ALMAS | Adrien Agreste | ✔

IX. "Recuerdos y noticias tristes"

Después de haber estado un rato con los chicos tomé el diario y me fui a dar un paseo por el bosque para seguir leyendo con calma aquel cuaderno con anotaciones. Después de unos segundos caminando me detuve en un área bastante cómoda, lo suficientemente alejada para que los chicos no me encontrarán por un rato y lo suficientemente fácil de ubicar para salir de ahí sin perderme.

Me senté apoyando mi espalda al tronco de un árbol, estire mis piernas frente a mi y las crucé para estar cómodo, abrí el diario de forma de que fuera en cualquier página y leí.

"20 de Junio de 2008..."

Mi corazón se detuvo por un segundo al leer aquella fecha, la cual me dejó completamente destrozado por la serie de eventos que sucedieron ese día, no sabía si leerlo o no, pues recordar aquello era doloroso. Después de pensarlo un rato, me dispuse a leerlo con un gigantesco nudo en la garganta.

"...No puedo creer nada de esto. Me es difícil asimilar todo lo que está ocurriendo, me es muy difícil verlo así. Es tan sólo un niño al que le arrebataron lo más preciado que tenía.

La muerte de Emilie me parte el alma en mil pedazos, ella fue como una segunda madre para mi y todo lo que me enseñó lo tendré presente siempre.

Pero no será lo mismo, no poder abrazarla nuevamente, no poder pedirle nuevamente un consejo para cuando discutía con mis padres y no poder volver a verla nunca. Esto me era difícil y más cuando Adrien es la misma imagen de su madre.

Cuando Gabriel me pidió que le dijera a Adrien sobre lo sucedido no pude hacerlo, verlo al frente de mi con su dulce rostro lleno de alegría y preguntando en donde se encontraba su madre, me dejó vacía y sin palabras.

Mi madre fue la que le dio la dura noticia, la cual al principio no quería creer y buscando la verdad en mi, no la consiguió torturando más mi corazón al marcharse enojado y triste por el "Por qué" no le habia dicho.

El sólo se encerró en su cuarto y no quería salir de ahí, estuve horas con el corazón en la mano tratando de estar con el. No es bueno para un niño el sentirse sólo y que el sufriera no me hacía bien.

Siento que mi cuerpo va a desfallecer en cualquier momento, me sentía abatida con todo. Tenía que ser fuerte y no tanto por mi, si no por Gabriel, mis padres y Adrien.

Y por Emilie la cual nunca hubiese querido que me sintiera así. Espero descanse en paz y que su alma ayude a Adrien a afrontar su partida, porque por ahora no permite que yo lo haga..."

Lágrimas caían de mis mejillas con rapidez, una detrás de otra sin parar. Sollozaba con fuerza pues nadie podía escucharme ahora, aquel dolor que sentí cuando mi madre murió lo siento ahora mismo.

Un calor se apoderó de mi pecho dándome tranquilidad, sentía algo rodearme y rápidamente mi mente volvió a divagar topándome con un nuevo recuerdo...

"- ¡Vete, no quiero verte! - grite con lágrimas en mi pequeño rostro.

- Adrien, por favor... - escuche su suave voz detrás de la puerta La cual titubeaba.

Me encontraba recostado en la puerta de mi habitación, con mis rodillas pegadas al pecho y mis brazos rodeando mis piernas. Lagrimas caían de mis ojos y mi nariz estaba roja como la de Rodolfo el reno.

Entre mis manos tenía una fotografía de mi madre, la cual me hacía llorar y sollozar con más fuerza al verla, pero era una de las tantas imágenes que ahora sólo tendría de ella.

- Adrien, lo siento... No tuve el valor para decirte - titubeaba su voz.

- ¡La, la, la, la, no voy a escucharte! - respondí.