Al darme la vuelta pude ver a mi amigo parado frente a mí, pero no me estaba viendo, sino que sostenía la mirada en donde había estado ese joven misterioso. Entonces movió la cabeza como para despavilarce y me habló:
-Sí.. lo siento. Así que.. ¿Colin? ¿Es bueno? ¿Entretenido hablar con el?
-Sí, es bastante agradable. Podrías charlar con él en algún momento, así te lo presento. Cuenta historias divertidas..
-No, estoy bien -me respondió él, bastante cortante- ¿Terminaste la tarea de Historia de la Magia? Yo no voy ni por la mitad.
-Aun no puedo creerlo ¡El segundo día y ya hay tarea!
-Y no es muy corta que digamos..
-Claro que no es corta, es Mcgonagall. La haré esta tarde en la biblioteca ¿Me acompañas?
-Donde sea.. ¿Cuál es tu próxima clase?
-Nuestra, en realidad ¡Tenemos Transformaciones!
-¿Por qué no me sorprende esa emoción? Quizá porque estás obsecionada con esa materia.
-Quizás.. de todas formas, en cualquier momento empezamos ¡Vamos!
Tomé mi bolso y salimos corriendo al salón. Durante la clase yo presté mucha atención, pero en cambio Nev.. bueno, tendría que pasarle mis notas después. Siempre pensé que Nev se merecía que se las pasara.. es decir, intentaba prestar atención, pero terminaba sin entender nada.
Un rato después, cuando ya eran aproximadamente las 7:00 PM las clases acabaron, y volvía a mi habitación para seguir mi tarea, la cual no había podido terminar en la biblioteca. Bajaba las escaleras cuando noté que aquel chico mayor me seguía, estaba nerviosa.
Estaba a momentos de tocar los tambores cuando recordé que él no podía saber cómo, sino entraría a mi salón. Así que me limité a pararme frente a la puerta hasta que entrara a su sala común, pero no lo hizo. Sino que en vez de ello me tocó el hombro y por fin pude oír su voz:
-Hola ¿Eres Josephine Ollivander? -no podía creerlo ¿Él sabía cómo me llamaba? ¿Por qué? ¿Acaso habría averiguado?
-Aah.. ¡Sí! -respondí antes de que se alejara, pues me había quedado parada sin decir nada como por 10 segundos- ¿Quién pregunta?
-Jacob Carrow.
-Bien, Jacob y.. ¿Por qué vienes siguiendome?
-Es que se te cayó esta libreta en algún lado.. -me mostró que en su mano traía mi libreta, en la que había estado dibujando antes de que Collin llegara. Me quedé pálida ¿Habría visto alguno de mis dibujos sin sentido alguno?
-¿Viste alguno? Es decir.. de los dibujos, cuando los encontraste.. ¿Cuántos?
-Ninguno.. pero no creo que ninguno sea tan bueno ¿No? Si no quieres que nadie los vea..
-Yo nunca dije eso.. me gustan mis dibujos.
-¿Entonces me dejas verlos?
-No, porque lo que no me gusta es compartirlos con los demás.. y mucho menos con alguien que no conozco.
-¿No me conoces? Claro que sí, si ya te he ayudado con tus libros tres veces ¿No?
-Creo que sólo fueron dos.. y de igual manera, eso no es conocer a alguien.
-¿A no? ¡¿Y entonces cómo esperas conocerme?! ¡Si ni siquiera te has acercado a hablarme!
-No espero hacerlo.. -respondí, y entonces pude ver cómo un par de niñas de Hufflepuff estaban saliendo de la sala, por lo que allí me metí en la sala y dejé al tal Jacob solo. Él no tenía por qué tratarme así.
Y yo que quería conocerlo.. ¡Es un patán! Pensé. De igual forma, no me parecía tan justo juzgarlo antes de siquiera tener una conversación normal con él, por lo que no le di tanta importancia.
Más tarde, cuando sólo me quedaba responder una pregunta de la tarea, bajé a cenar. No puedo explicar exactamente la cara que tenía aquel niño, su mirada hacia mí era terrible, y tenía algo así como un tick en el ojo, que me hacía reír mucho. Su rabia no me molestaba ni un poco, pero si tenía que contener la risa, para no acabar escupiendo la comida. A comparación de todas las caras serias o desagradables de los demás en aquella mesa él parecía furioso.
Después de contarle a Herms volví a mi sala común y me metí en mi habitación. Estaba tan cansada que preferí dejar la última pregunta para mañana, y sólo me recosté en la cama.
A la mañana siguiente, me levanté rápido y me di una ducha, con el agua se fueron muchos pensamientos, como siempre, y acabé saliendo 20 minutos más tarde. Cuando terminé de cepillarme el cabello me di cuenta de que en 5 minutos empezaba mi primera clase, así que a toda velocidad me puse mi uniforme y salí corriendo del cuarto.
Al llegar al salón, volví a recordar: esa clase era Historia de la Magia ¡Y yo no había acabado mi tarea! Saqué de dentro de mi libro el pergamino y escribí cualquier cosa, esperaba que eso estuviera bien. Y claro, como tengo tanta suerte en mis días a mí frasco de tinta se le ocurrió caerse justo cuando la profesora estaba entrando al aula, por supuesto ¡Encima de mi tarea! Volví a apoyarlo bien sobre la mesa e intenté repararlo, pero sólo lo empeoré.
-Muy bien chicos, dejen sus tareas sobre mi escritorio -dijo la profesora cuando la tiza comenzó a levitar y escribir el título sobre el pizarrón.
No pude entregar nada, así que solo me quedé lamentándome en mi banco.
La clase que seguía era Defensa Contra las Artes Oscuras, la cual compartíamos con Gryffindor, y esto hizo que me sintiera un poco mejor.
Como siempre, me senté junto a Neville. Y antes de que comenzara la clase me quedé hablando con él y con Herms, al parecer sí podría haber salvado mi trabajo..
-Así es, lo leí hace unos días. Estaba en una especie de guía para estudiantes, era interesante.. y el hechizo no era tan complicado. Qué lástima Josephine, si tan solo lo hubieras sabido.
-Sí.. así es.. Herms -dije, no podía creer que eso me hubiera pasado, así que me contenía para no hablarle mal a ninguno de mis compañeros.
-La clase ya va a empezar, tengo que irme a mi lugar. Nos vemos -me saludó ella, a lo que yo asentí y saqué el libro que correspondía a la materia.
Muy pronto llegó el profesor nuevo, y claro que no podía ser otro que el más arrogante de todos..
-Aquí está su profesor.. yo ¡Así es! Soy yo, Gilderoy Lockhart -dijo, dándose aún más importancia, y no acabó allí- de la Orden de Merlín, tercera clase.. miembro honorario de la liga para la defensa contra las artes oscuras.. ¡Y cinco veces galardonado con el premio a la sonrisa más encantadora de la revista Corazón de Bruja! -se alagaba mientras daba giños a los cuadros de él que había colgados por el salón. Todas las niñas lo miraban como si fuera un sueño, y los varones parecían al asecho, exceptuando a los que no entendían nada o no les interesaba- pero no hablaremos de eso..-¡Gracias a Merlín! Dije en mi mente- pues, no me libré de todos mis encuentros peligrosos con mi sonrisa.. -empezó a reír de una manera muy particular, era extraña.. peor que su voz. Nadie lo acompañó riendo, pues tampoco que su "chiste" hubiera sido gracioso. Con Nev nos miramos entre "¿Qué demonios?" Y "¿Acaso va a seguir?", por lo que no pude hacer otra cosa que reírme, y todos pensaron que me reía con él ¡Genial! Me dije con sarcasmo.
Siguió dando vueltas por un rato más hasta que se cansó, o más bien debía seguir con la clase. Después de intentar aterrorizarnos diciéndo que había traído unas criaturas realmente peligrosas y letales, nos hizo reír a todo el salón al dejarnos ver una jaula llena de Duendecillos de Cornuager. Nadie se lo podía creer ¿De verdad Lockhart pensaba que eso era peligroso? Sin embargo, cambiamos de opinión cuando abrió la jaula.
Todas esas criaturas pequeñitas y con alas comenzaron a volar por todo el salón, levantando nuestras plumas, chorreando nuestros frascos de tinta, y tirando todo lo que se les ponía enfrente. El salón fue un caos, y como si supiera mucho, el profesor intentó pararlos con un hechizo, pero antes de que lograra terminar de pronunciarlo tomaron su varita y se la llevaron a volar. El hombre pareció tan asustado como nosotros, y como si eso fuera lo que debía hacer nos dijo:
-¡Ustedes 5! ¡Guarden los que quedan! -y salió corriendo despavorido, todos nosotros nos quedamos intentando adivinar qué hacer. Como si fuera poco, un par de duendes que tenían la varita de Lockhart rompieron las cadenas que tenían un esqueleto de algún animal fantástico que no habíamos aprendido aún, y este calló a suelo ¡BUM!
Mientras que un duendecillo tiraba del cabello a Hermione, otros dos se fueron a Neville y por las orejas lo tomaron, y antes de que me diera cuenta mi amigo ya estaba en el aire.
-¡Longbottom! ¡Bájenlo! ¡Rápido! ¡Neville tira de..! ¡No! -lo dejaron colgado de la capa en el candelabro, el cual estaba apagado, dejándolo fuera de mi alcance- ¡Herms! ¡Ayuda!
-¡No sabemos que hacer! -exclamó Harry.
-¡Aaaah! -Ron gritaba mientras que tres duendes intentaban quitarle la corbata.
-¡Ayuda! ¡Josephine! ¡Bájame! -gritaba Neville. Me subí a la mesa e intenté alcanzarlo, pero aún así no lograba ni siquiera tomarlo del tobillo. Entonces Herms actuó:
-¡Inmovilus! -pronunció, y todos los Duendecillos quedaron flotando en el aire.
-¿Por qué es siempre a mí? -preguntó Nev. Rápidamente intentó soltarse del candelabro, y lo logró. Calló en el banco, justo junto a mí, y al pasar de alguna forma se enganchó de mi capa, provocando que yo acabara cayendo desde la mesa al suelo.
-¿No querrás decir "por qué siempre a nosotros"? -le corregí. Él sólo asintió con la cabeza y se levantó, después yo hice lo mismo. Todos nos quedamos en silencio, entonces se me ocurrió agradecerle a Hermione:
-Gracias Herms, siempre sabes qué hacer.
-Por nada.. ¿Y ahora qué?
-No digamos nada, y pasemos el resto de la hora libre ¿No quieren? -respondió Ron. A lo que la joven lo miro con desaprobación- ¡Es solo una idea!
-Yo creo que estaría bien.. -opinó Harry. Herms nos miró a nosotros dos: Neville y yo.
-... ¿Po-por.. por qué n-no? -le respondió él. Y mi amiga me vió como suplicando.
-Herms.. avisaremos después, además nadie salió herido y.. ¡Tú tendrías más tiempo de hacer tus tareas! ¿No? -ella como respuesta sólo suspiró y aparentó estar de acuerdo.
Salimos del lugar, yo al menos un poco más aliviada, ya que en mi terrible día al menos tenía un rato libre. Con Neville nos fuimos al patio, en donde nos sentamos bajo el árbol del año pasado, bueno, yo me recosté en el césped.
-¿Aún te duelen las orejas? -le pregunté a mi compañero.
-Sí.. un poco ¿Tú estás bien? ¿No te hice nada?
-No pasa nada.. bueno, no con eso al menos.
-¿A qué te refieres? ¿Pasó algo?
-No lo sé.. no he tenido un buen día.. -en ese momento vi pasar a Colin y lo saludé sonriente con la mano, él hizo lo mismo. Me quedé viéndolo un tiempo, aún tenía su cámara colgando, y esa sonrisa simpática en el rostro. Me di cuenta de que sus dientes eran muy lindos, y su cabello rubio no estaba mal, aunque yo lo despeinaría un poco.
-... Josephine ¿Me estás escuchando?
-¡Perdón! ¿Decías algo?
-No.. simplemente que tengas mejor día -me respondió mi amigo y se marchó serio. No pasó mucho tiempo hasta que alguien más se sentara al lado..
-¿Y a él si lo conoces? -me preguntó Jacob antes de morder una varita de caramelo.
-... Aagh.. sí, a él sí.. mucho.
-¿Por qué? -dijo.
-Porque sé qué le gusta.. sé cómo es.. y sé que esa salida significa que está enfadado.
-Bueno no hay que conocerlo tanto para darse cuenta de eso último.
-¿Y tú por qué sigues hablándome? -le pregunté.
-¿Que? ¿Te molesta?
-Algo.. pero lo que más me extraña es que hayas vuelto después de tratarme así ayer..
-¿Y si te digo que lo siento? -me preguntó sonriendo. Yo lo vi con una ceja levantada, y después sólo me reí- ¿Qué clase de respuesta es esa?
-La clase de respuesta que te doy..
-Muy graciosa, pero ¿Por qué no? ¿Tengo algo de malo?
-Mira.. eso no fue un completo rechazo ¿Si? Pero deberías mostrarme que eres más que un simple niño de Slitheryn que quiere hacerse el misterioso.
-¿Por ser Slitheryn me rechazas?
-¿Quieres callarte? No, no tengo esa clase de prejuicios.. sólo te digo que me muestres que eres.. bueno. Y no puedo explicártelo ahora ¡Trato de pensar cómo hacer para que mi mejor amigo me perdone!
-Bien.
Pasaron unos momentos y vimos como Harry y todo el equipo de Quidditch de Gryffindor venía por un lado, giramos la mirada para ver al equipo de Slitheryn hacer lo mismo pero de otra dirección.
-No me parece que eso sea bueno.. -dijo Jacob.
-No lo es -le respondí y caminé hacia el punto en el que se encontrarían, él me acompañó.
-¿Qué hacen aquí, Flint? -comenzó a hablar Olliver Wood, el capitán del equipo de Gryffindor.
-Entrenar para Quidditch -le respondió Flint, el capitán del otro equipo.
-Reservé el campo, no pueden..
-Tranquilo Wood, tenemos permiso.. -al terminar su frase sacó un pergamino que tenía escrito que el profesor Snape les daba permiso a su equipo a entrenar, para que su nuevo buscador pudiera comenzar a "conectarse con el campo".
-¿Nuevo buscador? -preguntó Wood confundido. Y los jugadores de Slitheryn abrieron paso al mago que menos quería en aquel colegio..
-¡¿Malfoy?! -dijo Harry sin poder creerlo, como la mayoría de los que estaban allí. Incluyéndome a mí, Ron y Hermione, quienes se habían acercado hacía unos segundos.
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•|Ollivander y Longbottom|• {Libro 2}
Storie d'amore"Salí del lugar, estaba enojada ¿Por qué él podría decidir por mí? De igual forma no estaba segura aún, pues seguía pensando que quizá mi amigo sólo quería lo mejor para mí.. y nunca lo había visto así ¡Rayos Longbottom! ¿Por qué tienes que preocupa...