Capítulo Cinco.

869 36 0
                                    

Chapter Five:

En tanto nos propusimos a empezar, ella ya estaba dando órdenes. Reí por lo bajo mientras negaba divertido con la cabeza. Amo la idea de que sea nuestra fotógrafa; lo ha sido más de una vez y lo vuelve realmente divertido.

Nos hizo ir directamente a los vestidores, cada uno fue a su camerino correspondiente, unas chicas entraron con nosotros para escogernos la ropa. Luego de que esa chica me dijera que ropa ponerme salió, al mismo tiempo _____ entró.

—Te conozco lo suficiente para saber que me estás ocultando algo. —Dijo mientras cerraba la puerta detrás de ella. Yo la miré confundido.

—¿De qué hablas?

—Hoy. Cuando te saludé tenías tu ceño fruncido, estabas molesto. Cuando te pregunté, te calmaste y dijiste que nada. Pero… ¡Por favor! A cualquiera, pero a mí no me engañas. —Suspiré.

—No ocurre nada malo princesa. —Me di vuelta para agarrar la camisa blanca que me había dejado preparada. —Si sucediera algo grave, serías la primera en saberlo. —La miré. —¿Lo dudas?

—No, no lo dudo. —Asentí. Me saqué la remera y comencé a colocarme la camisa. —Pero…—Suspiró y se acercó. —No lo sé. Por alguna razón no me convences. —Admitió sin mirarme dejando su vista en los botones de la camisa. —Siento que me mientes. —Comenzó a abrochar cada botón, yo la miré fijo.

—Y yo siento que no confías en mí. —Terminó con los botones y se puso a arreglar el cuello.

—Sí confío en ti. Y también te conozco como a la palma de mi mano. —Terminó de acomodarlo y me miró a los ojos. —¿Te molestó que Gavin estuviera aquí? —Puse los ojos en blanco y volteé para comenzar a sacarme el pantalón. —¡Vamos! Si tienes la suficiente confianza para cambiarte conmigo presente, debes tener la confianza de decirme si estás celoso. —Agarré el otro pantalón y me lo puse.

—Bien, si te molesta tanto que me cambie mientras estás presente entonces vete ____. Y no estoy celoso, por cierto.—Apretó los ojos y maldijo en voz baja.

—¿Lo ves? Jamás me pediste que me vaya de tu lado. ¿Qué ocurre, maldita sea? —Agarró la corbata y se acercó para ponérmela.

—Solo estoy estresado. —Me quejé cuando apretó demasiado la corbata.

—Lo siento. —Dijo algo dura mientras la aflojaba. —Yo…—Suavizó su voz. —, lo siento. —Se disculpó en voz baja. —Es solo que me preocupo por ti. Y verte enojado me enoja a mí.

—Sí…—Bajé la mirada. Ella se alejó un poco y metí la camisa adentro del pantalón. —Recuerda que estamos conectados. —Admití con una risita en tono bajo.

La volví a mirar y por un momento creí que moriría. Noté como ella negaba con la cabeza gacha. Algo dentro mío parecía romperse. Ella estaba negando que estábamos conectados. No es que sea un escándalo, pero pareciera que lo que pensé se convirtiera en realidad. Que nuestra conexión, con el paso del tiempo, se desvanece… y la pierdo día a día. Pero como me dije a mí mismo: No me puedo permitir perderla, no después de todo lo que pasamos juntos.

—Tengo que prepararme para trabajar. Cuando estés listo ve para allá. —Asentí algo perdido y ella se fue.

Al terminar de vestirme salí del camerino al igual que los chicos, nos hicieron vestir con trajes y luego debíamos ir a maquillaje, que solo pasaron cinco minutos y estuvimos listos. Caminamos hasta los paneles blancos que nos habían indicado y frente a nosotros vimos a ___ hablando con una chica pelirroja. Ella asintió y la chica se fue. Volteó a vernos y sonrió. Pronunció un dulce y divertido "¡Pero que guapos!" haciéndonos reír. Agradecimos y comenzamos con el trabajo.

Una foto ahí, un flash allá, una pose de este lado. Era algo agitado, y más con ___, ella es realmente responsable y se toma en serio su trabajo, puesto que hace de los mejores, siempre recibió felicitaciones de su jefe y eso me alegra, pero a veces podía ser un poco estricta. No la culpo, las sesiones que ella realiza son las mejores de la empresa y las revistas pagan mucho por fotos como las que saca, así que el trabajo termina valiendo la pena.

Hicimos chistes, bromas, hasta jugábamos poniendo cualquier pose, fue divertido. Nos mandaron a vestidores de nuevo para cambiar el vestuario. Esta vez ___ no vino a verme o a ayudarme a vestirme. Reí bajo de mi comentario. No la necesito para vestirme, pero me agrada la idea de que ella me vista como una madre a su bebé. Siempre lo hace cuando tenemos sesiones con ella, mientras hablamos o bromeamos. Se queda en mi vestidor y, cuando estoy listo, salimos para seguir trabajando. Aunque por alguna razón no vino esta vez.

Me sentía enojado conmigo mismo. Sentía que todo eso era mi culpa, y sinceramente no podía soportarlo. Así que supe que debería hacer algo al respecto.

Cuando salí del vestidor al mismo tiempo que los chicos. Me sonrieron y yo a ellos, luego fuimos directamente al panel blanco porque ya estábamos maquillados y peinados.

Vimos a ____ preparando nuevamente su cámara. Al vernos sonrió.

—La verdad… si yo no fuera su amiga y si ustedes no tuvieran novia…—Frenó ahí. Negó divertida con la mirada baja. Nosotros sonreímos.

—¿Qué? ¿Qué harías? —Preguntó Harry, divertido.

—Menos palabras y más acción, tengo un trabajo que mantener, Harold, por si no lo recuerdas.

—Eres una tramposa. —Dijo Liam y todos reímos.

—No. Solo quiero lo mejor para mí y para ustedes. Y lo mejor es que cierren sus bocas, porque yo haré lo mismo con la mía, antes de que diga otra locura.

Rió por lo bajo y tomó entre sus manos la cámara. Nos pidió un par de poses que hicimos en segundos y nos sacó un montón de fotografías. Luego las puso en una pantalla y nos mostró como habían salido ambas sesiones. Como siempre la felicitamos. Era increíble.

Como ya habíamos finalizado y ella también, luego de cambiarnos, salió con nosotros.

Necesitaba hablar con ella, necesitaba saber aquello.

—____—La llamé, ella me miró. —¿Podemos ir a tomar algo? Necesito hablar contigo.

—De acuerdo. —Dijo asintiendo con la cabeza.

—Bien chicos… nosotros ya nos vamos—Mencionó Liam acercándose a nosotros.

—¡No te olvides del sábado! —Le gritó Harry a ____ desde el auto.

—¡No lo haré! —Exclamó ella mirándolo con una sonrisa. Fruncí el ceño… ¿el sábado?

—Nos vemos. —Liam nos dio un beso en la mejilla y se metió al auto para llevar a los chicos a sus casas. Nosotros dos nos quedamos mirando como el auto se alejaba.

—¿Caminamos, o vamos en auto? —Preguntó devolviéndome a la realidad.

—Caminemos. —Respondí.

—Está bien.

Se colocó a mi lado y ambos comenzamos a caminar en silencio por la vereda. Ninguno decía nada. Ambos teníamos la mirada clavada en cualquier lado. Hablar con ella era esencial, pero esperaría a que nos sentáramos en alguna cafetería. Lo que hice, que en realidad no sé porqué, fue agarrar su mano. Volteó a verme, me sonrió y apretó más mi mano.

Bueno, al menos sé que no está molesta conmigo.

Esa es una buena señal… ¿verdad?

Speak Now  ›z.m‹Donde viven las historias. Descúbrelo ahora