La emperatriz y el caballero de hielo

💞Especial One-shot💞

Atención: Este será un One-shot totalmente aparte de la novela y de la serie, disfruten.
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Un preciosa mañana de un precioso día se hacía presente mientras que una pareja de recién casados empezaba a despertar por los rayos del sol que atravesaban las ventanas.

-Hola mi amor- decía una mujer joven de larga cabellera rubia y unos preciosos ojos zafiro.

-Hola la mujer más hermosa del mundo- decía un hombre joven de cabello rubio alborotado y con unos lindos ojos esmeraldas.

Él le dedicó una sonrisa a su esposa y ésta no se quedó atrás y le devolvió la sonrisa.

-Por fin te atreviste a pedírmelo- ella le decía algo burlona haciendo que el joven se encogiera de hombros algo apenado causando diversión y otra sonrisa divertida a la rubia -tranquilo Eugeo-.

-L-lo siento Alice- decía avergonzado a lo que éste recibió un casto besó en la frente proveniente de la rubia.

-No te preocupes, me hiciste la mujer más feliz del mundo-.

-No Alice, tú me hiciste el más feliz- él la abrazó y ella le correspondió.

El matrimonio se acurrcaba felizmente.

Ambos empezaron a besarse con la necesidad que tenían.

Claro, la primera y una de las más importantes de un matrimonio no podía terminar sin un despertar de dioses.

El tiempo pasa...

....1 año y medio después.....

El matrimonio estaba terminado un día fabuloso tanto personal como íntimamente con una cena increíble.

-La ensalada té salió increíble, Eugeo- apuntaba Alice uno de los puntos fuertes de su esposo.

-Dudo que eso esté tan bien como tu pastel de chocolate blanco y frutos del bosque-.

-Gracias- ella le respondió con una linda sonrisa.

Luego de un rato ambos terminaron de comer y tuvieron una pequeña "discusión" por quien fregaba los platos, por lo que ambos los fregaron, hasta que de repente a Alice se le cayó un plato al suelo causando un gran ruido y un quejido de la rubia.

-¡Ah!- la pobre dio un quejido cuando unos trozos rotos del plato se le clavaron en la pierna.

-¡Alice!- Euego se preocupó al ver su susto y la apartó del resto de vidrios -mi amor, ¿estas bien?-.

-S-sí, tranquilo- decía para sonreír forzosamente y él como no era un estúpido se dio cuenta de inmediato.

-Alice- la cogió de las manos -Te conozco más que nadie y sé que tú no te asustas por cosas así. Mi amor, ¿qué te pasa?-.

-Eugeo- los ojos de ella rápidamente se humedecieron y lo abrazó como si fuera la primera vez que lo hiciera.

-¿Qué te pasa, cariño?- Eugeo la consolaba mientras que la abrazaba cariñosamente -sabés que yo siempre voy a estar para ti, vamos dime-.

-Eugeo, yo yo- Alice no sabía seleccionar bien las palabras para algo tan importante como esto.

-Dime-.

-Antes, ¿puedo preguntarte qué no te enfadara ni me odias?- decía apenada.

-Alice, pase lo que pase nunca jamás te dejaría ni te abandonaría-.

-¿Qué hice yo para merecerte Eugeo?-.

-Estar a mi lado pasará lo que pasará-.

-Te amo-.