VII

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«Ring, ring» Suena mi ruidoso despertador, puesto con la intención de ir entregar el libro de Filosofía al instituto.

Me estiró de todas las maneras y mis extremidades crujen. No he dormido hoy apenas, me quede hasta tarde leyendo relatos y cuando intentaba dormir pensaba en Kevin.

Pero, ¿porque pienso tanto en el?

Es sólo un simple amigo que tuve en la infancia y por desgracia se tuvo que ir del país. Debería de estar alegre de poder volver a verle y no preocupada.

Hoy quería causar una mejor impresión. He decidido ponerme un mono con estampado de flores y unas botas por las que estuve 1 verano ahorrando para comprarmelas.

Me arreglo el pelo y me aplico un poco de rimel por mis largas pestañas.

Me miro por última vez al espejo, me echo la colonia que ayer robe en modo de venganza. Mientras que me perfecciono recuerdo que he quedado para ir a desayunar con Zed Madsson.

Zed es un buen tío aunque aveces algo caprichoso. Me ha ayudado a superar muchos baches de mi vida. Tiene mi edad y esta en mi clase, de allí surgió nuestra gran amistad.

A Laia le cae mal sólo por ser el novio de su hermana Lucy. Ya llevan varios meses juntos y hacen buena pareja. El no me para de hablar bien de ella, espero que eso sea mutuo.

Su cabello largo es café y sus ojos color caramelo. Sus brackets le hacen un poco más adorable.

Llego a la cafetería y al ver que Zed no ha llegado aún, cojo asiento en alguna mesa libre

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Llego a la cafetería y al ver que Zed no ha llegado aún, cojo asiento en alguna mesa libre.

A los cinco minutos escucho la puerta abrirse y en cuanto me iba a girar para ver si es Zed, alguien me tapa los ojos.

-¿Sabes quién soy? -Me susurra al oído una voz ronca.

Su voz no me resulta familiar.

-John deja de espantar a mis amigas. -Se escucha a Zed en tono burlón mientras entra a la cafetería.

John, el actual novio de Sophie me está tapando los ojos y susurrandome.

Empezamos bien el día.

-Quitame tus manos de encima y no, no sé quién eres. -Le digo bruscamente intentandome quitar sus manos de mis ojos.

No sé qué tiene John pero no me gusta.

-Parece que alguien se ha despertado con el pie izquierdo hoy. -Dice John mientras me quita sus grandes manos de mi cara.

Zed y John se sientan en frente mía y pedimos cada uno nuestro apetitoso desayuno.

En mi caso un gofre y un café bien cargado, para quitarme el modo zombie de encima.

Llegan nuestros pedidos y la pasamos charlando.

-Me encanta el olor de tu perfume. -Dice John con naturalidad, está acostumbrado a lanzar piropos a las chicas y a no ser rechazado.

Pero conmigo eso no funciona.

"A Sophie también le encantaba" Digo en mi mente.

Con tanta charla se me olvidó por completo ir a entregar el libro de Filosofía.

-Me lo he pasado fenomenal con vosotros pero tengo que hacer unos recados. -Digo y me levanto.

Me despido de Zed y de John, al fin y al cabo no es tan capullo como pensaba.

Llego a la puerta de el instituto y me alegro al ver que todavía hay bastante gente entregando libros.

Cuando entro alguien me coge de la muñeca muy fuerte, me giro para ver quien es. Es John.

¿Que le ocurre a este chico? Una vale, ¿pero dos?

-¿Qué coño haces? -Le digo e inmediatamente me quita las manos de encima.
-Podrías haberme esperado para ir juntos, yo también tengo que entregar un libro.

Cuando acaba la frase me lanza una mirada seductora y enseguida miro para otro lado, no sé que pretende. Pero que pare ya.

-Ni que nos conociéramos de toda la vida. No sé tu, pero yo no cojo las confianzas tan rápido. -Le digo mientras y vuelvo a mirarle, por su cara veo que no se esperaba esa respuesta.

Al ver que se queda mudo sigo andando recto donde se encuentra la encargada de recoger los libros y me pongo en la cola.

John se pone detrás mia y me da toquecitos en la espalda para que me gire.

-Si me giró es para darte un puñetazo. -Le advierto.
-No creo que te atrevas. -Dice y suelta una risita.

Empieza a darme los toquecitos más fuertes y ya empieza a molestar.

-¿Que tengo que hacer para que pares?
-Paro sólo si te tiras por un puente o... -Dice haciéndose el interesante.
-¿O que? ¿Tengo otra opción para salir de esta tortura? -Digo con ironía.
-Ir conmigo mañana al cumpleaños de mi novia.

En cuanto salen esas palabras de su boca me giró bruscamente para ver si se está quedando conmigo.

-¿De Sophie? ¿Estás loco? Nos llevamos mal.
-No importa, van miles de personas, te aseguro que ni te vera por allí.

¿Porque quiere que yo vaya?

-Me tendría que invitar ella, para eso es su cumpleaños. -Le recuerdo.
-A mi me dijo que podía invitar a cualquier amigo o amiga.
-Pues eso, invitar a un amigo no a una persona que la conoces de tomar un café.

En esa fiesta solo hay gente consumiendo bebidas alcohólicas. Aparte, mis amigas no van ¿que voy a hacer allí sola?

-Bueno eres mi nueva amiga. -Dice mientras se encoge de hombros.
-Ni siquiera sabes como me llamo. -Le reprocho.

Se acerca a mi cara para mirarme fijamente a los ojos, apenas lo tengo a centímetros de mi rostro y puedo ver que no tiene ni una misera imperfección. Nos quedamos así 5 segundos hasta que me suelta una frase que me dejó impactada.

-Se más de lo que tu crees.

Esas palabras me dejan muda y me gustaría preguntarle que más sabe de mi.

La inmensa cola se me pasó como un abrir y cerrar de ojos, las charlas con John son cuanto menos interesantes y entretenidas.

-¿Señorita Rinaloi? -Me llama la encargada.

Era mi turno, por fin entregue el libro de Filosofía y sentí quitarme un gran peso de encima.

-Me alegro de que lo hayas encontrado.
-Me lo deje en casa de una amiga. -Miento.
-Ten más cuidado la próxima vez de donde dejas tus cosas. Has venido justo a tiempo, eres la última de todo el instituto en entregar los libros.
-El último es John. -Me giró para señalarle, pero a mi sorpresa. No está.

¿Donde se habrá metido este chico? ¿No tenía que entregar un libro? ¿No se despide de mi?

-Aqui me aparece que John ha entregado todos los libros. -Dice mirando la larga lista que tiene sobre la mesa.

Sinceramente, no entiendo nada.

QUIÉREME, JODER. ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora