Shinso Hitoshi siempre recibía llamadas de numerosas personas que preguntaban por el nombre de "Sir Kaminari." Harto ya de recibir estas llamadas, decide acabar por todas este inconveniente.
Aunque eso es lo que planeó, falla rotundamente. Pero grac...
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El de ojeras y extravagante cabello color índigo abría su mochila de casualidad, buscando un lapicero para escribir, simplemente. Pero lo último que encontró fue el lapicero.
Estaba con todos sus llamados amigos, el DekuSquad. Estudiaban para cierta prueba del mismo día, se habían reunido en la biblioteca y estaban traficando —ilegalmente— comida a espaldas de la bibliotecaria.
A Tsuyu se le había acabado la tinta de su pluma negra; muy amablemente Shinsou se ofreció a darle uno que tenía de repuesto. Nadie le puso mucha atención hasta que Tsuyu le preguntó que porque duraba tanto en buscar el artefacto.
—Hitoshi–chan, ¿no encuentras el lapicero? Esta bien, usaré un azul.—De nuevo, eso paso desapercibido, solo volvieron a ver a Tsuyu por unos momentos para seguir divagando en sus libros.
Oh mierda. Oh mierda, estoy jodido. Bueno no yo, si no quien escribió esto. Pensó, según él, en sus adentros.
Aunque la realidad fue que literalmente lo mencionó a una altura considerable y la amargada de la bibliotecaria les hizo un "Shh" de regaño.
—¿Umm? ¿Qué es eso? —La castaña puso su atención en el de cabellos índigos. Viendo que el chico tenía una hoja en manos trató de arrebatársela para leer.
—¡No! ¡Espera! ¡No lo leas! —Shinsou abrazó con fuerza el papel que sostenía, evitando que Uraraka lo agarrará.
Se agitó aún mucho más cuando vió como Uraraka intentó de nuevo acercarse al papel con el ceño fruncido. Fue tanto su nerviosismo que en uno de sus intentos de que ella no leyera el tan misterioso contenido de la hoja, que cayó con silla y todo.
Ahora sí, tenían todos los ojos de sus amigos puestos en el aliviando el dolor del impacto de su cabeza y suelo. Primero lo miraron a él, pero después, a la hoja que anteriormente cargaba...y pegaron un grito.
El "shh" de la bibliotecaria fue más fuerte que el anterior.
Pero ni los regaños de una superior fueron suficientes para detener la emoción de los amigos de Shinsou.
El papel que tanto guardaba para sí Hitoshi, estaba decorada con pegatinas de corazones, colores rojos y rosados que representaban el romance, dibujos de conejitos y flores; el nombre de Shinsou estaba en grande, con una tipografía en cursiva que resaltaba ante todo lo anteriormente descrito. Pero sin duda, la firma era lo más llamativo e interesante que tenía esa carta. ''Att: Tu Admirador Secreto.'' Acompañado de un corazón, porque no.
Hitoshi tenía una admiradora secreta, no... un admirador. Un macho pecho peludo, un hombre como Kirishima mismo. No sabía como reaccionar, es decir, nunca le había gustado a alguien en su vida. Si acaso las chicas le volvían a ver, o eran como Ochako u Tsuyu.
Chicas... El chico empezó a pensar demasiado otra vez, dedicándose a recordar toda su casi inexistente vida amorosa; cayó en cuenta de que nunca le había atraído una chica. Ni siquiera se había detenido a preguntarse sobre su sexualidad.