El aroma del césped y la hierba eran abundantes en aquella pradera la cuál estaba al lado de una aldea dicha como Ruild. Pequeñas aves cantaban felices ante tan buena naturaleza, un joven caballero caminaba tranquilamente por esa pradera, él la recordaba muy bien, allí era dónde solía jugar con sus amigos y familia, daba paso tras paso de forma suave aún así se marcaban un poco todos sus pasos por sus botas de acero, hasta que se detuvo y vio toda la aldea en silencio y con el rencor que aquéllos le dieron.
-Es el momento de la venganza- habló con voz normal reteniendo las ganas de destrozar cráneos uno tras otro.
En el mismo momento soló en unos metros más adelanté, se encuentraba una familia bastante numerosa que aún así les faltaba un integrante, ellos estaban apunto de desayunar algúnos hermanos hablando entre ellos mismos y otros comiendo en silencio, pese a faltarles un miembro de la familia, la mayoría de ellos parecían no importarles que se haya ido con su mejor amigo a rescatar a la hija del jefe de la aldea en un viaje muy largo y peligroso. La familia comía en calma hasta que una explosión sonó justo al lado arrasando todo, ellos se dieron cuenta, pero una silueta los lanzó por todas partes, el padre de la familia fue a plantarle cara pero fue brutalmente golpeado y lastimado dajandolo en el suelo, todos asustados y preocupados fueron a ver como de mal estaba siendo observados por esa silueta imposible de ver por todo el humo que la rodeaba, el mayor de los hermanos lo atacó, pero de un puñetazo ya estaba en el suelo sangrando, por si fuera poco ése hombre le pisoteo un brazo rompiéndolo.
-¡Hermano!- una de las hermanas vio a su hermano mayor sufriendo una terrible paliza por parte de ése monstruo -¡Ya detente!- se colocó delante suyo pará evitar que lo lastimara más.
-¿¡Qué hacés?!- él al ver a su hermanita se puso histérico por si le pasará algo grave -¡Corre!-.
-¡No!- ella le contradijo -¡Yo también soy tú hermana, también tengo que defenderte!-.
-¡Idiota! ¡Corre antes de que él te mate!-.
-Te volviste muy valiente, hermana- esa silueta hablaba con calma pesé a tremenda situación.
-¿¡De qué hablas?!- ella se molestó mucho por esas palabras -¡Yo nunca sería la hermana de un monstruo como tú!-.
-¿Es así como le hablas a uno de tus hermanos?-.
En un suspiro esa silueta creó un fuerte viento y mostró su rostro serio, todos al verlo se quedaron en silencio viendolo.
-¿¡E~Euego?!- ella habló al ver que el responsable de todo ésto es nada menos que su hermano Eugeo.
-Hola hermana-.
-¿Euego? ¿¡Qué significa esto?!- preguntó su padre con un gruñido de enojó y rabia al recebir una paliza tremenda por parte de su propio hijo.
-Lo que yo busco es ¡LA VENGANZA!-.
Todos se asustaron al escuchar tremendo grito.
-Hijo, ¿de que estas hablando?- su madre se le acercó y iba a poner una mano en la mejilla de su hijo, pero éste golpeó su mano rechazandola.
-No trates de jugar conmigo madre- la agarró de los hombros -yo ya no soy tu hijo-.
-Eso no lo voy a aceptar, eres uno de mis hijos, vamos siéntate y hablemos como una familia- su madre estaba al borde de lágrimas.
-Me das asco- lo apartó de él y los miró a todos con menosprecio -preferiría matarlos ahora, pero tengo otros planes pará vosotros- clavó su espada en el suelo -Release Recollection- al decir esas palabras los congeló a todos, aunque no lo quería admitir, en su corazón le dolía un poco esto, pero ni el dolor erá más grande que sus razones para darles caza a quienes fueron unos sucios traidores -y ahora, es momento de seguir con el plan-.
En el escondite de Cardinal, Kirito y Alice, el bibliotecario recién había descubierto lo que estaba haciendo Eugeo.
-¡Kirito, Alice!-.
-¿Qué pasa?- preguntaron ambos.
-¡Es Euego!- al decir ése nombre los dos se pusieron más atentos -¡Euego está en Ruild y lo va destruyendo todo!-.
-¿¡QUÉ?!- los dos se alarmaron ante tremanda catástrofe.
-¡Hay que ir a Ruild y pararle pos pies a Eugeo!- Kirito dijo y los otros dos asintieron-.
Luego de varió rato llegaron a Ruild y la vista era: horrible, dolorosa, agónica y muy destructiva. Todo estaba destruido, casas incluso personas masacradas a golpes o a cortes provenientes de la espada plateada de Eugeo, y el caballero de hielo estaba golpeando furiosamente a otro avitante de la aldea que le avía echó pasar un dolor continuó y extenso de niño, Jink el actual capitán estaba siendo humillado de la peor forma.
-¡Te mataré, hijo de puta!- Jink seguía insultadolo recibiendo un cabezazo que le rompió la nariz.
-¿Sabés algo, Jink?- lo levantó por el cuello -la basura como tú debe estar en el basurero- le golpeó en el estómago haciéndolo vomitar sangre, Eugeo le golpeó tantas veces en la cara que le desfiguró la cara, ya no parecía un humano de tantos hematomas, marcas de golpes, sangre seca y sudor que tenía, evidentemente Eugeo disfrutaba haciéndolo sufrir como al maldito que siempre fue con el pobre Eugeo de pequeños -¿Y ahora quién es el que da asco? ¿Quién es el perdedor? Lo eres tú, gran saco de basura- Eugeo le decía todos los insultos que él le dijo en el pasado, justo cuando iba a atravesar el corazón podrido del capitán de la aldea una voz lo detuvo.
-¡Eugeo detente!- esa voz femenina lo hizo parar.
-Así que al final habéis venido, mejor me ahorráisteis buscaros-.
-Eugeo, te ruego no lo mates, se que te lo hizo pasar muy mal pero no mates más- Kirito intentó calmarlo, pero él hizo caso omiso a esos ruegos y le atravesó el corazón a Jink con su espada plateada y darle una patada en la espalda rematadolo y acabando con su vida.
-¿Aún no lo entendéis? ¡Aquí no hay perdón que valga! ¡Esto es venganza por todo lo que me habéis echó en mi vida!-.
-Eugeo por favor, calmate- Alice intento acercarse a él.
-¡No me toques!- golpeó sus manos -tú me has traicionado, me mentiste y me utilizaste, ¡Nunca voy a perdonarte todo lo que has echo sufrir! ¡NUNCA!- Eugeo empezó a perder el control de sí mismo.
El caballero de hielo atacó con odio a los traidores con arts mucho más poderosos que nunca dajandolos magullados y adoloridos.
-Ésos arts, solo los han podido hacer los de la familia de la Clérigo mayor-.
-Claro, quién crees que se los enseñó, ¿si no lo fui yo?- la voz emblemática de la emperatriz se hizo presente apareciendo de la nada y colocándose detrás de Eugeo.
-Tú- balbuceaba Kirito.
-Maldita- habló Alice.
-¿Qué te pareció el espectáculo, Euego? Te divertiste mucho por lo que veo-.
-Más que nunca-.
-Supongo que ya sabéis que hacer, ¿no?- Cardinal preguntaba a Kirito y Alice quienes asintieron poco convencidos.
-Comenzemos- Eugeo estaba ansioso por comenzar.
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La emperatriz y el caballero de hielo
ActionÉl es un caballero que solo quería una sola cosa, pero que siempre le mintieron con ello. Ella es la máxima autoridad, que es cruel por querer ser su orgullo, pero que siempre le privaron de ello también. Los dos solo querían el amor de alguien. ¿Q...