Charlie, Charlie y solo Charlie

504 18 0
                                    

Estuve en lo cierto, desde que Tulip me contó sobre su viaje involuntario al bosque prohibido y que misteriosamente Rakepick apareciera de la nada para interrogarla, todo indicaba de que la próxima bóveda estaba allí y teniaralgo que ver con hipnosis o quizás con gente siendo manipulada a través de sus sueños, como un tipo de sonambulismo, no estoy seguro aún. Pero de lo que si estoy seguro es que no debo confiar en Rakepick, no me gustaba su cara y, en lo que a mi respecta, el rostro de una persona muestra mucho de como es realmente.
Ante mis dudas siempre recurria a una persona la cual sabía no me defraudaría. Bill Weasley no solo era un buen duelista, sino que también era muy bueno dando consejos de cualquier tipo y presentía que tarde o temprano iba a necesitar de su ayuda tal como con la bóveda anterior.
Las Tres Escobas era el sitio preferido de varios para ponerse al día, además de que el buen servicio y las bebidas dulces llamaban la atención a más de uno, por lo que allí estábamos hablando en uno de lo cubículos del fondo y con cervezas de mantequilla para cada uno. Bill de vez en cuando se quedaba mirando la entrada como si esperara a alguien, la primera vez lo dejé pasar pero para la cuarta vez que lo hacía no pude evitar incordiarlo.
-¿Entonces, alguien importante atravesará esa puerta una vez me vaya?
Sonreí de costado y sacudí mis cejas para que se notara la insinuación.
-Amigo, después de lo de Emily no quiero volver a pasar por algo como eso.-yo tampoco podría olvidar aquello, la chica había resultado ser muy desagradable.- Pero tampoco te equivocas, es importante de cierto modo.
Entonces, antes de que pudiera formular mi pregunta, Bill sonrió e hizo un gesto hacia la puerta de entrada. Voltee para ver quien había entrado a la posada y caminando apresurado venía Charlie, se quedó parado frente a nosotros y sonrió de par en par, hinchó su pecho y habló lo suficientemente alto como para que solo nosotros dos le escucharamos.
-Creo que para esta parte necesitarás de mi ayuda Asriel.
Sonreí, no solo por el hecho de que Charlie había dicho mi nombre por primera vez, no el apodo que Bill usualmente usaba con cariño, sino porque dentro de todo tenía una solución para mi problema del bosque prohibido.
Parecía tener macha energía, habló todo el rato desde el mismo lugar pero moviéndose ligeramente mientras explicaba el plan que él y Bill habían maquinado en el momento en que le contacté, ahora entendía el por qué de su insistencia en esperar un poco para reunirnos. Había veces en las que Bill tenía que resumir lo que su hermano había dicho, debía admitir que ver los labios de Charlie moverse hacían que mi mente volara de a ratos y me perdía de algunas cosas.
Debíamos volar. Volar al bosque prohibido y explorarlo a fondo para encontrar algo que nos diera un indicio del lagar exacto en donde se encontrara la bóveda. Las ultimas semanas varios alumnos habían sido encontrados en el límite del bosque y eso había puesto en alerta a todos.
Durante el próximo mes, Charlie, Bill y yo seguimos reuniéndonos y reclutando a amigos que quizás podrían sernos de ayuda. André había sido uno de ellos, él y Charlie tenían un tipo de rivalidad amistosa al ser ambos jugadores de Quidditch de equipos contrarios. Barnaby Lee había sido el otro, tenía una buena amistad con él y supe desde el principio que su fuerza y amor por las criaturas mágicas nos sería de gran utilidad. Por lo que allí estábamos, a una sola patada a nuestras escobas de sobrevolar el bosque prohibido.
-No se separen y vigilen los alrededores.-Charlie fue el primero en elevarse y su mirada estaba llena de entusiasmo.
Miré a Barnaby asentí ligeramente, ambos dimos una patada a nuestras escobas y en un instante ya nos encontrábamos sobrevolando el terreno del castillo. Los árboles nos pasaban a los lados, el viento agitaba mi cabello y molestaba mi vista, este último año lo había dejado crecer demasiado. Miré a Charlie, su cabello estaba atado en una pequeña coleta y parte de su flequillo se escapaba al ser golpeado por el viento, se veía hermoso.
Los árboles empezaron a rodearnos en el momento en que aterrizábamos, por un momento perdí a mis compañeros y sentí como un nudo se formaba en la base de mi estómago. Al tocar tierra miré en derredor buscándolos, Barnaby estaba allí a mi derecha pero no había rastro de Charlie.
No, no, no, NO. Algo había sucedido, quizás había aterrizado en otra parte, o su escoba había quedado atorada entre los árboles, o tal vez... No, debía mantener la calma, entrar en pánico no ayudaría a encontrarlo. Lo buscamos por los alrededores, detrás de cada árbol, de cada arbusto, en cada sombra por si estaba haciéndonos algún tipo de broma. Nada de él, Charlie no aparecía ni siquiera lanzando una señal, ni llamándolo. Estábamos por ir por ayuda cuando escuchamos los hierbajos quebrarse y algo abrirse paso hasta nosotros.
-Estoy aquí. -Charlie caminaba hacia nosotros sano y salvo.-Lo siento si los preocupé, no es la primera vez que vengo a este lugar, solo quería dar un recorrido.
Si no fuera por la gravedad del asunto habría saltado para abrazarlo, estaba aliviado y muy agradecido de que no le hubiera sucedido nada malo, Billa nunca me lo habría perdonado.
Regresamos al castillo con las manos vacías pero con una idea de a dónde y qué deberíamos hacer a continuación.
Las siguientes semanas me les he pasado recolectando información, entrenando con la señora Rakepick, yendo a clases y en la última visita al bosque prohibido descubrí varias cosas que podrían ayudar a descubrir la ubicación de la bóveda, Torvus sería el punto clave. Mis reuniones con Charlie se habían vuelto más frecuentes desde aquél día en que volamos al bosque prohibido, nuestras conversaciones variaban de vez cuando: principalmente eran sobre dragones, criaturas mágicas, quidditch, herbología (por mi parte), el mundo muggle y todos los artefactos interesantes que ellos inventaban. Cada día quería estar más con él, cada día me fijaba más en sus facciones, cada día me atrevía a acercarme más a él, a tocar su hombro o darle palmadas en la espalda y cada contacto se sentía como tocar las estrellas.
El fin del año estaba a unos meses de distancia, varios alumnos habían caído presas de la maldición del sonambulismo, navidad había pasado volando, los exámenes estaban a la vuelta de la esquina y mi enfrentamiento contra la bóveda maldita era inminente. Pero lo bueno de todo aquello era que contaba con grandes amigos, grandes magos y brujas, que estarían allí para apoyarme.
Ingredientes y clase de herbología.
Y nada, ni siquiera Rakepick espiándome, impediría que el final de este año fuera un final feliz.

Pensando en su Constelación (~Charlie Weasley~)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora