Recuerda cuando era pequeña, cuando su padre le contaba cosas terroríficas y al mismo tiempo fascinantes de los ellos; unas criaturas de sangre fría, viles y crueles como ningunos otros. Su objetivo era acabar con todos los humanos de la tierra, exterminar a cada uno de ellos hasta el último.
No entendía, ¡si los humanos eran buenos! ¿No?
El humano era bueno por naturaleza, ellos participaban en obras de caridad y además ayudan a los más desfavorecidos. Bueno, al menos eso es lo que les explicaban en el colegio, hacían talleres y de vez en cuando voluntariados.
Una persona no podría ser mala.
¿No?Su padre nunca le explicó realmente el significado del bien y el mal, no quería traumatizar a su pequeña hija ni tampoco deseaba asustarla. Muy pronto lo entendería.
📿
Era un día 23 de septiembre, soleado y con una temperatura tibia, ni muy fría ni muy calurosa. Se notaba que apenas había terminado el verano hace unos pocos días, el año le daba la bienvenida al otoño.
Era un buen día, con una temperatura agradable.
Las alas de una mariposa captaron su atención y al siguiente segundo ya tenía los ojos puestos en el paisaje que se mostraba a su frente.El mundo entero estaba patas arriba.
De pronto la realidad le dio de lleno en la cara. Gente corriendo y gritando mientras pululaban por todos lados.
Era la hecatombe absoluta. Nico no sabía a dónde ir, Dios Santo, lo que decía la profecía era verdad. Su padre tenía razón.La calle está hecha un desastre, coches circulando como locos arriba y abajo, personas corriendo a esconderse porque esas cosas les persiguen.
Ella corría como sus piernas le daban, no era muy deportista que se diga. Mierda, la iban a alcanzar en nada. Dobló en una esquina y se cruzó con una mujer alimentándose de un hombre, que se estaba retorciendo sin mucho resultado. No se lo pensó dos veces y dio media vuelta para seguir corriendo por otro lugar.
Su vida colgaba de un pequeño hilo que se rompía a cada segundo más y más.
Los pelos se le pusieron como escarpias y casi chilla cuando enfrente suya aparece uno de "los ellos". Una ola frío intenso que antes no estaba se apodera del escenario. De sus labios sale vaho, como si fuera su vida saliendo por su garganta. Cruzan la mirada y se quedan así durante varios segundos. Su respiración se corta y observa sus características. A pesar de estar aterrorizada también está fascinada. Todo era verdad.No podía acreditar lo que veía ante ella.
Sus globos oculares están cubiertos por un gris sucio, como si fuera la superficie de la luna. No tiene pupilas, solo un iris azul grisáceo. Su piel está de la misma manera, de un color amarillento y absolutamente pálido, como un... Muerto. De su boca cae un líquido carmesí que contrasta con su incolora piel como un cuadro expresionista.
El ser sonríe de la forma más macabra que ha visto en su corta vida y enseña sus dientes amarillos cubiertos de carne. Antes de poder reaccionar se abalanza hacia ella, pero antes de que le muerda la chica le da una patada en la rodilla haciendo que pierda el equilibrio e impacte contra el suelo. Vuelve a correr por su vida y esta vez acelera el paso por el efecto de la adrenalina recorriendo por sus venas. No hay tiempo, no hay espacio, solo su instinto de supervivencia golpeando contra su pecho más agresivo que nunca. No sabe a donde está corriendo, pero sigue sin detenerse ni un segundo. Corre, corre porque tiene miedo de la oscuridad, aún más rápido. Por un instante cree oír otra carrera detrás suya, y era verdad. Voltea su cabeza aún sin parar de moverse y lo ve pisándole los talones, con la boca abierta y riéndose de forma desquiciada. Tira un cubo de basura tras de sí para ganar unos segundos más. Sale a la calle principal otra vez.
-¡Señorita! - escucha la voz de una persona, pero no se detiene.
Es ahí cuando alguien le toma fuertemente de la muñeca. Voltea su cabeza y sus pies se quedan quietos. Es un soldado. Quiere deshacerse de su contacto pero el militar lo reafirma, haciendo que no se pueda escapar.
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Los hijos del Edén [SEVENTEEN]
Fiksi Penggemarsısdılɐɔodɐ 【La humanidad iba a pagar el precio de sus pecados, y lo iba a pagar caro . 】 Este mundo era mundano, egoísta, despreciable y mezquino. El mundo está podrido, desde la superficie hasta sus profundas entrañas... Pero no había de que pre...