Departamento

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Creo que me he pasado con el vino, siento un ligero mareo y un poco de ansiedad de que llegue y poder tocarla... tengo que controlarme ahg no debí de haber tomado esa tercera copa.

Escucho el timbre y corro a verificar que sea ella la que toca, veo su bella silueta parada frente a mi puerta, le abro la puerta y la veo hasta que su imagen desaparece cuando entra al portal, espero detrás de la puerta con la frente pegada en ella, escucho como el ascensor para en mi piso y alcanzó a distinguir sus pasos que se aproximan a mi puerta, aguanto la respiración hasta que escucho sus ligeros golpes al otro lado, inhaló profundamente y exhalo, abro la puerta y me congelo, es inevitable que mis ojos recorran lentamente su cuerpo desde sus finas piernas blancas que se extienden bajo ese precioso vestido azul, sus caderas anchas y una cintura fina, el vestido resalta de una forma exquisita ese busto que tiene, siento como mi miembro empieza a endurecerse del placer que siento con solo pensar en quitarle esa prenda azul, mi mente reacciona y me hago a un lado para que pueda pasar, a paso lento ingresa a mi departamento, la veo observar todo con ojos curiosos, le coloco la mano en la espalda baja y la dirijo a un sofá a que tome asiento, su cuerpo se estremece ante mi tacto y eso me prende mas.

-¿Te ofrezco algo de tomar?- le pregunto tratando que mi voz no suene tan ronca.

-Aaah eetto.. Yyoo, un vasso cocon agua porfavor- responde sonrojándose y bajando su mirada a sus manos.

Le hago una seña para que espere en su lugar y me dirijo a la cocina, saco de un estante dos vasos, al bajarlos veo una cajita en el interior de este y de golpe recuerdo que hace unos meses mi hermano me regalo afrodisiaco para que mis noches fueran mas placenteras.

En mi mente llega la idea de colocar un poco en su vaso pero la culpa me invade por tener tales pensamientos, es mi alumna, es menor de edad y estaría aprovechando de un alma pura, casi me podía sentir orgulloso de pensar con claridad pero mi miembro tenia otros pensamientos, al pensar en hinata exitada y pidiendo que la complazca hace que suelte un pequeño gemido, no lo pienso mas, mi mente ha sido segada por solo imaginar el placer que sentiré en unos minutos, colocó una cucharada pequeña y revuelvo perfectamente, me sirvo un vaso a mi de agua y los llevo a la sala.

-Toma- le extiendo el vaso con el afrodisíaco y ella le toma, tal vez por los nervios o por el calor que se siente en el ambiente ella bebe casi la mitad del contenido y deja el vaso sobre la mesa de estar.

Yo bebo el vaso completo y me siento a su lado, dejando un espacio considerable.

-Bien Hinata empecemos con esas dudas que tienes - le digo con tono ligero y una sonrisa, se que me arrepentiré de esto pero será mañana.

Han paso unos 20 minutos, ya contestamos 4 de los 7 problemas en los que tenia duda pero empieza a presentar los efectos del contenido del vaso, su respiración es mas errática y sus mejillas están teñidas de un hermoso carmesí, me acerco un poco mas con la excusa de ver mejor su cuaderno posando mi mano en su rodilla, ella suelta un suspiro y su piel se estremece.

Me acerco todavía mas y coloco una mano sobre sus hombros, hago que mis dedos suban y bajen por su brazo, ella solo cierra con fuerza sus ojos y aprovecho para despejar su hermoso cuello y le deposito un casto beso debajo del oído, ella ladea su cuello dándome acceso a esa exquisita parte de su cuerpo, me inclino un poco mas verificando que siga teniendo sus ojos cerrados bajando mi mascara para probar directamente el delicioso manjar lo beso despacio incitándola, me acerco a su oído y paso mi lengua por detrás, introduzco su lóbulo en mi boca y lo saboreo mordiéndola al sacarlo, ya no me puedo controlar y la recuesto en el sofá y me coloco sobre ella, al verla a la cara detengo mis movimientos al ver una lágrima resbalar por su mejilla, una sensación desagradable me recorre y me separo de ella, me colocó bien la mascara y me alejo un poco de ella, le doy la espalda, no puedo verla tan destrozada.

Me siento el peor hombre del mundo.

No alcance a terminar de maldecirme cuando siento unas finas manos tocando mi pecho, ese toque me sorprendió mucho, volteo a ver como Hinata aun con la mirada gacha me tiene abrazado por la espalda.

-Nonoo quiquieroo que sse detenga- abro mis ojos como platos, ella quiere que siga, ella quiere que la haga mía.

-No Hinata, esto está mal, perdóname si hice que te sintieras incómoda- Digo firmemente, no puedo hacer que mi lado animal me domine.

-Se quque está mal, pepero quiero intentarlo...- lo dice en el momento en que sus manos empiezan a explorar mi pecho, sus manos son cálidas y hacen que un escalofrío me recorra toda la columna vertebral, empiezo a sentir que mi miembro pide que lo libere, esas palabras son suficientes para que me de vuelta bajándome la máscara y besándola sin contemplaciones, la beso salvajemente haciendo que ella suelte un gemido por la sorpresa de mis acciones aprovecho que abrió su boca para introducir mi lengua, es tan húmeda y dulce que mi lengua la explora completamente, ella apenas y puede seguirme el ritmo de mis movimientos, mis manos van a sus caderas acercándola más a mi cuerpo, ella se sobresalta al sentir mi erección en su abdomen, se separa de mí y me ve con sus hermosos ojos perlas nublados de placer. La tomo de la mano y la dirijo a mi habitación, abro la puerta y entramos, cierro la puerta estrellando su espalda contra esta, la tomo de las caderas y hago que sus piernas se sujeten de mis caderas, la beso con pasión, quiero que se sienta deseada, ella se estremece cada vez que me muevo haciendo que nuestros sexos se rocen, mis manos que estaban en sus caderas empiezan a explorar sus muslos que son firmes y suaves, los recorro lentamente para disfrutarlos, mi boca se separa de la suya para bajar a su cuello y empezar a tortúralo con suaves lamidas y besos, bajo y recorro su hombro derecho bajando el tirante del vestido con los dientes, ella recarga su cabeza sobre la puerta soltando un gemido, mis caderas se encienden figurando envestidas suaves, regreso con besos más profundos por su cuello para llegar a sus labios.

Me separo de la puerta con ella en brazos y la recuesto en mi cama, me coloco sobre ella uniendo nuestros labios en una danza de lenguas, mis manos van desde su cintura hasta sus pecho y los aprieto suavemente, me doy cuenta que no tiene sostén que se interponga por lo que siento sus pequeños botones duros he impacientes por ser tocados, dejo su boca y bajo por su cuello, sigo bajando hasta que llego a ese par de montículos he introduzco un pezón en mi boca pero aun cubierto por la tela, ella se muerde el labio para no gritar, mis manos la levantan para bajar el cierre del vestido y lo empiezo a bajar lentamente hasta que por fin dejo libre sus senos, son perfectos, su piel es más pálida que el resto, sus pezones son rosados y en estos momentos están duros, humedezco mis labios de la anticipación de tenerlos en mi boca.

Me acerco lentamente hasta tener el derecho a la altura de mi boca, estoy a punto de meterlo pero escucho el timbre de mi puerta, los dos nos quedamos quietos con la respiración atorada, se vuelve a escuchar el timbre y es suficiente para que Hinata despierte del sueño placentero en el que estaba para taparse los pechos con las manos.

-Kakashi...- dice mi nombre en un tono ronco, estoy a punto de lanzarme a sus labios pero más llamados se escuchan ya más insistentes.

Gruño por la interrupción y voy a ver quién ha osado interrumpirme en este momento tan delicioso. Por la pantalla veo a Guy en la entrada viendo hacia la cámara y haciendo señas para que abra la puerta.

El pánico me invade por solo pensar que Guy descubra a Hinata en esta situación, por más que sea mi amigo él tiene una ética estricta, el no callaría este secreto, lo más seguro es que vaya directo con el director a presentar un informe, me expulsarían, seguro es que vaya a la cárcel y Hinata también la expulsarían sin la oportunidad de entrar a otra universidad... el miedo me invade y corro al dormitorio donde esta Hinata ya con el vestido acomodado.

-Tenemos un problema- le digo con la respiración agitada.

EL DESEO DE APRENDERDonde viven las historias. Descúbrelo ahora