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VIENTOS DE
GUERRA

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    CALBAGARON POR LOS misteriosos bosques de Arendelle, Mérida parecía poder guiarse perfectamente en ellos

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    CALBAGARON POR LOS misteriosos bosques de Arendelle, Mérida parecía poder guiarse perfectamente en ellos. Angus, el caballo negro, ponía inquieto a Hiccup, sus movimientos eran demasiados bruscos para su gusto, agregando que esa era su primera vez. Definitivamente no era nada que ver con el montar un dragón. Mérida en cambio no se cansaba de reírse interiormente de él y su miedo irracional al cuádrupedo, y de decirle que Angus siempre era brusco. Resulta en que su estadía en Arendelle de la cual Hiccup sabía poco, a Mérida le habían cedido un corcel para que pudiese movilizarse por el lugar sin depender de nadie.

—...Un regalo de la reina —alardeó ella, viendo como poco a poco se acercaban al puente en el lindero del bosque, aquél que los llevaba al pueblo.

Los cascos del caballo resonaban contra la roca del puente, y solo allí Mérida decidió incitar a Angus a ir más fuerte, haciendo que un tembloroso Hiccup se aferrase a ella desde atrás, clavando sus dedos en la cintura de la pelirroja. Claramente, una venganza por lo de las carreras de dragones. De todas formas, se vio obligada a bajar la velocidad hasta ser simplemente un trote, la gente abundaba en cantidad por las calles del pueblo y ella prefería evitar accidentes.

A lo lejos se podían oír las campanas de la iglesia, y el ambiente había refrescado un poco.

Mérida frunció el ceño. Estaban en los finales de otoño, sí, pero eso no quitaba el hecho de que en el bosque hubiese una temperatura intermedia y en la aldea un viento helado calase los huesos. Entonces, gracias a su experiencia, ella fue capaz de percibir como la corriente helada era impulsada por una latente y poderosa magia. Definitivamente la reina no estaría de su mejor humor.

Hiccup por su parte, ignoraba el hecho del frío y se concentraba más en el lugar en el que se hallaba. Toda esa estructura, las casas, era muy diferente a lo que conocía de Berk. Incluso le estaba dando ideas para un futuro. Prácticamente soñaba despierto.

Angus se detuvo cuando un alegre reno se cruzó en su camino.

—¡Sven! —exclamó alegre la pelirroja, bajando de Angus y yendo a saludar al animal que la recibió enérgicamente—. ¿Kristoff no está contigo?

El reno resopló alegre en el rostro de la pelirroja, viendo como el castaño sobre Angus hacía un mal movimiento al querer bajar de la montadura y caía al suelo. Mérida volteó a verlo con una sonrisa divertida y dijo:

—Ya que Sven está aquí, él podrá llevarte. Yo iré con Angus.

Hiccup asintió, creyendo que cualquier cosa era mejor por ese demonio. De todas formas, eso no quitaba que sintiese cierto recelo con el reno, no le parecía muy diferente al caballo. Esta vez, el castaño subió sólo y sin ningún problema sobre el reno, y Mérida le dio una palmada al animal para que llevase al castaño hasta el castillo. Ella por su parte los siguió junto a Angus.

VALIENTE ━ mericcupDonde viven las historias. Descúbrelo ahora