelo ¿Cómo te fue hoy?
-Muy bien hasta ahora, Jo -me respondió acariciándome la cabeza.
-Y bien.. ¿Puedo ayudarte con el próximo cliente?
-Claro, si recuerdas cómo me organizo ¿No?
-Por supuesto, lo sé desde pequeña.
-¡Excelente! Entonces sólo tenemos que esperar a que venga otro cliente.
Esperamos unos minutos y entonces oí como la puerta se abría. Di un brinco y me fui detrás del mostrador. Observé al niño que entró, él pareció un tanto alegre y distraído se podría decir, se notaba que estaba entusiasmado, pero mantenía la cordura bastante bien, una sonrisa se dibujó en su rostro cuando me vio.
-Hola ¿Cómo te llamas?
-Co.. col.. ¡Colin Creevey! Así me llamo ¿Y tú?
-Soy Josephine, Josephine Ollivander.
-¿Eres pariente del señor que trabaja aquí? Me han contado cosas interesantes sobre la tienda..
-Sí, él es mi abuelo. Bien, dime Colin ¿A qué escuela vas a asistir?
-A Hogwarts.. es mi primer año, y estoy muy emocionado ¿Tú vas? Necesito una varita, por eso vengo aquí ¿Tú me la venderás cierto? ¿Cómo se organizan las..?
-Dame un momento, ya te buscaré una -exclamé para tratar de callar al charlatán, aunque me transmitía alegría. Me fui a los gabinetes de atrás, y comencé a examinar desde allí la estatura, sonrisa, actitud, y aspecto físico del chico, mientras trataba de pensar en qué varita era la correcta para él. Me estiré todo lo que pude para alcanzar la segunda caja que se encontraba en el casillero B6, entonces la alcancé. Volví al mostrador, la saqué de la caja y se la entregué al joven niño.
-Gracias.
-Muy bien ¿Qué es lo que estás esperando? ¡Vamos! ¡Pruébala!
-Claro -exclamó él y agitó el palo que tenía en la mano, para provocar que dos estantes detrás de él se cayeran, y provocar que golpearan el piso un par de tinteros vacíos y tres pergaminos que utilizábamos para escribir cartas- Creo que esta no..
-Sí, mejor deberías dármela, pero no hay problema. Ya te traigo una nueva..
Nuevamente saqué otra varita luego de reflexionar, entonces se la llevé al chico.
-Veamos si esta es la correcta.. -dije y noté como él se me quedó mirando, simplemente me miraba- Colin...
-¡Ah! ¡Sí! -el joven la recibió y volvió a mover su mano. Esta vez nada malo ocurrió, sino que una luz salió de la punta de la vara, y pronto entendimos que era la correcta- creo que es la elegida..
-No, ella te ha elegido..
-¿Ah? No lo entiendo..
-Verás.. la varita escoge al mago, eso es algo que toda nuestra familia tiene muy claro. Ella te eligió.
El pequeño me miró una vez más, luego a la varita que sostenía, y finalmente me preguntó el precio y me pagó.
-Bien gracias -exclamó, y otra vez se me quedó viendo ¡Por favor! ¡Ese chico parecía embobado! Me sonreía, eso sí me pareció tierno. Así que antes de que se fuera, le dije:
-¡Hey Colin! Nos vemos en Hogwarts..
Él se limitó a asentir y sonreír una vez más, entonces se marchó.
Hubo bastante trabajo luego de ello, pero mi abuelo supo encargarse, aunque no podía faltarle su ayudante personal, que era también una experta.
Habrán sido las 17:00 PM, cuando ya estaba un poco cansada, y aunque me gustaba la idea de atender a los demás y ayudar no podía dejar de pensar en Hogwarts, cuando volviera.. ¿Todo sería igual? ¿Neville sería igual?.. Neville.. pensaba mucho en él, mi amigo, mi compañero y hasta en momentos mi.. mi algo más. Me encontraba sentada en una silla, mirando a la nada, perdida en mis pensamientos, entonces mi abuelo me sacó de ese sueño tocándome el hombro.
-Puedes ir.. -entonces yo le sonreí.
-¡Gracias! -exclamé ya cruzando la puerta con mi abrigo a medio poner, el cual llevaba una bolsa con dinero en el bolsillo.
-¡Salúdame a Neville! -me gritó feliz, antes de que dejara de oírlo.
Llegué a la librería y saqué una lista que tenía, pues la habían enviado para los alumnos del segundo curso. Llegué y pedí mis libros, luego de tenerlos todos tuve mi primer reencuentro:
Me pareció ver una cabeza que tenía cabello marrón oscuro, enmarañado, claro que la reconocí al instante, era Hermione. Corrí hacia ella como pude entre el tumulto de gente, y al estar cerca ella se volteó y me vio también.
-¡Hola! -exclamó, luego de abrazarme.
-¡Hola! ¿Cómo has estado? -cuando la observé de frente fue cuando noté que si estaba algo diferente, su cabello estaba mucho mejor peinado que el año pasado, traía una capa y una ropa casual debajo.
-Bien, me la he pasado fenomenal este verano, claro que Harry no me respondió muchas de las cartas que le he escrito pero.. fue por un problema.
-¡Oh! Hablando de eso.. ¿Cómo están los chicos?
-Que te lo digan ellos.. -exclamó y me abrió paso, frente a mí encontré dos espaldas, si miraba hacia arriba tenía una cabeza con cabello azabache, no como el de Neville, ninguno era así, y otra pelirroja. Al estar distraídos se las revolví y pronto voltearon.
-¡Hola traviesos! ¿Me extrañaron?
Al principio parecieron enojados, pero al reconocer mi voz se alegraron.
-¡Josephine! ¡Eres tú! ¡No te hemos visto en meses! -me saludó Harry, y después me dio un corto abrazo.
-Sí, así es.. tanto tiempo.. ¿Te acuerdas de nuestros nombres no?
-Claro que sí.. amm.. -bromeé, pronto el pelirrojo me miró casi desilusionado- ¡Por supuesto que recuerdo tu nombre, RON!
Simplemente rió junto a los demás. Lo siguiente que pasó fue que les pregunté qué hacían allí.
-Vinimos a comprar los libros para este año pero.. -pronto Ron señaló a su madre, eso supuse ya que era muy parecida a él y detrás tenía a varios de sus otros hijos, entre ellos a la joven Ginny-, de la que había oído hablar un poco el año anterior. La mayor estaba mirando ansiosamente hacia algo.. alguien.. ¡Alguien guapo!- Gilderoy Lockhart tuvo que venir justo hoy..
Me adelanté un poco y observé al hombre que acababa de entrar, estaba parado junto al escritorio, hablaba como todo un galán, le sacaban una fotografía. Pensaba que por alguna razón me parecía familiar, cuando Ron volvió a hablar.
-A mamá le agrada bastante..
Yo sólo me reí, por poco me sale una larga y fuerte carcajada. Pues entre la mirada de la señora Weasley hacia Lockhart, y la que le dedicó a su hijo luego de que hubiera dicho eso, no podía aguantarme. Oímos por unos segundos al hombre con tranquilidad, pero como con todos, se llevó una gran sorpresa al ver al joven con lentes y cicatriz.
-Es acaso.. ¿Harry Potter? -todos se callaron, y yo volví a aguantar la risa, la expresión de Harry era aún peor. El fotógrafo ya tenía intenciones de tomar a Harry del abrigo y colocarlo junto al fotogénico Gilderoy, pero le ahorré el trabajo empujando a mi amigo.
Él me respondió con una mirada con los ojos como platos, que decía: ¿Es en serio, Josephine?
Otro flash invadió el negocio, de seguro en aquella foto mi amigo había salido pésimo. A Lockhart no le importó mucho, y siguió hablando, fue cuando me di cuenta: sería muy bello, y encantador, con una sonrisa hechizante y cabello perfecto, pero su forma de hablar y expresarse lo hacían ver como un completo egoísta. Mis padres y mi abuelo ya me habían enseñado que ese tipo de gente no era la mejor. Además, recordé que el mayor siempre decía que era un mentiroso, y que tan solo buscaba atención contando cosas que no había forma de comprobar; me sentí un tanto tonta por no haberlo recordado antes, pero me alivie con otra risa:
-Damas y caballeros qué momento tan.. extraordinario, cuando el joven Harry entró a Flourish y Blotts esta mañana para comprar mi extraordinaria autobiografía -interrumpieron al hombre casi todas las brujas que se encontraban allí grandes y pequeñas aplaudiendo y asintiendo, realmente parecían embobadas. No pude creer lo que vieron mis ojos: Hermione estaba dentro de ese conjunto, y lo mejor fue ver a Ron, con la mirada como si no pudiera creerlo, parecía indignado-.. mi libro El Encantador, que casualmente celebra su vigecimocéptima semana liderando la lista de más vendidos en el diario El Profeta, no tenía ni idea de que de aquí saldría con una colección de mis obras completas.. ¡Y gratis! -una vez más todos embobados, todos conmovidos, debo admitir que me gustó que le regalara eso a Harry, pero por otro lado también pensaba en que solamente lo hacía por atención, pues al entregarle todos los libros el fotógrafo volvió a capturar el momento. Aquella saldría en la portada del periódico, de seguro.
Harry vino junto a nosotros otra vez, pero ahora cargado de todos los libros que le había obsequiado Lockhart. La señora Weasley lo detuvo..
-Dámelos Harry, haré que los firme. Ustedes esperen afuera..
Caminamos hacia la entrada, pero pronto nos encontramos algo que nos hizo cambiar completamente de humor: Malfoy. Era la primera vez que lo veía luego de las vacaciones, Y como siempre tenía un comentario pesimista para aportar.
-¡Si te habrá encantado eh Potter! ¡El famoso Harry Potter! ¡Ni siquiera en una librería evita ser el protagonista!
-Déjalo en paz.. -salió a decir Ginny, aunque fuera pequeña daba un poco de susto ver su cara, estaba realmente enojada, y hablaba en serio.
-¡Oh mira Potter, tienes novia! -entonces nos pegamos un susto, un bastón se había pegado al hombro de Draco, y mientras lo corría su dueño comenzó hablar.
-¡Eh Draco! Sé más amable.. Oh, miren es Potter.. -dijo, y vio a Harry de manera curiosa, pero no curioso bueno, como lo hacían ver muchos, curioso malo- Lucius Malfoy.. al fin nos conocemos -exclamó y le extendió la mano a Harry, él sólo se la estrechó un poco. Sorpresivamente el hombre lo llevó hacia sí, y con su bastón despejó el cabello que le tapaba su legendaria cicatriz.
-Tu cicatriz es una leyenda.. al igual que el que te la hizo -gracias a Merlín Harry se echó hacia atrás, y le respondió de manera respetable claro, pero como debía.
-Voldemort mató a mis padres, no es más que un vulgar asesino.
-Has pronunciado su nombre, eres muy valiente.. o muy insensato.
-El temor a un nombre sólo incrementa el temor de lo nombrado -habló Hermione, para defender a su amigo.
-Tu debes ser.. la señorita Granger -exclamó dirigiendo una mirada hacia su hijo, para que éste le confirmara lo que estaba diciendo, y así fue- sí, Draco me ha hablado mucho sobre ti.. y tus padres ¿Muggles no es cierto?
-Un mago descendiente de muggles es igual de talentoso que los demás, o en algunos casos.. como el de Hermione, aún mejores -exclamé, una vez más no permitiría que trataran mal a mis amigos, lo miré a los ojos, y no me dió el más mínimo miedo, pero si reconocí que había intensidad en la discusión.
-Ollivander.. sí, también te conozco, y claro que Draco me ha contado sobre tus.. preferencias -¿Preferencias? ¿Qué clase de preferencias? Si se suponía que eso era un insulto, pues no lo había entendido- y ustedes.. pelirrojos, mirada perdida, y claro.. libros de segunda mano -decía mientras sacaba un libro de la cubeta de Ginny, quien no respondía, pero seguía mirándolo como si quisiera destrozarlo-.. deben de ser los Weasley.
-Chicos, apesta aquí, vámonos -se acercó a decirnos un señor pelirrojo parecido a Ron.
-Vaya vaya, Weasley padre..
-Lucius -ambos se miraban aún con más intensidad que la que había mostrado Ginny.
-Cuanto trabajo en el ministerio, Arthur.. con tanto esmero ojalá que te paguen lo suficiente, sin embargo viendo esto.. yo digo que no ¿Qué sentido tiene deshonrar el nombre de un mago, si ni siquiera te pagan bien por hacerlo?
-Tenemos una idea muy distinta de lo que es deshonrar el nombre de un mago, Malfoy.
-Sin duda -nuestras cabezas iban de lado a lado, incluso la del joven Malfoy- relacionarse con muggles.. ¡Ja! -dejó el libro en la cubeta una vez más.. un momento ¿Eran dos libros? Mis ojos no estaban funcionando muy bien, pero bueno, lo dejé así- y yo creí que tu familia no podía caer más bajo.. te veré en el ministerio.
Luego de decir eso salió del lugar, y como si fuera un perrito faldero Malfoy hizo lo mismo, pero claro, no sin antes mirar a todos con desagrado. Se acercó a mi oído y me dijo:
-Salúdame a esa preferencia tuya.. Longbottom -fue allí cuando comprendí el insulto, no era para mí, sino para Neville. Estaban diciendo que era algo malo elegir como amigo a alguien como Nev, no por su sangre claro ¡Pues él era sangre "pura"! ¿No? Pero, lo decían más bien por su comportamiento.. y era su amiga. Cuando Malfoy se apartó de mi cara lo miré con desprecio- los veré en la escuela.. -esta vez, se dirigió a todos, y luego se fue.
Salimos de Flourish y Blotts y les comenté a los chicos que debía seguir camino, pero para el lado contrario al de ellos. Estuvieron de acuerdo, y fue el momento de despedirnos hasta llegar a Hogwarts, o mejor dicho a la plataforma.
-Nos veremos allá -le decía a Herms, mientras nos abrazábamos, luego tomé mis libros y me fui. Pero nuevamente me encontré con lo desagradable.
-¿Qué haces Ollivander, acaso me estás siguiendo? -dijo Draco.
-Ni en tus sueños, pero claro que tengo que seguir comprando mis materiales para el año escolar, Malfoy.
Su padre se acercó, me miró una vez más con desprecio y sólo dijo:
-Si estás buscando a ese tal Longbottom está por allá.. -otra vez: asco ¿Qué tenía Neville de malo? Nada, y se los demostré con mi respuesta.
-Muchas gracias, y sí, iré con él.. este ambiente es un poco.. desagradable -fui a la dirección a la que el hombre me dijo, pero no sin antes voltearme una vez más y decirle algo al menor- ah, y si tenías celos de algo Malfoy.. para la próxima sólo dilo.
Él me vio furioso, y quiso adelantarse, pero el bastón de su padre se lo impidió. Yo me volteé y camine allá.
Di un par de pasos, pero pronto noté que aquella parte del callejón era una que nunca había visitado. Estaba bastante obscuro y los magos y brujas que había no parecían ser muy agradables, me miraban de reojo, o con demasiada curiosidad, pero no dejé que ninguno se me acercara. Pronto llegué a tocar la puerta de una tienda y caí hacia atrás, ya que la estaban empujando.
-¡Ah! -exclamé, y no tardé mucho en levantarme sola, entonces vi a la persona que estaba frente a mí, no la conocía.
-Discúlpeme señorita.. ¿Está acaso.. perdida? -me preguntó aquella bruja con una sonrisa espeluznante en el rostro. No quise juzgarla por su aspecto, pero de igual forma le respondí como pude. Yo tenía mis libros bien apretados contra mi pecho, tenía algo de miedo.. pero no se lo demostré a la mujer.
-No señora, estoy bien.. y puedo encontrar el camino sola a mi casa, gracias -exclamé antes de que preguntara algo parecido, ya que parecía insistente. Me dirigió una ojeada más, y luego salió del negocio, entonces fue cuando me echaron.
-¡Sal de aquí! ¿Por qué a los niños les gusta entrar? ¡No es un lugar para ti! ¡Fuera! -aterrada salí corriendo del lugar antes de que la voz que oía se me acercara más.
No tardé en darme cuenta: ese era el Callejón Nocturno. No sabía el camino de vuelta, trataba de buscarlo, alguien tenía que ayudarme.. no aquella bruja, ella jamás. Entonces pisé mal una baldosa, caí al suelo, y todos mis libros se esparcieron por el suelo. Me puse de rodillas y comencé a levantarlos, entonces noté que alguien se me acercaba a paso lento. Rapidamente saqué mi varita y apunté a la persona, pero mi rostro pasó de seriedad a verguanza, era un joven que luego de mirarme, y sin decir una palabra, me ayudó a levantar todo colocándolo en una pila. Luego él sólo siguió camino, yo me quedé ahí como una tonta. Después alcé la pila y le agradecí con un grito, pero él ni siquiera se volteó a verme.
No supe si pensar que era grosero por no haberme ni mirado, o bueno por haberme ayudado, no podía parar de pensar en si él me habría escuchado. Lucía bien, tenía tez trigueña, y cabello café, algunos mechones eran rojos, lo que me llamó bastante la atención y sus ojos eran del mismo color.
Pasé un tiempo tratando de encontrar la salida, y después de 15 minutos la allé. Me alivié al salir de allí, y admiré todos los colores que podía ver en los negocios del callejón en el que estaba antes, el Diagon.
Ya había llegado a la conclusión de que Lucius Malfoy me había tendido una trampa, y por segunda vez en el día me sentí tonta por no haberme esperado aquello.
Aún quería ver a Neville, necesitaba verlo.
Entré al negoció de escobas, y me fasciné viendo algunas, pero no tanto como cuando ocurrió lo siguiente: me choqué de espaldas con alguien, por lo que mientras me daba la vuelta sólo trataba de disculparme.
-Perdone, lo siento mucho, fue mi culpa, no.. -me detuve, esos ojos azabache brillante me miraban, y una sonrisa, aunque estuviera con unos dientes desacomodados, me deslumbró-... ¡Longbottom!
Sólo lo abracé, y no podía dejar de sonreír ¡Era él! ¡Mi mejor amigo estaba allí! Y sentí como sus brazos me recorrieron la cintura, correspondiendome el abrazo. Me sentía plena, como si ese abrazo era el que me había estado faltando desde hacía mucho tiempo.. su abrazo.

•|Ollivander y Longbottom|• {Libro 2}Donde viven las historias. Descúbrelo ahora